Esta información muestra el
punto del deterioro numérico del catolicismo en Europa. En Bruselas se cerrarán
35 iglesias de las 110 existentes, en una de las más grandes “reorganizaciones”
llevadas a cabo por la Iglesia Católica en una capital europea.
Un artículo del diario belga La Libre
señala este delicado movimiento, que no es simplemente un problema de Bélgica,
sino que es la punta del iceberg de un cristianismo que está en problemas en
toda Europa.
Es a partir de 2005 que en Bruselas se habla “sobre el futuro
de las parroquias y la presencia de la Iglesia.”
Monseñor Jozef De Kesel, el entonces Obispo del
Vicariato de Bruselas, uno de los tres en que se divide la diócesis de
Malinas-Bruselas, anunció en una carta pastoral
la futuro reorganización de las parroquias.
Donde advirtió sobre “la probabilidad
de que el número actual de las comunidades parroquiales en el futuro esté más
allá de nuestras fuerzas y posibilidades” por la disminución del número de católicos, y de
que “un
gran número de parroquias y la presencia en el terreno ya no se corresponde con
la posición actual de la Iglesia en nuestra sociedad moderna”, que es “multi-religiosa
y multi-cultural”
Hay que considerar que en la capital hay
más musulmanes practicantes que los católicos practicantes.
La realidad de Bélgica también es que esta dividida
entre diferentes comunidades lingüísticas y es más compleja que la de otros
países.
En la capital de Bruselas hay 107 parroquias,
servidas por 250 sacerdotes, divididas en 11 unidades pastorales de habla
holandesa, 25 de habla francesa y 42 de origen extranjero. Todo reunido en 4
decanatos.
Todo este movimiento implicará por un lado un
avance en la desacralización de Bruselas y por otro lado parece razonable que
algunos templos pasen a manos musulmanas, lo que implicará un avance en su toma
de la “Europa
Cristiana”.
Si Bélgica está en estas condiciones, cabe
responsabilidad de sus obispos, comenzando por el cardenal Godfried Danneels,
arzobispo de Bruselas de 1979 a 2010. Su figura dominó la escena y la
influencia del nacional líder “ultra progresista” se ha extendido mucho más allá de las fronteras de
Bélgica, y sigue siendo de mucho peso, de hecho fue nombrado por Francisco para
el Sínodo sobre la Familia.
Danneels y el episcopado belga son los símbolos de
una iglesia que se ha asimilado al mundo, tanto en su ideología pansexualista
como respecto al encanto de la laicidad; símbolo de una jerarquía de la iglesia
que en lugar de pastorear a las personas, cuidarlas para Dios y comunicar a
Cristo, están más preocupados por las “reformas” dentro de la Iglesia, en el juego del poder, como
el mismo Danneels admite sin pudor en una reciente biografía, que confirma
reuniones entre cardenales europeos para preparar la sucesión de Benedicto XVI
(click aquí).
Hicieron un desierto de su Iglesia y de su país
gracias a la complicidad activa de los medios de comunicación, en un camino
claramente equivocado que pone una interrogante sobre la supervivencia de la
Iglesia en Europa y del testimonio de denuncia de la crisis moral que ahoga a
Europa.
Foros de la
Virgen María
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