Dios se comunica con nosotros de múltiples maneras,
solo hay que saber oírlo y verlo en las pequeñas cosas cotidianas.
Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org
Tomás de Kempis nos aconseja en su inmortal obra "La imitación de Cristo" (escrita varios siglos atrás): "Atender a qué es lo que se dice y no a quién lo dice".
Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org
Tomás de Kempis nos aconseja en su inmortal obra "La imitación de Cristo" (escrita varios siglos atrás): "Atender a qué es lo que se dice y no a quién lo dice".
Dios se comunica con nosotros de múltiples maneras, solo hay que saber
oírlo y verlo en las pequeñas cosas cotidianas. Muchas veces esperamos grandes
manifestaciones, cuando en realidad Dios es el Rey de lo pequeño, lo humilde,
cuando actúa aquí en la tierra. Toda la Gloria y Omnipotencia de Dios, se
transformó en humildad y pequeñez cuando EL se manifestó, hecho hombre, entre
nosotros. Una cueva en Belén, el hogar mas humilde, una vida escondida, todo
señala la pequeñez como puerta hacia la Santidad. Los hechos, las obras, las
más simples expresiones de nuestra
voluntad, son el signo de nuestro estado espiritual. Ni grandes
manifestaciones, ni una vida extremadamente visible u ostentosa, nada de eso
fue enseñado a nosotros a través del ejemplo dado por Jesús, a lo largo de Su
vida en la tierra, como Criatura/Dios. El nos enseñó con los hechos, con Su
Palabra. Y quienes lo juzgaron y condenaron, simplemente miraron quien hablaba,
olvidando o pasando por alto el mensaje.
¡Se mató al mensajero, en la
Cruz!.
¿Cuantas veces en este mundo vemos que se hace lo mismo?. Se da valor a
las ideas o a las obras a partir del prestigio del autor, y se descartan
enormes mensajes para la humanidad, simplemente por no aceptarse a los mensajeros
más humildes, más pequeños, más simples. Pero la trampa es más compleja aún, ya
que para llegar a ser respetado se debe adherir a las reglas del mundo:
vanidad, egocentrismo, corrupción, envidia, poder, etc.
De este modo, se vuelve muy difícil llegar a difundir las buenas obras,
desde mensajeros basados en la humildad, la pequeñez, la sinceridad, el amor,
la unión verdadera y la entrega.
¿Cuántos
casos como la Madre Teresa pueden pasar los filtros que el mundo pone?.
¿Cuantos quedan en el camino?.
Sepamos escuchar a Dios, Él está dentro nuestro, en las cosas pequeñas, en los mensajes
de humildad y sencillez. Y sepamos verlo en aquellos a los que el mundo condena
por no cumplir con sus estándares, aquellos que solo quieren vivir en la
simpleza del día a día. Los modelos a imitar muchas veces están mas cerca de
nosotros de lo que pensamos, solo hace falta prestar atención, poner una mirada
a nuestro alrededor, y descubrir la Presencia de Dios donde menos la esperamos.
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