Esto dice el
Verdadero, el Testigo fiel que dice la verdad, el origen de todo lo que Dios
creó: “Yo conozco tus obras y sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras
frío o caliente! Y puesto que eres tibio y no frío o caliente, te vomitaré de
mi boca.” Te rogamos Señor, que no permitas que la comodidad o la tibieza se
apoderen de Tus discípulos de hoy. Señor, que recordemos que una de las obras
de Misericordia es “corregir al que yerra”, de modo que no haya lugar en Tu
Iglesia donde se acepten, con la excusa de la Misericordia, conductas erróneas
y alejadas de Tus enseñanzas. Recordemos las palabras de Pablo a los cristianos
de Corintio: “Acaso no saben que el pueblo de Dios ha de juzgar al mundo?”
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