Tu hora todavía
no ha llegado, pero Tú ya estás cargando Tu Cruz. Tu sombra, ya está subiendo
el Calvario. ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo seguirás cargando Tu Cruz? Oh
Señor, desde nuestra pequeñez, no podemos sino sentirnos abrumados frente a la
enormidad de Tu sacrificio. Lo único que podemos ofrecerte es nuestra oración y
la promesa de seguir fieles al Evangelio que nos dejaste. Amén.
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