Temes al dolor.
Ruegas que no te alcance, pero igualmente llega a ti. Este es el momento en que
Jesús cae y es tu hora de ser el Cireneo. Crees estar solo en ese instante
eterno en que la cruz te abruma, se desploma sobre ti, pero no temas, Jesús ya
se levanta y vuelve a tomar Su Cruz para seguir Su camino de dolor. Y te toca
Su mano amorosa y por fin sientes el alivio del consuelo.
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