REDACCIÓN CENTRAL, 22 Mar. 16 / 04:01 pm (ACI).-El recorrido
de las siete iglesias en la noche del Jueves Santo -que en
algunos lugares se extiende a la mañana del Viernes Santo- es
sin duda una de las tradiciones más comunes de la Semana Santa en toda
América Latina. Estas visitas y la oración en cada una de ellas simboliza el
acompañamiento de los fieles a Jesús, en cada uno de sus recorridos en la noche
que fue apresado hasta su crucifixión.
En la primera iglesia
se recuerda el recorrido de Jesús desde el Cenáculo, en donde celebra la Última
Cena con sus discípulos, hasta el huerto de Getsemaní en donde ora y suda
sangre.
En la segunda se medita sobre el paso desde el huerto de Getsemaní hasta
la casa de Anás en donde fue interrogado por este y en donde recibe una
bofetada.
En la tercera iglesia la oración se centra en el
paso hasta la casa de Caifás en donde fue escupido y en donde recibe injurias y
sufre dolores toda la noche.
Su primera comparecencia ante Pilatos, el
gobernador romano de la región, es el centro de la reflexión en la cuarta
iglesia. Allí Jesús fue acusado por los judíos que levantaron falsos
testimonios contra él.
En la quinta iglesia se acompaña al Señor en su
comparecencia ante el rey Herodes, en donde él y sus guardias también lo
injurian.
La segunda comparecencia ante Pilatos centra la
meditación en la sexta iglesia. En esta oportunidad Jesús es coronado con
espinas y es condenado a muerte.
En la séptima iglesia recordamos el paso de la
casa de Pilato hasta el monte calvario llevando la cruz a cuestas hasta la
muerte en la cruz y su paso el sepulcro, de donde resucita al tercer día.
Esta última meditación se hace de manera
especial y más intensa durante la oración del Vía Crucis, el Viernes Santo.
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