Mensaje del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús
13 de septiembre
del 2015
“Consagren vuestros
pueblos a nuestros Sagrados Corazones Unidos”
Escribe mi pequeño secretario, quiero enseñarte nuevamente a honrar a mi
sagrado y eucarístico corazón. Mi corazón explota de amor y desborda de dulzura
cuando te inclinas a mi pecho y oyes mis enseñanzas, que cada alma lo haga.
Hijito para ello no es necesario tener grandes dones y carismas o vivir fuera
de la realidad humana, no se necesita ser un experto para orar, para que
reclinen sus corazones en mi corazón amante. Lo pueden hacer desde la oración
de niños, que cuando escuchan la voz de sus padres atienden y cuando le piden a
sus papás lo hacen desde la humildad, así, con esa confianza, pronta, segura y
perdurable quiero que seas.
Hijito deseo
nuevamente que cada hombre y mujer, que cada familia y comunidad, que cada
pueblo y raza en unidad a la iglesia consagren nuevamente sus pueblos a
nuestros dos corazones para que sean preservados de la corrupción, del pecado,
de lo oculto, de lo malo, de la idolatría, y del paganismo, así sus pueblos
entregados a mi sagrado corazón y al corazón doloroso e inmaculado de mi madre
encontraran la paz, la concordia, la libertad según el evangelio y el progreso
de las almas, haced la consagración de vuestros pueblos antes de la hora final
y seáis rociados con la sangre del cordero, consagren ahora, les urge hijitos.
Hacedlo así:
Oración de Consagración de nuestro pueblo a los Sagrados Corazones unidos de
Jesús y de María
Sagrado Corazón de Jesús formado en el Purísimo Vientre de María Inmaculada,
Medianera de las gracias y Corredentora de las almas, nos postramos en
humildad, arrepentimiento, alabanza y acción de gracias a tus pies en la
Santísima Eucaristía, y llenos de amor, de obediencia y de fe queremos escuchar
tu Voz de Buen Pastor, queremos ser niños de tu amor y desear tu amor desde la
pequeñez pues queremos y deseamos unirnos más a tu Sagrado y Eucarístico
Corazón presente desde la Cruz de donde mano Agua y Sangre para lavarnos y
redimirnos. Jesucristo Señor de la historia, Dueño del tiempo, Nombre sobre
todo nombre y Príncipe de la Paz, rogamos en nombre de tu Sagrado Corazón
sacrificado y crucificado al Padre Yahvé, el Padre Nuestro, la liberación de mi
pueblo del yugo del pecado y de la esclavitud del demonio, la sanación de sus enfermos,
la conversión de los pecadores especialmente los más empedernidos, en el
pecado, la santidad de las familias, que haya hombres y mujeres que, con su
cruz a cuestas, sigan tu camino y ayuden a los pobres, a los marginados, a los
enfermos, sostengan al desvalido y fortalezcan al que sufre. Rocía con tu
Sangre Preciosa, la miel de la Santa Cruz, a mi pueblo (NOMBRE DEL PAIS), que
de un polo a otro de mi pueblo fluya como manantiales de misericordia la
preciosa sangre del cordero degollado. Sella y consagra especialmente a tus
fieles, obispos y sacerdotes, religiosos y religiosas para que sean ejemplos
vivos de santidad apostólica. Sella y consagra, amado Corazón de Jesús unido
profundamente al Doloroso e Inmaculado Corazón de María, que Gobiernan y Reinan,
Triunfan y Conquistan desde la Cruz Gloriosa, a los niños no nacidos y
abortados; niños y jóvenes; hombres y mujeres; ancianos y enfermos; pecadores y
justos; vivos como difuntos y desata de este pueblo toda represalia, maldición,
ligamento, atadura de Satanás y sus secuaces. Pedimos la intercesión de San
Miguel Arcángel y de nuestro Padre Protector San José, puro azote y terror de
los demonios. ¡Oh Corazón Doloroso e Inmaculado de María! protege a mi pueblo,
salva a mi pueblo, llama con tu Voz de Madre a mi pueblo y con esta
consagración de este pueblo a tu Doloroso e Inmaculado Corazón trae tu pronto
Triunfo y así se establezca en mi pueblo y en el mundo entero el Reino
Eucarístico del Sagrado Corazón de Jesucristo, Rey del universo. Te suplicamos
y entregamos todo en Divina Voluntad. Amén.
Preciosísima Sangre de Jesucristo reina en mi vida y en la vida de todos los
hombres. Preciosísima Sangre de Jesucristo salva a la Iglesia y salva al mundo.
Preciosísima Sangre de Jesucristo libera a las almas y destruye a Satanás.
Hijito ora por tu pueblo, sufre y expía por este pueblo, que falta aún para su
purificación para que quede más bello, más limpio, más pulcro para los ojos de
mi eterno padre. Te amo y te bendigo. Oye siempre como buen discípulo la Palabra
de tu Divino Maestro que te ama. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Publicado por Unción Católica y Profética
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