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REDACCIÓN CENTRAL, 24 Mar. 16 / 02:30 am (ACI).-El Jueves Santo, día en que
Jesús instituyó el Sacramento del Orden sacerdotal, se celebra el día del
sacerdote. ¿Quién no conoce algún obispo o presbítero que ayudó a ver la vida más alegre con un gesto o una
palabra?
“Este día es especialmente grande para nosotros, queridos hermanos
sacerdotes. Es la fiesta de los sacerdotes. Es el día en que nació nuestro Sacerdocio, el cual es
participación del único Sacerdocio de Cristo Mediador”, escribió San Juan Pablo II a los
presbíteros con ocasión del Jueves Santo de 1986.
“En este día, los sacerdotes del mundo entero son invitados a
concelebrar la Eucaristía con sus obispos y a renovar a su alrededor las
promesas de sus compromisos sacerdotales al servicio de Cristo y de su Iglesia”, añadió.
Según las estadísticas de la Iglesia Católica del 2014, el número de
sacerdotes en el mundo ha crecido, alcanzando la cifra de 414.313. Ellos tienen
la gracia de hacer que Cristo se haga presente en cuerpo, sangre, alma y
divinidad con la consagración del pan y del vino. Así como la de perdonar los
pecados.
Con la gracia de Dios se ha mantenido en la
Iglesia Católica una línea de sucesión jerárquica desde los apóstoles y que se
mantiene hasta hoy. Sólo los Obispos pueden ordenar sacerdotes y todos ellos le
deben obediencia al Papa, el Obispo de Roma, sucesor de Pedro y Vicario de
Cristo.
La vida del sacerdote no es fácil. Tiene que
dejar el hogar de sus padres y privarse de tener una familia propia. Educan y
forman a miles de fieles, que muchas veces terminan haciendo lo contrario a sus
consejos.
Algunos incluso pasan hambre, sed y frío por
llevar el Evangelio a lugares recónditos. Otros son incomprendidos, perseguidos
y calumniados por anunciar la verdad.
Lo importante, como recordó el Papa Francisco el
Jueves Santo del 2013, es que el sacerdote debe hacer “que nuestra gente nos
sienta discípulos del Señor, sienta que estamos revestidos con sus nombres, que
no buscamos otra identidad; y pueda recibir a través de nuestras palabras y
obras ese óleo de alegría que les vino a traer Jesús, el Ungido”.
A continuación una Oración por la Santificación de los Sacerdotes, de Santa Teresita
del Niño Jesús.
Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para
continuar en la tierra la obra divina de
salvar a las almas protege a tus
sacerdotes (especialmente a: ..............) en
el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.
Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS,
que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO, y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.
Haz que se preserven puros sus Corazones,
marcados con el sello sublime del SACERDOCIO,
y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.Bendice Sus trabajos y fatigas, y que como fruto de su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén.
Por Abel Camasca
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