ROMA, 14 Mar. 16 / 04:01 pm (ACI).- El Padre Cipriano de Meo es
exorcista desde el año 1952. Este fraile capuchino explica algunas pistas que
permiten reconocer a una persona poseída por el demonio y un método para
distinguir una enfermedad de una posesión demoniaca.
En entrevista concedida a ACI Stampa –agencia en italiano del Grupo ACI–
el P. De Meo, afirma que “los casos de posesión afortunadamente no son muchos o
tan numerosos. Sin embargo existen en una cantidad que con frecuencia es
desconocida”.
“El método para discernir la posesión de la enfermedad es la oración de
parte del sacerdote (exorcista) y el fiel. Una oración prolongada, hasta el
punto que, si está el adversario presente, ocurre la reacción. Normalmente
quien está enfermo lo evidencia en su actitud general”, dice el sacerdote y
expresidente de la Asociación Internacional de Exorcistas.
El P de Meo señala que “el poseído tiene varias actitudes generales ante
un exorcista, que es visto por el adversario como un enemigo listo para
combatirlo. No faltan expresiones atemorizantes en el rostro, amenazas con
palabras o gestos y otras cosas, pero sobre todo blasfemias contra Dios y
contra la Virgen”.
El experto explica que “sin embargo, no todos
los casos son similares. Le toca al sacerdote que sirve en este ministerio
saber afrontar el caso al que se enfrenta, por voluntad de Dios, con amor y
humildad”.
El fraile capuchino nacido en 1924 afirma luego
que “los italianos viven un completo ayuno de la realidad demoniaca. Fácilmente
dan importancia a las habladurías de magos o ilusionistas, olvidando las armas
que el Señor pone a nuestra disposición”.
“La Iglesia, de hecho, quiere
una vida de oración. No solo
de parte del sacerdote sino también del fiel que pide la intervención del
exorcista, que se beneficia de la ayuda de los familiares también”, explica el
sacerdote.
El P. de Meo considera que “la ignorancia de los
italianos (y no solo de ellos) se debe al silencio de los sacerdotes sobre la
presencia demoniaca (…). Con frecuencia nuestro pueblo da más importancia a
dudas o a incertidumbres en vez de dársela al pecado en el que viven”.
“Es absolutamente fundamental extirpar el pecado
y vivir en gracia de Dios”, precisó.
El exorcista refiere que el ministerio que
ofrece requiere una gran preparación espiritual y práctica. “Por esa razón, con
la autorización de mi obispo, durante 13 años, he llevado adelante una escuela
para exorcistas. He buscado preparar sobre todo a los que comenzaban en este
ministerio”, dice el sacerdote a ACI Stampa.
Los sacerdotes exorcistas, prosigue, requieren
“conocer las leyes de la Iglesia, es decir el ritual respectivo”.
“En lo que se refiere a la preparación
espiritual, son necesarias la humildad y la convicción que nosotros los
exorcistas no somos quienes vamos a cazar al demonio, que combate a Cristo.
Nosotros estamos llamados a combatir en favor de Cristo”, concluye.
Traducido y adaptado por
Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa.
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