jueves, 24 de marzo de 2016

«EUROPA CREA UN PELIGROSO PRECEDENTE»


El acuerdo entre la UE y Turquía «evidencia el fracaso de la UE en la adopción de una política común de asilo y en brindar protección a las personas refugiadas», y da «prioridad al control de fronteras». Lo denuncian Cáritas Española, la CONFER, Justicia y Paz y el sector social de la Compañía de Jesús. Las entidades tildan de «cosméticos» los cambios sobre el preacuerdo del 7 de marzo, y ven «probable» que la mayoría de personas que lleguen a Grecia desde Turquía sean devueltas de forma «rápida y sistemática» a dicho país, que no les garantiza protección. Critican también por «deshumanizante» y «discriminatorio» el sistema para reubicar en Europa a un sirio desde Turquía por cada uno devuelto a este país. Y alertan de que cerrar rutas no protege a los refugiados de las mafias, sino que solo abre otras «más peligrosas». En solo 48 horas, estas organizaciones recogieron cerca de 35.000 firmas en contra del acuerdo con Turquía que iba a discutirse los días 17 y 18 de marzo en Bruselas.

«INTENTO SERIO» CONTRA LAS MAFIAS

Justicia y Paz Europa, que agrupa a las comisiones de 31 países europeos, ha preferido destacar los aspectos positivos; esto es, que la UE ha dado una respuesta conjunta en esta crisis. Su secretario general, Stefan Lunte, ve en el acuerdo «un intento serio de romper el modelo económico de los traficantes» del Mar Egeo, y así evitar más ahogamientos como los 3.800 de 2015. En declaraciones a este semanario –ampliadas en «La llegada ordenada de refugiados permitirá a la gente tener la mente abierta»–, Lunte explica que los éxodos masivos amenazaban con «minar el sentimiento de hospitalidad en los países europeos, como han mostrado las recientes elecciones y sondeos», con el crecimiento de partidos populistas. Por el contrario, «los procedimientos ordenados permitirán a la gente conservar su mente abierta» hacia los refugiados. Lunte espera que «el acuerdo restaure la confianza entre los socios europeos y apuntale un nuevo sentido de solidaridad» que desbloquee el reparto de refugiados.

El responsable de Justicia y Paz cree que sí «se respetan los derechos humanos de los refugiados», aunque advierte de que deben cumplirse algunas condiciones: Grecia, con el apoyo de la UE, debería «tramitar individualmente cada petición de asilo» y «ofrecer a los refugiados posibilidades reales de impugnar la decisión de ser devueltos a Turquía». Este país, por su parte, «necesita ajustarse completamente a la convención de Ginebra», y no se debe «rechazar a nadie en la frontera». Con todo, Lunte reconoce que «experiencias pasadas nos invitan a ser cautelosos» sobre la aplicación final.

PREOCUPANTE FALTA DE SOLIDARIDAD

Más tajante se ha mostrado Cáritas Europa, que el 17 de marzo presentó su informe ¡Los migrantes y refugiados tienen derechos! Impacto de las políticas de la UE en el acceso a la protección. El texto analiza las «trabas burocráticas, denegación de protección y estándares inconsistentes de acogida» a los que se enfrentan cientos de miles de personas que buscan protección en Europa. La entidad «está particularmente preocupada por esta falta de solidaridad. La idea de empujar a la gente fuera de Europa crea un peligroso precedente». Por ello, pide vías más seguras y legales para entrar en Europa, garantizar el derecho de asilo, respetar el principio de no devolución de los solicitantes a territorios donde no estén protegidos, implementar el derecho a la reunificación familiar y desarrollar un marco legal que proteja a los trabajadores extranjeros.

María Martínez López

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