miércoles, 30 de marzo de 2016

DOS ENCUENTROS DE LA MADRE ANGÉLICA CON ÁNGELES


La Madre Angélica, una monja norteamericana nacida en 1923 fue muy devota de los Ángeles, lo repite siempre. Fue fundadora de un convento de adoración perpetua a Jesús sacramentado, ha fundado también la primera y principal cadena de televisión católica del mundo por cable, EWTN, ha establecido una editorial católica con su imprenta, y ha fundado la mayor red de emisoras de radio privadas católicas de onda corta.

Además de ser una gran estratega y empresaria, la Madre Angélica era una mística. Aquí presentamos dos encuentros de la Madre Angélica con ángeles.

LA MADRE ANGÉLICA Y OTROS CUATRO SE ENCONTRARON CON UN ÁNGEL

En el Monte Gargano en Italia hace unos años, en el camino de Asís, la Madre Angélica, la famosa monja estadounidense, experimentó un extraordinario encuentro con un ángel. La historia fue contada por Bill Steltemeier, un diácono que estaba con ella y es presidente de la red religiosa que ella fundó, EWTN.

Ellos estaban a unos veinte kilómetros de la cueva de San Miguel en Gargano (un sitio histórico de las maravillas celestiales) cuando la Madre Angélica, el Diácono Steltemeier y tres monjas se encontraban en una encrucijada y no podía decidir qué camino tomar. Había un camino a la izquierda y un camino a la derecha. Pero no había señales, y era una especie de callejón sin salida.

Todo lo que había alrededor eran la colina pedregosa y ganado ocasional.

“Lentamente yo llegué a la intersección”, recordó el Diácono Bill.

“De repente vimos un coche que venía muy rápido desde la izquierda. A exceso de velocidad. Bajé mi ventana. Quería preguntarle qué dirección tomar”.

“Disminuyó la velocidad a probablemente cincuenta kilómetros por hora. Había un montón de hombres en el coche, todos muy bellos, tres en la parte frontal y tres atrás, en este pequeño coche que estaba tratando de saludar. Estaban todos mirándonos, sonriendo”.

De repente, un joven salta del asiento trasero del otro coche mientras iba a cincuenta kilómetros por hora y se dirige directamente hacia nosotros. ¡El coche nunca se detuvo! Simplemente siguió su camino.

“De repente él viene por detrás. Me quedé pasmado. Y mientras camina hacia mí, veo que es muy hermoso, y me pregunto cómo consiguió salir del coche, la Madre Angélica dice: ¡Es un ángel! ¡Se trata de un ángel!”

“Yo me quedo totalmente sorprendido. La Madre Angélica estaba diciendo que era un ángel, pero yo nunca había visto uno“.

“Estoy listo para preguntarle el camino a la cima del Gargano cuando señala a la montaña de la derecha y dice: ‘Ese es el camino a Gargano’, en perfecto Inglés. ¡Pero era tan italiano como cualquiera que haya visto!”

Era muy bello, tal vez de 22 años, y muy dinámico, pero extraordinariamente joven.

Sabía que había algo en él que era diferente – muy hermoso de una manera que nunca había visto”.

“Le pregunté si quería que lo llevara, pero dijo que volvería a la intersección, donde no había casas ni seres humanos en 40 kilómetros. Estaba desolado, había animales sólo en la ladera”.

El Diácono Steltemeier recordó que las hermanas estaban todas emocionadas. La Madre Angélica no dejaba de repetir: “¡Es un ángel!”.

Ellos empezaron a subir la colina, Bill conduciendo, las monjas mirando hacia atrás al extraño hombre joven que parecía de 22 años.

Mientras miraban, el desconocido caminó en un patrón que formaba una cruz – 5 metros de un lado, luego hacia arriba y hacia abajo. ¡Una cruz! Él lo hizo seis o siete veces.

De repente las monjas gritaron al unísono: “¡Se ha ido!”. El hombre había desaparecido.

CÓMO SALVÓ SU VIDA POR MEDIO DE SU ÁNGEL DE LA GUARDA

Lo narra la Madre Angélica.

Jamás olvidaré un incidente que tuvo lugar, cuando yo tenía diez u once años. Vivía todavía en Cantón, en Ohio, y ya avanzada la tarde había ido a la plaza mayor para hacer algunos encargos para mi madre…

Cruzaba tranquilamente la calle, cuando de pronto oí a alguien que chillaba, y al volver la cabeza, vi unos faros que se me acercaban. Quedé momentáneamente cegada y, entonces, sentí dos manos que me agarraban, ayudándome a saltar la verja del aparcamiento.

Aquel coche había pasado un semáforo en rojo y seguía a toda velocidad.

Gradualmente, comencé a comprender lo ocurrido. Se acercó un montón de gente, preguntándome cómo me las había arreglado para saltar la verja. No tenía ni idea de cómo lo había logrado.

Al llegar a mi casa, mi madre estaba pálida y temblorosa. Ella había sentido que corría peligro y se había puesto de rodillas para rezar, pidiéndole a Dios que me salvara la vida.

Estaba claro que aquello era precisamente lo que Dios le había ordenado a mi ángel que hiciera.

Jamás olvidaré la curiosa sensación de ser levantada, literalmente izada, por dos manos que me ayudaron a cruzar la verja, que me separaba de la muerte…

Desde entonces he mantenido una relación muy íntima con mi ángel. Le llamo Fidelis, que en latín significa fiel, y puedo decir que siempre lo ha sido.

El ángel es nuestro amigo inseparableSi eres estudiante, pídele que te ayude a concentrarte en tu próximo examen. Si eres representante comercial, pídele ayuda antes de visitar a tu próximo cliente importante. Si eres padre, pide al ángel de la guarda de tus hijos que los proteja en su vida cotidiana… Si alguna vez te invade la soledad, recuerda al amigo que Dios te ha dado. Está contigo en todo momento.

Nunca estás solo. Si alguna vez has deseado tener un amigo que te comprendiera y te aceptara tal como eres, si has deseado tener a alguien que no se desalentara por tus debilidades o tus pecados, si has querido tener a alguien que rezara por ti en cualquier circunstancia, ése es tu ángel. Tienes un ángel de la guarda…

Con millones de ángeles que rezan por ti y con un ángel de la guarda que te cuida especialmente, nunca debes tener miedo.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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