La Asociación Española de Abogados
Cristianos ha informado este miércoles en un comunicado que el Juzgado de Instrucción 26 de Barcelona ha
archivado, en cuanto la ha recibido, la causa contra la "poetisa"
Dolors Miquel, que proclamó en una entrega de premios en el Ayuntamiento
de Barcelona una versión grosera del Padrenuestro el pasado 15 de febrero, el
llamado "padrenuestro blasfemo".
La
asociación asegura que va a pedir la reapertura de la causa: considera que se ha cerrado "en falso y de forma precipitada".
Abogados Cristianos busca demostrar que Dolors Miquel cometió un delito contra los sentimientos religiosos,
algo tipificado en el artículo 525 del Código penal español.
La presidenta de Abogados
Cristianos, Polonia Castellanos, denuncia que la composición "es ofensiva
para los sentimientos religiosos de gran parte de los barceloneses, además de
ser una vejación". También busca que la justicia actúe contra la
alcaldesa, Ada Colau, y la acusa de "omisión del deber de perseguir
delitos", pusto que Colau permitió y aplaudió el acto grosero.
Colau,
por primera vez, pide disculpas
Por su parte, después de 6
semanas de polémica, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por primera vez ha pedido “disculpas” "si han sentido que
el recital del poema ofendía sus valores y creencias".
Lo ha hecho en un texto que
responde a la carta firmada por doce personalidades de la sociedad civil
catalana y publicada a los pocos días de producirse el incidente.
Colau escribe ahora a esas doce
personalidades las siguientes palabras que recoge el diario
digital ForumLibertas: “Espero que comprendan que no ha existido –ni por parte del Ayuntamiento,
ni por parte de la poetisa, ni por parte de la organización del acto- una intención de ofensa hacia los
sentimientos religiosos de la comunidad católica barcelonesa. De todas
formas, les pido disculpas si han
sentido que el recital del poema ofendía sus valores y creencias, y les
agradezco que así nos lo hagan saber de forma constructiva y dialogante a
través de su carta abierta”.
La petición de disculpas de Colau
parece ir ligada a la sugerencia de que lo "constructivo y
dialogante" es publicar cartas abiertas, quizá en contraposición a las
denuncias en juzgados, que Colau, en declaraciones a Catalunya Ràdio,
consideró algo "excesivo".
Los firmantes de aquella carta
fueron Josep Mª Carbonell, decano de la Facultat de la Universitat Ramon Llull
y director de la Fundación Margall; Jordi Lopez Camps, director general de
Asuntos Religiosos con el presidente Montilla; Eugeni Gay, presidente de los
colegios de abogados de España y miembros del Tribunal Constitucional, Núria
Gispert, diputada por el PSC y presidente de Cáritas; Eduard Ibáñez, director
de Justicia y Paz; David Jou, catedrático de Física de la UAB; Margarita Mauri,
profesora titular de Filosofía; Carlos Losada, ex director de ESADE; Josep Miró
i Ardèvol, presidente de e-Cristians y miembros del Consejo Pontificio para los
Laicos; Núria Sastre, ex directiva de Pax Romana; Francesc Torralba, catedrático
en la Ramon Llull y miembros del Consejo Pontificio para la Cultura; y Eudald
Vendrell, presidente de Justicia y Paz.
El Padrenuestro explicado a Colau
La carta de las 12 personalidades que ha animado a Colau a pedir perdón argumentaba así: “Para nosotros, los cristianos, el Padre Nuestro nos acompaña y nos hace meditar el mensaje central del Cristianismo que es el amor de Dios a los hombres, la solidaridad de todos los cristianos con la humanidad entera sin exclusiones y el deber moral de perdonar y también de pedir perdón, todo ello rogando la ayuda de Dios para que así sea”.
“En las prisiones, en los campos
de refugiados, en el éxodo, en la guerra, en la tortura y en el martirio miles de hombres, mujeres y niños, los
cristianos imploran a Dios mediante el Padre Nuestro”, dicen y señalan
que “solamente hay que ver las persecuciones de los más débiles, cristianos y
también no cristianos, en el mundo de hoy para saber del dolor, de la miseria y
de la triste realidad de la inmensa mayoría de los seres humanos, cuya
sensibilidad individual nos resulta imposible de medir pero cuyo sufrimiento no
es mesurable porque es totalmente patente, manifiesto e insultante”.
El texto
concluía pidiendo a la alcaldesa que “en lo sucesivo tenga en cuenta los sentimientos de las personas que conforman la
sociedad de la cual Ud. es la primera responsable de su administración”.
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