"En aquel tiempo Jesús entró en
el templo y, mientras estaba en él, enseñando, se le acercaron los jefes de los
sacerdotes y los ancianos de los judíos y le preguntaron:
-¿Con qué autoridad haces estas
cosas? ¿Quién te ha dado la autoridad?"
A los sacerdotes y ancianos no les importaba lo que
decía Jesús. Posiblemente ni lo escuchaban. Para ellos lo importante era de
dónde le venía el poder, quién le daba autoridad.
A nosotros nos puede ocurrir lo mismo. Cuando
alguien nos interpela, lo primero que nos preguntamos es con qué autoridad nos
dice aquello. En vez de examinarnos y ver si tiene razón, nos importa con qué
autoridad lo dice. Y así perdemos muchas ocasiones para mejorar. No sólo las
jerarquías pueden enseñarnos. Es más, Dios nos habla por boca de la gente
sencilla, del pobre, del no creyente. Si no sabemos escuchar sin prejuicios,
dejaremos de oír la voluntad de Dios en muchas ocasiones.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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