jueves, 12 de noviembre de 2015

"LA VIDA OCULTA DE LA VIRGEN MARIA" - ANA CATALINA EMMERICH - ALEGRÍA EN EL CIELO POR EL NACIMIENTO DE MARÍA


En el mismo instante en que la Niña María recién nacida descansó en brazos de su madre, la vi también presentada en el Cielo ante la faz de la Santísima Trinidad, saludada por la indescriptible alegría de todos los ejércitos celestiales. Supe que a María le hicieron saber entonces, de forma sobrenatural, todos sus gozos, dolores y capacidades, y fue instruida en infinitos misterios aunque era y siguió siendo una criatura.

No podemos entender este saber suyo, porque el nuestro ha crecido en el árbol del conocimiento y ella lo sabía todo lo mismo que un bebé conoce el pecho de su madre y sabe que debe mamar de él. Cuando desapareció la visión de la gracia instruyendo a María en el Cielo, fue cuando la oí llorar por primera vez. A menudo veo cuadros de esa clase, pero como para mí son inexpresables y para la mayoría de la gente ininteligibles, no los comparto.

ANUNCIO DE MARÍA EN EL ANTEINFIERNO
El nacimiento de María se le anunció a los patriarcas en el Anteinfierno en el mismo instante en que se produjo, y vi a todos ellos y especialmente a Adán y Eva, transidos de inefable alegría de que se hubiera cumplido la promesa dada en el Paraíso. Supe también que los patriarcas progresaron en su estado de gracia, que su morada se iluminó y ensanchó, y que se les dio mayor influencia en la Tierra; era como si todos sus trabajos y penitencias y sus luchas, clamores y anhelos hubieran madurado en un fruto satisfactorio.

MOVIMIENTO EN LA NATURALEZA CUANDO NACIÓ MARÍA
Cuando María nació en el tiempo, vi un gran movimiento de júbilo en la Naturaleza, en todos los animales y en los corazones de todas las personas buenas y escuché dulces cantos, mientras que los pecadores tuvieron mucho miedo y compunción. En este momento, muchos posesos rompieron a gritar con rabioso griterío, sobre todo en la comarca de Nazaret pero también en el resto de la tierra prometida. Los demonios arrojaban a los posesos de un lado a otro con un griterío rabioso y rugían a través de ellos: —¡Tenemos que retirarnos, tenemos que salir de aquí!

UN VISTAZO A SIMEÓN Y HANNA
En Jerusalén vi que el viejo sacerdote Simeón, que vivía en el Templo, se despertó a causa del griterío rabioso que hacían los enajenados y posesos, muchos de los cuales estaban encerrados en un edificio de una de las calles junto a la montaña del Templo, del que Simeón, que vivía cerca, era inspector. A eso de medianoche lo vi entrar en la plaza delante de la casa de los posesos, y preguntó a uno que vivía allí la causa del rabioso griterío con que estaba despertando del sueño a todos. El interpelado gritó aún más fuerte que tenía que salir y Simeón le abrió la puerta.

El poseso se precipitó afuera y Satanás gritó desde él: —¡Tengo que salir! ¡Tenemos que salir! ¡Ha nacido una virgen! ¡Ahora están en la Tierra muchos ángeles que nos atormentan! Los que ahora tenemos que salir ya nunca podremos poseer un ser humano. Simeón rezó ardientemente; el pobre hombre fue arrojado de un lado a otro de la plaza de un modo terrible y vi que el demonio salió de él. Me alegré mucho de ver al anciano Simeón. También se despertaron en el Templo la profetisa Hanna y Noemí, hermana de la madre de Lázaro, que fueron instruidas en visión del nacimiento de una criatura elegida. Ambas se reunieron y compartieron sus experiencias; pienso que conocían a la madre Santa Ana.

ANUNCIO DEL NACIMIENTO DE MARÍA A LOS CALDEOS
La noche que nació María vi que cinco sibilas o jóvenes profetisas tuvieron visiones en una ciudad de los caldeos, y que se apresuraron a contarlas a los sacerdotes. Luego éstos anunciaron en muchos lugares de alrededor que las sibilas habían visto que había nacido una doncella que muchos dioses habían bajado a saludarla a la Tierra, y que otros espíritus huían y se afligían delante de ella. Vi también que los hombres que observaban los astros desde que María fue concebida vieron en una estrella la imagen de una doncella que llevaba trigo y uvas en una balanza equilibrada, pero a la hora del nacimiento de María dejaron de divisarla en la estrella; era como si hubiera salido de ella, en la estrella apareció un hueco, y fue como si la propia estrella descendiera hacia determinada comarca.

Entonces mandaron hacer y colocaron en el templo el ídolo grande que tenía relación con la Santísima Virgen y que vi allí en mis contemplaciones de la predicación itinerante de Jesús. Más adelante también pusieron en el templo el Huerto Cerrado, otro símbolo de la Santísima Virgen. En este templo he visto cuidar o descansar animales vivos, no sé si perros, a los que daban otros animales para comer. Hasta entonces, en este templo de los Reyes Magos siempre había visto por las noches una maravillosa iluminación; mirando a lo alto se veía un cielo estrellado con diversas constelaciones, y según las visiones que distinguían en ellas hacían cambios en el firmamento artificial del templo. Así pasó después del nacimiento de María. Por cierto que la iluminación que había hasta entonces pasó a ser de fuera hacia adentro.

ACONTECIMIENTOS EN EGIPTO CUANDO NACIÓ MARÍA
Cuando nació la Santísima Virgen se tiró al mar aquella imagen de mujer alada con una balanza en la mano que se inclinaba sobre un niño en una barquilla que descansaba en un arbolito. Estaba en un templo de una isla del río, donde la vi erigir mucho antes de Elías por lo que un ídolo se vio obligado a decir. El arbolito sobre el que descansaba el niño en la barquilla, siguió en pie. Más tarde se erigió allí una iglesia.

En el instante en que nació María también se cayó del techo del templo parte de aquella otra imagen de mujer con tres pechos que vi poner en Egipto en el techo de un templo cuando el mensajero de Elías anunció su profecía de que había que esperar una virgen. La cara, los tres pechos y todo el bajo vientre cayeron y se destrozaron, pero la corona de la cabeza en forma de artesa, los brazos con espigas de trigo, el tronco y las alas no se cayeron.

Foros de la Virgen María

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