jueves, 22 de octubre de 2015

VARÓN Y MUJER: CREADOS PARA EL AMOR


El tema de la creación expresa la grandeza y dignidad del ser humano, así como sus posibilidades.

QUERIDO LECTOR,

¿Has pensado por qué Dios creó el universo? Y todavía más… ¿por qué crea al hombre? En el primer caso la respuesta viene de inmediato, sabía que nos gustaría. En el segundo, Dios crea al hombre para darle a conocer su amor. Esto es una verdad maravillosa y un descubrimiento sin igual. Realmente es una gracia de Dios ser tú y ser yo. Dios tuvo un proyecto para cada uno al crearnos. Es verdaderamente una gracia ser hombre, para cualquier persona en este mundo. “Ser” es el mayor don que hemos recibido de Dios. Dios es amor. En su gran amor decidió crearte a ti y a mí, personas humanas. Persona masculina y persona femenina son la obra maestra, cumbres, lo más alto de la creación de Dios. Precisamente sobre esto trata la “Teología del cuerpo” que contiene la catequesis de Juan Pablo II sobre el cuerpo humano y el sentido de la sexualidad humana. Esta serie de enseñanzas fueron impartidas los primeros cinco años de su pontificado, entre los años 1979 y 1984.

¿TEOLOGÍA DEL CUERPO?

Te preguntarás qué quiere decir “Teología del cuerpo” y por qué es importante que como cristianos conozcamos sobre ella. “Teología” es, según la perspectiva cristiana, no sólo una palabra “sobre” Dios, sino ante todo, una palabra “de” Dios, de nuestro Dios que se ha revelado, que ha salido al encuentro con nosotros, que ha empezado un diálogo lleno de amor con cada uno de forma personal y única. Por lo tanto, “Teología del cuerpo” es lo que dice Dios sobre nuestro cuerpo humano. La teología del cuerpo de Juan Pablo II es una reflexión bíblica del misterio de Dios para el hombre descubierto en el cuerpo humano. Dios no revela su misterio en los animales, lo ha hecho únicamente en el hombre. Dios creó el cuerpo como “signo” de su misterio de amor hacia la persona humana, lo crea del polvo de la tierra al igual que a los animales. Sin embargo, al crear al hombre Dios le sopla “aliento de vida”, haciéndolo semejante a Él para que someta y reine la tierra (Génesis 1,7). Ésta es una verdad esplendorosa que debería llevar a cada uno a vivir dando gloria a Dios por la oportunidad de nuestra vida.



1] Masculinidad y Feminidad en el Mundo de la Biblia, Instituto de Ciencias para la Familia.

SheilaMorataya-Fleishman

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