Tus años de esfuerzo en
servir a Dios, en invertir en su obra, y en hacer todo lo que a Él le agrada,
tiene una detallada recompensa. Llega el tiempo donde recibirás todo junto, lo
que por años has sembrado.
2 Reyes 20:3 dice: “-Señor, te ruego que hagas memoria de que
en verdad me he conducido delante de ti con integridad de corazón, y que he
hecho todo lo que te agrada. Y Ezequías prorrumpió en llanto”.
El profeta Isaías había sido enviado al rey Ezequías que se
encontraba enfermo, y la palabra que trajo de parte de Dios fue: que ponga sus
asuntos en orden, porque moriría. Ezequías lloró amargamente, e hizo una
oración pidiéndole a Dios que recuerde, que de todo corazón le había servido y
había hecho lo que le agradaba. Cuando el profeta se retiraba del lugar, se
frenó sorprendentemente, por una nueva palabra de Dios. Por lo que ahora le
dijo que el Señor tomó en cuenta su oración, vio sus lágrimas, lo sanaba, le
prometió que salvaría la ciudad del enemigo y además le añadiría quince años de
vida. Vemos que Dios siempre tiene en cuenta lo que hacemos de corazón para él,
cada día invertido, cada hora de nuestro servicio desinteresado; todo lo que
hacemos de corazón, es tenido en cuenta. No te canses nunca de hacer el bien y
de servir a Dios, porque serás recompensado como Ezequías, con múltiples
bendiciones.
Hagamos esta oración:
“Señor todopoderoso, me dispongo a servirte en el ministerio
que me has encomendado. Guíame a los lugares que me quieres enviar. Dame
sabiduría para hacer el bien en todo lugar, te lo pido en el nombre de Jesús,
Amén”
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