miércoles, 7 de octubre de 2015

SOBRE EL INFIERNO



Siguiendo con la cuestión de ayer. Pero estoy convencido de que Dios sí que alivia los sufrimientos del infierno. Los alivia, primero de todo, permitiéndoles vivir juntos. Es decir, formando una sociedad. Sería mucho peor que cada uno de ellos viviera separado, aislado. Cierto que la convivencia con esos seres réprobos es una fuente continua de dolor, porque son seres llenos de malos sentimientos. Pero, al mismo tiempo, ese mal es menor que el mal de la soledad absoluta.

Ahora bien, Dios tiene que poner ciertas leyes que ni los demonios ni los hombres pueden quebrantar. Si no fuera así, los condenados estarían abandonados completamente a la mala voluntad de esos habitantes del Averno. De ahí que, de un modo invisible, la Mano de Dios evita que el ensañamiento llegue más allá de ciertos límites.

P. FORTEA

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