En los papeles no se cambió la
doctrina…
Finalizó la segunda parte del
Sínodo de Obispos sobre la Familia con un documento que obtuvo consenso en base
a la ambigüedad.
Para unos el texto no se
aparta de la doctrina oficial de la Iglesia. Pero para otros, aunque no se dice
directamente en el texto, dejó legitimada la posición de los liberales que
pretenden dar acceso a la eucaristía a los divorciados vueltos a casar y el
reconocimiento de las familias homosexuales; a partir de ahora se puede
sostener legítimamente lo que antes existía pero debía ser condenado
oficialmente .
De ahora en adelante es
legítimo que en las parroquias se hable de las dos posiciones y se trabaje
sobre el plano pastoral en uno u otro sentido según sea la interpretación que
se haga de las conclusiones.
PROFUNDIZACIÓN DE UN PROCESO
Se
ha profundizado la apertura de un proceso, como le gusta decir al papa Francisco sobre la dinámica de los cambio en
la Iglesia, queriendo expresar con esto que en la Iglesia no se pueden
pretender cambios bruscos, sino abrir procesos que fructifiquen con el correr
de las décadas.
Francisco
convalidó el espíritu de renovación con su énfasis indiscriminado de la
naturaleza infinita de la misericordia divina, diciendo: “El primer deber de la Iglesia es no dictar condenas o
anatemas, sino proclamar la misericordia de Dios.”
Y el Obispo belga
Johan Bonny, dijo en una conferencia
separada el viernes que el documento final del Sínodo abre una “ventana
pastoral”.
“El
Sínodo es un momento. Estamos en un proceso. Si usted ve lo que ha sucedido en
nuestra iglesia en los últimos dos años desde que Francisco ha sido electo,
esto realmente es un proceso en curso”.
En concreto, el documento
final ha recomendado suavizar la práctica de la iglesia (pastoral) hacia los
divorciados casados ??de nuevo, diciendo esas personas deben discernir
decisiones sobre sus vidas espirituales individualmente, en concierto con la
guía de sus sacerdotes.
Mientras que documento final
del Sínodo habla sobre las personas homosexuales en un solo párrafo, repitiendo
más o menos las declaraciones de la iglesia, que las personas con “tendencias
homosexuales” deben ser “respetadas en su dignidad y recibidas con respeto,
con cuidado para evitar cualquier tipo de discriminación injusta”.
El documento
también critica a las organizaciones internacionales, que condicionan la ayuda financiera a los países
en desarrollo como contrapartida de leyes sobre el matrimonio del mismo sexo.
El
lanzamiento del documento final se produce después que la reunión de tres semanas fue inusualmente
polémica, incluso con la publicación de una carta privada escrita por 13
cardenales a Francisco quienes le
dijeron que la reunión parecía “diseñada para facilitar
resultados predeterminados en cuestiones disputadas importantes”. La
organización del Sínodo rechazó esto.
Lo más seguro es – como los prelados sinodales han dicho – que se debe esperar que Francisco desarrolle estos temas en un documento
en algún momento en el futuro.
El Cardenal canadiense Gérald Lacroix dijo que:
“Él sabe los acentos, los puntos difíciles. Puede que no tengamos un
consenso en todo, pero sabe el peso de cada argumento”.
EL TEXTO SOBRE LOS DIVORCIADOS
VUELTOS A CASAR
Todos
los 94 párrafos de la Relatio Finales han obtenido la mayoría de dos tercios
(sobre 270), y los únicos que han logrado el resultado con estrechez fueron los
relacionados con el tema del acompañamiento de los divorciados vueltos a casar.
En particular, el apartado 85 ha alcanzado los dos tercios a un solo
voto, 177 contra 178 necesarios.
En
este tema llama la atención que no hay mención a la eucaristía.
Los tres párrafos sobre los divorciados vueltos a casar, 84, 85 y 86,
ocupan la mayor parte del trabajo del grupo de discusión germánico, en el que participaron pesos pesados como
los cardenales Walter Kasper, Marx, Muller y Schonborn, y que desde el
principio había identificado el camino de una posible mediación, de una manera
asombrosa para los expertos pues preveían una lucha enconada.
El Cardenal Schonborn
– reputado como progresista – en la
rueda de prensa habitual del almuerzo dijo:
“No
hemos hablado del acceso directo a los sacramentos sino de la forma de
entendimiento para la integración en las comunidades cristianas de estas
parejas”.
En el numeral 85 se hablaba de un atento discernimiento de las situaciones.
Y dice que “es deber de los sacerdotes acompañar a las personas interesadas en el
camino de la comprensión según la enseñanza de la Iglesia y las
directrices del Obispo”.
Más allá de estos “lineamientos del obispo” que podría resultar
en una realidad muy heterogénea, el número 86 se expresa indicando que “este discernimiento no
podrá nunca prescindir de las exigencias de la verdad y la caridad del
Evangelio propuesta por la Iglesia“.
Es bastante obvio que no se menciona específicamente el acceso a la eucaristía, lo cual ha sido un compromiso alcanzado con el
fin de recoger el número suficiente de votos para llegar a los dos tercios.
Tenemos que entender que el Papa se expresará sobre el asunto, en algún
documento. Pero sin embargo se sentaron las bases para un discernimiento más cuidadoso en el trato de
los divorciados vueltos a casar que “no deben sentirse excomulgados”.
Como sugirieron los alemanes, el Sínodo sugirió
el uso de lo que se llama el “fuero interno”; el
documento dice que los sacerdotes pueden ayudar a los católicos vueltos a casar
“en la toma de
conciencia de su situación ante Dios“ para
decidir cómo seguir adelante.
Un conservador podría
interpretarlo como que se ha cerrado el acceso a la Comunión, ya
que no se menciona en el texto. Un
liberal podría interpretarlo como que incluye la Comunión, ya que no se
excluye de forma explícita en el texto.
La verdad es que la comunión no
fue mencionada porque esa era la única forma en que los párrafos podrían
obtener una mayoría de dos tercios. Al igual que el Concilio Vaticano
II, el sínodo logra consenso a través de la ambigüedad.
Esto significa que están dejando Francisco libre de hacer lo que cree mejor, pero puede ser que Francisco
no diga explícitamente nada y se los traslade a las Conferencias Episcopales de
cada país.
Aquellos que esperaban una revolución se encuentran con que la Iglesia católica dice una vez más que el
matrimonio es entre un hombre y una mujer, abierto a la vida, que se
comprometen a amar para siempre, y son el ladrillo sobre el que construir el
presente y el futuro de la sociedad humana.
Además
recuerda que el matrimonio cristiano no puede ser reducido a una tradición cultural o un acuerdo legal
simple, sino que es un verdadero llamado de Dios que exige cuidadoso
discernimiento, oración y maduración constante.
SOBRE LAS PERSONAS
HOMOSEXUALES SÓLO UN PÁRRAFO
De
esto sólo habla a numeral 76 y sólo se refiere a las familias que viven la
experiencia de tener dentro de ellos una persona homosexual, por eso “la Iglesia
reafirma que toda persona, independientemente de su orientación sexual, debe
ser respetada en su dignidad y darle la bienvenida con respeto, para evitar
todo signo de discriminación injusta.”
Pero no hay ningún tipo de alusión a alguna forma de
reconocimiento de las parejas del mismo sexo.
“En cuanto a las propuestas al
equivalente de matrimonio a las uniones entre personas homosexuales, no hay
fundamento alguno para asimilar o establecer ni remotamente similitud de las
uniones homosexuales y el designio de Dios para el matrimonio y la familia”.
“El Sínodo cree en todo caso totalmente inaceptable que las iglesias
locales sufran presión sobre este asunto y que los organismos internacionales para condicionen la ayuda financiera a los
países pobres a la introducción de leyes que establecen el “matrimonio” entre
personas del mismo sexo“.
En definitiva el sínodo no progresó más allá que lo hicieron los obispos americanos en 1997 en el mensaje pastoral “Siempre
Nuestros Hijos”.
ENTONCES, ¿QUIÉN GANÓ Y QUIEN
PERDIÓ?
Hablemos
del texto solamente.
Es evidente que ganó
el comité de redacción, muy criticado
de antemano, que se habría avergonzado si su texto hubiera sido rechazado.
También ganaron los alemanes
que llegaron a un acuerdo en lugar de lanzar condenas el uno al otro.
Francisco
también ganó
que
consiguió un sínodo en el que se intercambiaron y debatieron con apertura
completa ideas, sin que
la Iglesia hiciera un crack inmediato.
Y también las familias
católicas de todo tipo, que
recibieron toda la atención de los padres sinodales durante estas tres semanas.
¿Y
quién pierde? Los que querían hacer hincapié sólo en la ley de la misericordia,
y querían una apertura total y directa ya.
Y
también perdieron quienes se oponían a poner sobre la mesa como temas de
discusión las posibles aperturas.
En los próximos días, conservadores y liberales intentarán traducir a su favor la letra del
texto, porque
da para todo.
Los conservadores
tratarán de demostrar que el texto dice formalmente que no hay cambio en la
doctrina.
Mientras que los liberales dirán que no se prohíben expresamente cambios
pastorales para cumplir las intenciones de la letra.
Y en todo caso, actuarán como lo han hecho hasta ahora, introduciendo
los cambios de hecho a
nivel de las parroquias.
Los reformadores liberales en la Iglesia han presionado durante años
para eliminar del Catecismo y otros
documentos de la Iglesia el lenguaje que enseña que “los actos homosexuales
son intrínsecamente desordenados”, y que el divorcio civil y el nuevo
matrimonio es “adulterio”.
Tres elementos principales del lenguaje se encuentran desafiados por los
liberales:
-“Intrínsecamente
desordenados“ para describir la naturaleza
de los actos homosexuales
-“Adulterio” para describir la actividad sexual
entre los divorciados vueltos a casar civilmente
-“Indisolubilidad
“
para
describir el carácter absolutamente vinculante de los votos matrimoniales
Esta agenda de cambio del lenguaje se ha ido convirtiendo en una parte
pública de la discusión sinodal a partir del polémico informe de mitad de
período del año pasado que insertó el concepto que había “elementos positivos” en las uniones homosexuales.
Estas controversias lingüísticas resurgieron como puntos desde el
principio del sínodo de este año, cuando el P. Thomas Rosica de la oficina de prensa del Vaticano declaró que
“debe haber un fin al lenguaje
excluyente” y un nuevo “lenguaje
de la misericordia”, especialmente al hablar de los
homosexuales y los divorciados vueltos a casar.
Esta batalla la presenciaremos en los próximos meses.
¿CUÁL SERÁ EL ENTORNO
GEOGRÁFICO DE ESA BATALLA?
En
primer lugar los medios de comunicación.
Los medios de comunicación
laicistas y algunos medios católicos apoyan esta agenda reformista. Aunque la novedad en este sínodo es que los conservadores no fueron
tomados de sorpresa, como en el sínodo anterior y trabajaron mejor en los medios de comunicación.
Este campo de batalla es muy visible para todos.
El
segundo lugar de batalla son las parroquias.
Creo que a quien vaya a misa asiduamente no le pasa desapercibido que la presión por la apostasía viene en este
momento de las bases, en quienes se ha producido una fuerte corriente de
opinión favorable a acomodar la doctrina de la Iglesia a la moral dominante en
la sociedad.
Algunos
párrocos la enfrentan, pero son los menos; otros tratan de no hablar de “temas conflictivos” para no contradecir a los
fieles (“Padre no hable del infierno porque me asusta”, “Padre no se refiera
que estoy en pecado porque yo soy divorciada”) y los demás que todos hemos
oído. Y hay otros
párrocos que estimulan la acomodación.
No
es tan simple como algunos dicen que cardenales e incluso el Papa son
favorables a una apertura porque son modernistas. Pueden serlo, pero hoy son las
propias bases de la Iglesia que hoy están empujando hacia la apostasía,
hablando de occidente.
Con buen tino dirán otros que
esta apostasía comenzó por párrocos, obispos y cardenales que difundieron sus ideas a las bases; lo cual es cierto. Pero eso ya germinó y este proceso
está anclado firmemente en las bases, en las parroquias.
No estoy haciendo ningún juicio de valor, sino simplemente describiendo
la realidad para que nadie se lleve a engaño.
No nos podemos engañar, el resultado de este Sínodo ha sido un nuevo paso adelante en la
acomodación de la Iglesia a la moral del mundo; la única forma en que no lo
hubiera sido era que el Sínodo cortara toda apostasía de Raíz, y aun así
llevaría décadas de contrarreforma.
Obviamente toda esta interpretación es opinable y para tu
discernimiento.
FUENTES:
- http://www.lanuovabq.it/it/articoli-il-sinodo-finisce-con-un-compromessoma-lascia-limpressione-di-una-chiesa-divisa-14203.htm
- http://ncronline.org/blogs/faith-and-justice/synod-remarried-catholics-consensus-ambiguity
- http://ncronline.org/news/vatican/synod-offers-striking-softening-remarried-proposing-individual-discernment
- https://www.lifesitenews.com/opinion/synod-danger-changing-our-language-changing-our-religion
- https://www.lifesitenews.com/opinion/pope-must-address-synod-created-crisis-of-trust-within-church
- http://feedproxy.google.com/~r/noticiasaci/~3/V9BesNx8rP8/
- http://www.infovaticana.com/2015/10/24/documento-final-del-sinodo-relatio-finalis/
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