Hoy leyendo a María Valtorta,
delante de la custodia en la Capilla de las Santas Formas, me he encontrado con
una frase que me ha impresionado mucho. Cito, pero no literalmente, que hay que
amar a Dios. Pero que amar a Dios supone amar su voluntad. Y que la Voluntad de
Dios se esconde detrás de infinidad de cosas que nos parecen meramente humanas.
Esta frase hoy me ha tocado el
corazón profundamente y la he meditado y me la he aplicado.
En el pasaje que hoy he leído, Jesús hablaba a un gran grupo de esclavos
trabajando en una obra pública en Gamala. Cada día que paso amo más la obra de
Valtorta. Este libro me acerca tanto a Dios.
P.
FORTEA
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