WASHINGTON (AP) — Un exalumno del papa Francisco abiertamente homosexual
que visitó al papa durante su reciente viaje a Washington dijo estar
sorprendido de que Francisco se hubiera encontrado con la secretaria de
Kentucky que negó licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo.
El encuentro del pontífice con el residente de Washington Yayo Grassi,
su novio y algunos otros, salió a la luz el viernes cuando el Vaticano se
distanciaba de las afirmaciones de que el encuentro con la secretaria Kim Davis
era una aprobación a su postura en relación a los matrimonios homosexuales.
Grassi, de 67 años, conoció a Francisco hace más de 50 años cuando el
futuro papa enseñaba en su escuela exclusiva de hombres en Argentina. Se
volvieron a reconectar en el 2008 y, desde que se convirtió en papa, Francisco
se ha encontrado dos veces con él y su novio de hace 17 años, una vez en Roma y
más recientemente en Washington, informó Grassi.
Grassi, quien llegó a Estados Unidos en 1978 y tiene un negocio de
banquetes, habló el sábado con The Associated Press desde su hogar.
Sus pensamientos en relación al encuentro del pontífice con Davis:
"Pensé, 'Esto es muy extraño. No es típico de
él''', dijo.
Comentó que les dijo a sus amigos que rápidamente lo criticaron que no
deberían emitir un juicio y que no consideraba que tenían todos los hechos. El
vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, se negó a decir quién
invitó a Davis o qué sabía el papa sobre su caso, pero que dichos encuentros
fueron arreglados por el embajador del Vaticano y su equipo, no la delegación
del papa ni la conferencia de arzobispos en Estados Unidos.
Grassi dijo que cuando se dio a conocer la historia de Davis y él fue
contactado por la prensa, pensó: "Probablemente
sea el momento de defenderlo. Se lo debo como amigo, no porque sea mi amigo,
sino porque conozco parte de la verdad".
Grassi agregó que "motivar a alguien que es
tan divisivo" como Davis no es parte del carácter de Francisco.
"Aquí hay alguien que integra a todos, se
comunica con todos", dijo Grassi y agregó que estaba "500%
seguro" que el papa no provocó la reunión con Davis.
En relación a intercambiar correos electrónicos con el papa Francisco,
entonces el cardenal Jorge Mario Bergoglio de Argentina, cuando el país debatía
la legalización del matrimonio homosexual, que aprobó en 2010:
"Recuerdo leer fragmentos de la prensa
diciendo que el cardenal Bergoglio había dicho... cosas extremadamente
negativas. Inmediatamente pensé, 'No es del estilo del Bergoglio que yo
conozco, no la persona que tanto quise cuando crecía", dijo.
Grassi comentó que envió un correo al entonces cardenal diciendo que
estaba "desilusionado" y "herido". Una semana después se sorprendió
de recibir una respuesta, agregó. Bergoglio solicitó su perdón si había herido
a Grassi y dijo que un periódico había sacado de contexto sus palabras.
Grassi dijo que la última frase que escribió su ex maestro era: "Quiero que sepas esto: en mi trabajo pastoral no hay
lugar para la homofobia".
En relación a cómo era el pontífice como maestro:
"Llegó a la clase e inmediatamente exigió
autoridad pero en una forma buena y gentil, y sabíamos que estábamos frente a
un gran maestro", dijo Grassi, quien tuvo a Francisco como maestro durante dos años en la
secundaria, entre 1964 y 1965, en la Inmaculada Concepción en Santa Fe,
Argentina.
En esa época, lo llamaban padre Bergoglio, pero aún no era sacerdote
jesuita.
El futuro pontífice enseñaba psicología y literatura, motivaba a sus alumnos
a leer y en algún momento convenció al escritor Jorge Luis Borges de visitar a
sus estudiantes y dar una clase. Borges estuvo tan impresionado con los
trabajos de los adolescentes, incluido el de Grassi, que prometió que si
Bergoglio conseguía financiamiento para publicarlo y encontraba un impresor,
escribiría la introducción. Bergoglio lo hizo y Borges mantuvo su palabra. El
libro se llamó "Cuentos originales".
En cuanto a si el pontífice ha cambiado desde sus días de maestro:
"A veces cuando lo escucho hablar en la
televisión sólo cierro mis ojos y es el mismo tono, la misma voz, la misma
forma de persuadir a la gente que tenía cuando éramos sus estudiantes. Quiero
decir, el hombre no ha cambiado. Es exactamente la misma persona, lo que es muy
sobresaliente dado el mundo en el que vivimos".
Jessica Gresko
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