miércoles, 28 de octubre de 2015

EL BUEN PASTOR


¡HIJOS MÍOS, MI SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTO, HOY SON QUEBRANTADOS Y PISOTEADOS POR LA INMENSA MAYORÍA DE LA HUMANIDAD!

OCTUBRE 26 DE 2015 – 2:00 P.M.
LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO A LA HUMANIDAD

Hijos míos, mi paz sea con vosotros.

La fe va en decadencia, en muchos países mis casas están siendo cerradas o están siendo utilizadas para celebrar en ellas otro tipo de cultos. Muchas se han convertido hoy en museos, donde son visitadas sólo por turistas. La desacralización de mis casas va en aumento, mis sagrarios están vacíos y ya no hay respeto en mis recintos. ¡Qué tristeza siento al ver la frialdad espiritual de la inmensa mayoría de la humanidad de estos últimos tiempos!. Sólo buscan satisfacer su ego, dejándose arrastrar por una sociedad consumista que los está llevando a cambiar a Dios por los placeres de la carne y cosas materiales. Así se cumple lo que dice mi Palabra: Al final de los días, vendrán tiempos difíciles, porque los hombres serán más amantes de los placeres de la carne que de Dios. (2 Timoteo 3. 4, 5).

¡Oh mujeres mundanas, mi adversario os está utilizando como conejillos de India!. Vuestra lujuria y desenfreno está haciendo perder a muchos, incluso a muchos de mis elegidos. Vuestras modas indecentes, vuestra sensualidad y bajos instintos, son una afrenta al amor de Dios; ya no respetáis al hombre casado, ni respetáis a su familia; os habéis convertido en instrumentos de pecado al servicio de mi adversario. Muchos hogares se están destruyendo por vuestro desenfreno. ¡Potrillas desbocadas, estáis pisoteando el Sacramento del Matrimonio, separando lo que yo uní con mi bendición!. Os digo, hijas de la perdición: si no recapacitáis, reparáis y pedís perdón, os aseguro que las entrañas del averno serán vuestra morada por toda la eternidad.
 
Hijos míos, me duele y entristece ver a mis jóvenes perdidos en la drogadicción y la prostitución y ver a sus padres que no hacen nada por remediar esta dolorosa situación. ¡Os digo perros mudos, vuestro silencio será vuestra condena; os di una familia para que la educaras bajo las bases morales y espirituales, pero los afanes y preocupaciones de este mundo os están apartando de lo que vale más que el dinero, vuestra familia. Recapacitad padres de familia, nuevamente os lo digo, sed pastores y no lobos del rebaño que he puesto a vuestro cuidado.
 
Hijos míos, mi sexto y noveno mandamiento, hoy son quebrantados y pisoteados por la inmensa mayoría de la humanidad. La inmensa mayoría de las parejas tienen relaciones sexuales antes del matrimonio y no hay una voz que se levante y les diga que esto es pecado que ofende a Dios. Mis jóvenes fornican y se prostituyen desde temprana edad y lo más triste es ver como muchos vienen a mi Santo Sacrificio los fines de la semana y como si no fuera pecado reciben indignamente mi Cuerpo y mi Sangre. ¡Qué tristeza siento en mi corazón al ver la degradación moral, social y espiritual en que está sumida esta humanidad!.

Mi dolor y mi calvario se reviven y mi cabeza es traspasada por las espinas del pecado de impureza sexual. MI cuerpo diariamente es flagelado por la lujuria, adulterio, fornicación y sodomía de esta humanidad ingrata y pecadora. Y qué decir de los pecados de impureza de muchos de mis predilectos que son lanzas que traspasan nuevamente mi costado; la cruz que tengo que cargar en estos tiempos es más pesada que la que cargué camino al calvario; su peso desgarra mi carne y el dolor que siento es más intenso al ver que esta humanidad se niega a seguirme y persiste en el pecado. ¡Padre mío, perdónalos y ten misericordia de esta humanidad que se olvidó de amar!.
 
¡Padres de familia, escuchadme, abrid vuestros oídos y prestadme atención; porque vuestros hijos se están perdiendo y vuestros hogares van a la deriva!. Retomad el control de vuestros hogares, preocupaos más por vuestras familias; escuchad a vuestros hijos y orientadlos, reprended con amor. Sacad tiempo de vuestro tiempo y sentaos nuevamente en la mesa; platicad con vuestros hijos y más que padres, sed para vuestros hijos, amigos. Vuestros hijos lo que más necesitan es: amor, respeto, diálogo y comprensión y ante todo vuestras familias y vosotros lo que más necesitan es volver al amor de Dios.

Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
 
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
 
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.

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