“Nunca
hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va.” Séneca
Son muchas las cosas que has vivido y muchas las
cosas que quieres experimentar, todo parte de una visión.
Si tu visión tomó un rumbo equivocado
probablemente estés preocupado, frustrado o cansado. Te preguntas ¿Cómo vuelvo
a la visión original?
Se dice que lo mejor para recuperar la visión es
untar colirio en los ojos. Investigando un poco encontré que el Instituto
Oftalmológico de Alicante (España) ha logrado la regeneración de tejidos de la
superficie ocular mediante la aplicación de un colirio elaborado a partir de la
sangre de los propios pacientes. Lo que llama mi atención es que el colirio
proviene del plasma sanguíneo de cada paciente.
Eso me dice que podemos recuperar la visión
original si volvemos a nuestras pasiones.
¿Cuál es tu pasión? ¿Estás centrándote en tus
pasiones?
“Sin
pasión no podemos completar una visión” Pedro Sifontes
Si tu visión no te apasiona, difícilmente la
completarás. Probablemente la tengas bien definida o bien escrita, pero si no
la llevas en tu corazón te puedes desviar del camino y te encontrarás lejos de
tu visión original.
Pasa en las organizaciones donde encontramos
carteles grandes o pequeños con una visión grandiosa; sin embargo, muchos de
sus miembros están muy distantes de caminar en la visión y la razón es que no
la llevan en la sangre, entonces hay que hacer una transfusión sanguínea.
Ninguna organización funciona en piloto
automático a la hora de seguir la visión. Las organizaciones están compuestas
de personas movidas por pasiones que necesitan ser guiados por la visión. Si tu
organización no está marchando en la visión puede terminar en cualquier parte
menos donde quieres que lleguen o donde quieres estar.
Te pregunto: ¿Está tu organización centrada en
la visión?
Quizás es tiempo de revisar la declaración de
visión y preguntarte a ti mismo si la visión te apasiona, preguntarte si sabes
hacia donde vas y cuando llegarás, y luego pregúntale a tus colaboradores lo
mismo que te has preguntado, porque la visión representa lo que podría ser y
debería ser.
Cómo líder tienes una gran responsabilidad en
desarrollar la visión y compartirla cada día. Cuando dejas de compartirla, tu
visión se puede nublar y te puedes llegar a perder, y a continuación tus
colaboradores también. Si tú ves la mitad, ellos también verán la mitad.
Si estás teniendo inconvenientes con tu visión y
te cuesta “untarte el colirio” para ver tus sueños realidad en tu vida o en tu
organización es tiempo de contactarme.
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
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