Mujeres no necesitan ordenarse sacerdotes para alcanzar plenitud de hombres.
MADRID, 28 Nov. 03 (ACI).-Durante
la conferencia inaugural del curso 2003-2004 en la Universidad Católica San
Antonio (UCAM) de Murcia, el Obispo de Ratisbona, Mons. Gerhard L. Müller,
declaró que las mujeres no necesitan recibir la
ordenación sacerdotal para llegar a la misma plenitud que los hombres.
Mons. Müller, experto en
cuestiones relacionadas con el papel de las mujeres en la Iglesia Católica,
remarcó la constitución sacramental del Pueblo de Dios y la voluntad
instituyente de Cristo como motivos por los que no existe una ordenación
femenina. Sin embargo, resaltó que su función llega a la misma plenitud que la
del hombre.
"Bajo el
epígrafe ¿democratización de la Iglesia?, parece que algunas cuestiones de fe se
han convertido en objeto de decisiones por mayoría", explicó Mons. Müller. Sin embargo, "que
seamos la comunidad de los que creen en Cristo y formemos su Iglesia no
significa que el Credo deba ser aprobado siempre de nuevo."
El Obispo hizo alusión a un "cisma
mental" cuando se enfocan estas cuestiones sin la perspectiva sacramental,
una visión obligada para referirse a la condición de "servicio"
y no de "derecho" que
implica el acceso al sacerdocio ministerial.
La complementariedad entre varón
y hembra no se reñiría en absoluto con la eminente igualdad entre sexos. "En la reciprocidad de la relación se realiza
plenamente su condición de persona y se manifiesta la semejanza del hombre con
Dios."
Los arquetipos predominantes, sin
embargo, no permiten en ocasiones examinar los profundos condicionamientos que
llevan a poder imponer el sacramento del Orden sólo a varones. "Los paganos se mofaban de los primitivos cristianos
porque entre éstos las mujeres estaban en pie de igualdad con los
hombres", explicó Mons. Müller.
Ellas "contribuían
en buena medida a acuñar el fenotipo demográfico y espiritual de la
Iglesia". Pero "no podemos cometer
el error de concebir el sacramento del Orden como incremento de la condición de
cristiano" y agregó que la mujer, con su papel de laica o
consagrada, cumple, como el hombre laico o sacerdote, la misión y figura de la
Iglesia que proceden del bautismo, la confirmación y la eucaristía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario