El joven seguidor compró una lámpara con una bella
pantalla, que colocó sobre una mesita en la sala de estar. El Anacoreta la miró
sonriendo y dijo:
- Esta lámpara me recuerda que, cuando el corazón
de una persona está iluminado por dentro, gracias a la presencia de Dios,
ilumina al mundo entero, desapareciendo los obstáculos de su camino.
Enviat per Joan Josep Tamburini
No hay comentarios:
Publicar un comentario