Del 31 de
julio al 6 de agosto tuvo lugar en Medjugorje el XXVIº Festival de la Juventud, durante el cual tuvo lugar el habitual
mensaje del día 2 de cada mes a Mirjana, una de las videntes.
El punto culminante del encuentro tuvo lugar en la adoración al Santísimo del
último día, ante más de ochenta
mil asistentes, de ellos medio millar de sacerdotes.
Para el inicio del Festival, el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, había enviado el siguiente mensaje:
"¡Queridos jóvenes que han regresado nuevamente a Medjugorje en gran número! En estos días estoy con ustedes con el corazón y en la oración intensa. Hoy [31 de julio] se celebra la memoria de San Ignacio de Loyola. Él sólo tenía un deseo: colocarse totalmente a disposición de Dios, para la difusión de su Reino. Esta disponibilidad ha dado frutos muy grandes, el más reciente de los cuales, en orden a los tiempos, es nuestro querido Papa Francisco, el primer Papa llegado de la Orden de los Jesuitas. ¡Encomendémosle a él a la Virgen y su ministerio! Jesús nos dice que digamos lo que Ignacio ha puesto efectivamente en práctica, a saber: ´¡Aquí estoy! ¡Quiero recorrer el camino de mi vida en comunión contigo, junto a ti!´ ¡Que el Señor los bendiga a ustedes y los días que están transcurriendo en Medjugorje con Él y Su Madre! Oren también por el Sínodo de la Familia".
Además de momentos de oración, charlas de espiritualidad, testimonios de conversión y la misa vespertina, tuvieron lugar numerosos actos musicales y escénicos, como la interpretación por parte del padre franciscano Marin Karaci, recién ordenado, de las canciones de su primer álbum, o el espectáculo musical Creo en la Misericordia, a cargo de la Comunidad del Cenáculo.
EL MUNDO DE LUCY
El día 3 de agosto destacó el testimonio del matrimonio formado por Gianluca Anselmi y Anna Benedetti, de Verona (Italia), ambos músicos profesionales. Anna contó que tras diez años de matrimonio descubrió que estaba embarazada de una niña a la que decidieron llamar Lucy. Durante el embarazo los médicos descubrieron que nacería con síndrome de Dandy Walker (una malformación cerebral) y además con síndrome de Down.
"Recuerdo perfectamente", explicó Anna, "cómo nos decía el médico que hay una ley que nos permite abortar a este tipo de niños, pero yo me preguntaba qué tipo de ley me permite hacer lo que se supone que voy a decidir... Matar una vida... a Lucy, a una niña. No paraba de repetírmelo a mí misma... Me hice más pruebas por si me daban otro diagnóstico. Nos imaginábamos continuamente a Lucy inmóvil, sin caminar, sin hablar... Pensamos en nuestras vidas, destrozadas, pero mi cuerpo seguía rechazando la idea del aborto. Una noche sucedió algo extraordinario: No podía dormir intentando encontrar una solución para esta situación y, de repente, empecé a rezar. Tan solo sentí vacío, silencio y abandono. De repente, me llegó una señal: pude ver una luz, ¡era una luz que quería venir a este mundo! Inmediatamente sentí un calor que me envolvía como un fuerte abrazo, lo sentí perfectamente en mi piel. Entonces, escuché a Lucy gritándome: ´¡Sí, lo haremos juntas!´ Estaba tan convencida de lo que acababa de experimentar, que desperté a Gianluca y le conté todo, le dije que nuestras vidas cambiarían. Sentíamos que Lucy nos iba a cambiar el mundo. Ella nos iría guiando paso a paso. Gianluca percibió mi serenidad y me dijo que estaría siempre a mi lado. Lucy, preciosa criatura, que brillas, serás la luz que disipe las nubes, traerás esperanza al mundo con nuestra vida, con nuestra música. Esa era nuestra misión, nuestra vocación. Pasado un tiempo, decidimos compartir nuestra historia a través de una página web para que todo el mundo pudiese tener acceso a ese portal de luz y esperanza. Jamás pedimos por la curación de Lucy. Estábamos convencidos de que si esa era la voluntad de Dios, venía a este mundo a cumplir una misión: ser luz... Lucy nació en el 2009 y ha sobrevivido a muchas operaciones. Hoy, es una niña feliz. Es nuestro milagro. Necesitaba nacer por alguien o por algo. Puede andar, hablar, saltar, bailar... Llevamos 5 años dando testimonio mediante la difusión de un vídeo concierto titulado El mundo de Lucy. Viajamos muchísimo porque queremos inundar el mundo de esperanza".
Para el inicio del Festival, el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, había enviado el siguiente mensaje:
"¡Queridos jóvenes que han regresado nuevamente a Medjugorje en gran número! En estos días estoy con ustedes con el corazón y en la oración intensa. Hoy [31 de julio] se celebra la memoria de San Ignacio de Loyola. Él sólo tenía un deseo: colocarse totalmente a disposición de Dios, para la difusión de su Reino. Esta disponibilidad ha dado frutos muy grandes, el más reciente de los cuales, en orden a los tiempos, es nuestro querido Papa Francisco, el primer Papa llegado de la Orden de los Jesuitas. ¡Encomendémosle a él a la Virgen y su ministerio! Jesús nos dice que digamos lo que Ignacio ha puesto efectivamente en práctica, a saber: ´¡Aquí estoy! ¡Quiero recorrer el camino de mi vida en comunión contigo, junto a ti!´ ¡Que el Señor los bendiga a ustedes y los días que están transcurriendo en Medjugorje con Él y Su Madre! Oren también por el Sínodo de la Familia".
Además de momentos de oración, charlas de espiritualidad, testimonios de conversión y la misa vespertina, tuvieron lugar numerosos actos musicales y escénicos, como la interpretación por parte del padre franciscano Marin Karaci, recién ordenado, de las canciones de su primer álbum, o el espectáculo musical Creo en la Misericordia, a cargo de la Comunidad del Cenáculo.
EL MUNDO DE LUCY
El día 3 de agosto destacó el testimonio del matrimonio formado por Gianluca Anselmi y Anna Benedetti, de Verona (Italia), ambos músicos profesionales. Anna contó que tras diez años de matrimonio descubrió que estaba embarazada de una niña a la que decidieron llamar Lucy. Durante el embarazo los médicos descubrieron que nacería con síndrome de Dandy Walker (una malformación cerebral) y además con síndrome de Down.
"Recuerdo perfectamente", explicó Anna, "cómo nos decía el médico que hay una ley que nos permite abortar a este tipo de niños, pero yo me preguntaba qué tipo de ley me permite hacer lo que se supone que voy a decidir... Matar una vida... a Lucy, a una niña. No paraba de repetírmelo a mí misma... Me hice más pruebas por si me daban otro diagnóstico. Nos imaginábamos continuamente a Lucy inmóvil, sin caminar, sin hablar... Pensamos en nuestras vidas, destrozadas, pero mi cuerpo seguía rechazando la idea del aborto. Una noche sucedió algo extraordinario: No podía dormir intentando encontrar una solución para esta situación y, de repente, empecé a rezar. Tan solo sentí vacío, silencio y abandono. De repente, me llegó una señal: pude ver una luz, ¡era una luz que quería venir a este mundo! Inmediatamente sentí un calor que me envolvía como un fuerte abrazo, lo sentí perfectamente en mi piel. Entonces, escuché a Lucy gritándome: ´¡Sí, lo haremos juntas!´ Estaba tan convencida de lo que acababa de experimentar, que desperté a Gianluca y le conté todo, le dije que nuestras vidas cambiarían. Sentíamos que Lucy nos iba a cambiar el mundo. Ella nos iría guiando paso a paso. Gianluca percibió mi serenidad y me dijo que estaría siempre a mi lado. Lucy, preciosa criatura, que brillas, serás la luz que disipe las nubes, traerás esperanza al mundo con nuestra vida, con nuestra música. Esa era nuestra misión, nuestra vocación. Pasado un tiempo, decidimos compartir nuestra historia a través de una página web para que todo el mundo pudiese tener acceso a ese portal de luz y esperanza. Jamás pedimos por la curación de Lucy. Estábamos convencidos de que si esa era la voluntad de Dios, venía a este mundo a cumplir una misión: ser luz... Lucy nació en el 2009 y ha sobrevivido a muchas operaciones. Hoy, es una niña feliz. Es nuestro milagro. Necesitaba nacer por alguien o por algo. Puede andar, hablar, saltar, bailar... Llevamos 5 años dando testimonio mediante la difusión de un vídeo concierto titulado El mundo de Lucy. Viajamos muchísimo porque queremos inundar el mundo de esperanza".
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