--> Del famoso
creador de la Medalla de Protección. San Benito de Nursia, fundador de la orden
de los Benedictinos es considerado el propulsor fundamental de la vida
monástica en Europa, quien estableció una red de monasterios en base a su
Regla. Hoy es considerado uno de los Patrones de Europa y padre del monacato
occidental. Pero también es conocido por los milagros que realizó en vida. A tal punto han sido de importancia sus milagros
que se le representa iconográficamente mayormente con el libro de la Regla, una
copa rota, y un cuervo con un trozo de pan en el pico, en memoria del pan
envenenado que recibió Benito de un sacerdote de la región de Subiaco que le
envidiaba.
Tiene creciente
fama de exorcista y su medalla, de moda actualmente, es un signo de protección,
especialmente contra la acción del demonio. Todo lo referente a la medalla
puede leerse en este artículo: Medalla de San Benito: Todo lo que necesitas Saber para
que te Proteja contra los Demonios y te Bendiga.
QUIEN ES SAN BENITO
Al igual que San Jerónimo y Santa Thaïs, San Benito
no murió como un mártir, sino de causas naturales, y fue venerado en el calendario de la iglesia medieval como un “confesor”.
También como Jerónimo, era un asceta y un monje. Pero mientras que Jerónimo, aunque
nacido América, se asocia como Santa Thaïs con la tradición de los monjes del
desierto oriental, Benito o Benedicto encarna
y representa el más reciente monacato de Occidente.
Benito y Jerónimo también son diferentes para
nuestro conocimiento. Jerónimo es muy bien conocido por una variedad de fuentes
distintas de leyendas compuestas para promover su culto, mientras que la vida
de Benito como “padre de los monjes” es conocido casi exclusivamente por su
leyenda: La vida de Benito escrita en 594 por el Papa Gregorio el
Grande, medio siglo más o menos después de la muerte de Benito.
Benito nació en Nursia (ahora Norcia, cerca de
Spoleto, al noreste de Roma) de padres ricos que lo enviaron a Roma para ser
educado. Molesto por la
inmoralidad de sus compañeros de estudios, Benedicto encontró compañía más
agradable en una comunidad religiosa en Affile (actual Effide).
Cuando su
primer milagro (mediante oración para reparar un colador roto) llamó la
atención no deseada, se retiró a una cueva cerca de un lago en Subiaco, justo
al norte de Effide..
Salió tres años
después para gobernar una comunidad cercana de monjes, pero cuando reaccionaron
contra su rigor al tratar de envenenarlo, Benedicto volvió a su vida solitaria en Subiaco.
Cuando la fama de su santidad le dio más y más
seguidores, organizó en doce comunidades
separadas de doce monjes cada una.
Él finalmente se estableció con sus discípulos más cercanos en Monte Cassino, a
medio camino entre Roma y Nápoles, y allí construyó el monasterio donde pasó el
resto de su vida y escribió su famosa regla.
La muerte de Benito tiene dos fechas diversas en
543 o 547, aunque Gregorio no especifica esta o la fecha de nacimiento del
santo (probablemente el 480).
Ese culto de Benito como santo comenzó a florecer
inmediatamente después de su muerte (o incluso antes), al menos en el centro de
Italia.
Pero en un siglo y
medio después de su muerte, el culto local de Benito se había convertido en
internacional.
San Benito se considera el padre del Monacato de
Occidente. Su pequeña “Regla” sigue
siendo guía práctica y segura en el seguimiento de Cristo, no sólo para monjes
y monjas sino para muchos cristianos fuera de los monasterios.
Benito tuvo una hermana llamada Escolástica que,
según la tradición, fue su gemela. Enseñó a sus discípulos a cantar las alabanzas a Dios en la Liturgia
de las Horas; a tomar como guía el Evangelio, a trabajar cuidando todo lo que
hay en la creación como “vasos sagrados del altar”, a vivir en amor y servicio
mutuo y a responder a las necesidades del pueblo de Dios a su alrededor.
7 MILAGROS DE SAN BENITO
Una de las primeras biografías de su vida fue
escrita por el Papa San Gregorio Magno y en ella se incluyen muchas historias
de milagros increíbles realizados por el monje.
A continuación les
compartimos 7 de los mejores de ellos.
1 – ROMPIÓ UN VASO LLENO DE
VENENO AL BENDECIRLO CON LA SEÑAL DE LA CRUZ.
El abad de un monasterio cercano murió y los monjes
de ese convento pidieron a San Benito asumir el puesto y convertirse en su
nuevo abad.
En un principio el Santo se negó, pero ellos
insistieron, por lo que entonces aceptó.
Benito era más
estricto que el abad anterior y en poco tiempo los monjes llegaron a odiarlo.
Por lo que decidieron matarlo y pusieron un poco de veneno en su copa de vino.
Pero cuando él hizo
la señal de la cruz para bendecir el vino, la copa se rompió de repente como si una roca hubiera sido lanzada contra ella.
San Gregorio Magno escribe en su relato de la
historia: “accidente por el cual el hombre de Dios percibió que la copa
contenía el trago de la muerte, mismo que no podía soportar el signo de la
vida.”
2 –
SALVÓ A UN HOMBRE DE AHOGARSE AL CONVERTIRSE BREVEMENTE EN OTRA PERSONA
Un monje llamado
Plácido estaba tomando agua del lago, accidentalmente cayó al agua y fue arrastrado rápidamente por la corriente.
A pesar de que Benito se encontraba a una buena
distancia del lago, milagrosamente supo
lo que había sucedido y de inmediato ordenó a otro monje llamado Maurus correr
hacia el lago para salvar a Plácido.
Cuando Maurus llegó al lago – sin pensarlo- corrió sobre la superficie del agua,
agarró a Plácido por el pelo y lo arrastró hasta la orilla.
Sólo se dio cuenta de que había caminado sobre el
agua después de que él estaba ya de vuelta en tierra. San Gregorio Magno
escribe que Maurus “se maravilló y tenía miedo de lo que había hecho.”
Y aquí es donde las cosas se ponen todavía más
extrañas. Hablando sobre el evento más tarde ese mismo día, Maurus insistió en
que difícilmente había estado consciente de caminar sobre el agua mientras lo
hizo.
¿Y Plácido? Él
afirmó que la persona que lo había sacado del agua en el medio del lago no
llevaba puesta la ropa de Maurus, sino la de Benito.
En otras palabras,
de alguna manera misteriosa, aunque Maurus había sido el que fue al lago, Benito había trabajado milagrosamente a
través de él para caminar sobre las aguas y salvar a Plácido.
3 –
LEÍA DE LA MENTE DE SUS MONJES
Algunos de sus monjes fueron enviados a entregar un
mensaje a otra ciudad.Durante el tiempo
del viaje, Benito les ordenó ayunar, como era su costumbre.
Pero el viaje duró un poco más de lo que esperaban
y alguien les invitó a su casa para una
buena comida y ellos aceptaron ¿quién se enteraría?
Benito se enteraría.
Cuando regresaron,
él inmediatamente les preguntó dónde habían estado comiendo.
Cuando le respondieron que no habían comido en
ningún lugar, Benito les dijo donde
habían comido, lo que habían comido y cuántas bebida habían tomado.
Descubiertos, así
como temerosos por el hecho de que Benito podía conocer todos los detalles de
lo que habían hecho, “cayeron temblando a sus pies” y confesaron su
pecado.
4 –
RESUCITÓ A UN NIÑO
Durante un proyecto
de construcción en la abadía, el mismo satanás vino a San Benito y le dijo que
planeaba atacar a los monjes que trabajan en el proyecto.
Benito inmediatamente, envió un mensaje de
advertencia a los trabajadores. Tan pronto como llegó el mensaje, una pared parcialmente terminada se colapsó
sobre un niño pequeño que estaba ayudando con el trabajo, causándole la
muerte.
Golpeados por la pena, los monjes trajeron el
cuerpo muerto y mutilado a Benito, quien puso el cadáver del pequeño en una
mesa, sacó a todos de la habitación y
comenzó a orar.
Milagrosamente, el niño volvió a la vida y su
cuerpo fue sanado de todas las lesiones.
5 –
MOVIÓ UNA ENORME PIEDRA CON SU ORACIÓN
Algunos monjes estaban ocupados construyendo nuevas
celdas en la abadía y se encontraron
con una enorme piedra que bloqueaba el camino de la construcción.
Incluso trabajando todos juntos, no fueron capaces de mover la piedra.
¿Entonces, qué hicieron? ¡Llamaron a San Benito,
por supuesto!
Él dijo una oración por los que moverían la piedra
y ¡“voilà”! Los monjes fueron capaces de mover con facilidad la piedra.
6 –
EXORCIZÓ A UN DEMONIO OBSTINADO
Un hombre de un
pueblo cercano estaba poseído por un demonio y
su obispo local no pudo exorcizarlo.
Él envió al hombre a los santuarios de muchos
santos mártires, pero sin efecto alguno.
Finalmente, el
obispo llamó a Benito, quien invocó.
De repente, un incendio masivo se desató en la cocina. Preocupados de que el fuego pudiera engullir toda la construcción, los monjes llamaron a Benito, quien dijo que no veía ningún fuego.
Cuando los monjes insistieron que la cocina estaba en llamas, Benito se dio cuenta de que las llamas eran un truco del diablo para asustarlos – un truco que era totalmente ineficaz en él.
Él oró para que los monjes fueran liberados del engaño y rápidamente lo fueron. a Nuestro Señor Jesucristo en oración e
inmediatamente liberó al hombre del demonio.
Benito le
dejó al hombre dos reglas a seguir para evitar otro ataque demoníaco:
1 abstenerse de
comer carne el resto de su vida y
2 no tratar de entrar en el
sacerdocio.
7 –
NO SE INMUTÓ POR EL ENGAÑO DEL DIABLO
Durante una construcción, Benito pidió que los
monjes cavaran un agujero profundo en un determinado lugar. Los monjes encontraron un viejo ídolo de
bronce.
Por alguna razón, uno de los monjes puso el ídolo en la cocina; no con la intención
de adorarlo, sino sólo como un lugar para ponerlo.
Fuentes:
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Publicado por Unción Católica y Profética
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