"Misericordia quiero y no sacrificios"
Los fariseos se escandalizaban porque los
discípulos no ayunaban, porque cogían espigas en sábado. De Jesús, porque
curaba en sábado. Él les responde con una frase del profeta Oseas:
"Misericordia quiero y no sacrificios". Es decir, que lo importante
no es la ley, los actos, sino el corazón, las intenciones. A los hombres nos es
muy fácil acallar nuestras conciencias con el cumplimiento de leyes y rituales.
Pero esto no vale de nada si nuestro corazón no ama. No sirve de nada hacer
ayuno, si dejamos morir de hambre a nuestro prójimo. No sirve de nada hacer
sacrificios, si no nos entregamos para aliviar los dolores de los demás. No
sirven de nada nuestras horas de oración, si no dedicamos ni siquiera unos
minutos a escuchar a nuestros hermanos.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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