EXCLUSIVO:
POSESIÓN DIABÓLICA EN LA CASA DE UNA COLABORADORA DE LOS FOROS DE LA VIRGEN
MARÍA
Pedimos oración para liberar de la posesión al
hijo de una colaboradora nuestra.
Tenemos el raro privilegio de poder pedir tu
oración y la de una gran base de lectores, por un tema que nos
toca de cerca. Te solicitamos que pongas en tus oraciones el pedido por la
liberación y sanación de Juan, el hijo de Susana. Pero no te pedimos que lo
hagas a ciegas. En este artículo te contamos la historia en detalle.
Ora por el exorcismo de Juan, haz campaña
en este hashtag #Ora por Exorcismo De Juan
Aquí publicamos un
testimonio que es único, la narración desde adentro, con sus entretelones, de
alguien que convive con un familiar poseído, que tuvo que dedicarse a estudiar
el tema de las posesiones para ayudarle, y está batallando con su diócesis para
que ésta le asista adecuadamente.
Hay cosas de
la “cocina” que no se saben sobre los exorcismos, porque por ejemplo, podemos
tener la idea de que levantamos un tubo de teléfono y al ratito tenemos un
exorcista trabajando y no es así; requiere
toda una tarea de lobby para que la diócesis envíe un exorcista y haga su
trabajo con constancia, lo que puede demorar meses y años, y mientras
tanto la posesión se arraiga cada vez más, y como le dijo el Padre Fortea a
nuestra colaboradora, que en casos en que los demonios estén mucho tiempo en el
poseso, por más que se les expulse, puede quedar un daño psicológico.
Pues bien, esta es la historia de Susana y Juan – nombres de fantasía
usados para no revelar su verdadera identidad – madre e hijo de una familia
católica que vive en EE.UU. La madre es una profesional que nació y estudió en
un país latinoamericano y se mudó con su familia a EE.UU. por razones
laborales. Las fotos de Susana y Juan tienen difuminados los rostros por
razones de privacidad.
Cuando leas
este relato comprenderás que se trata de algo excepcional, porque es el testimonio de
una madre que se ha dedicado amorosamente a sacar a su hijo del trance de la
posesión, de una manera diríamos profesional, no sólo orando permanentemente, sino también estudiando el tema de las
posesiones para poder discernir los síntomas de su hijo, entrevistándose con
afamados exorcistas y demonólogos y buscando todo tipo de colaboraciones dentro
de la Iglesia.
MIRA SU
TESTIMONIO
LA HISTORIA DE CÓMO EL MALIGNO
SE FUE APODERANDO DE LA MENTE Y EL CUERPO DE MI HIJO
Esta es una
historia de fe, perseverancia y amor, una historia que todavía continúa día a día en nuestras vidas. Una
historia donde el enemigo de Dios, el maligno quien odia a Dios y los humanos, “hecho
a la imagen de Dios”, va buscando la destrucción de las almas, la
muerte; induciendo al hombre al pecado para apartarlo de Dios. El padre de las
mentiras, el padre del engaño, el asesino desde el comienzo.
Es la
batalla que luchamos día a día para liberar a mi hijo del poder del maligno,
quien ha llegado a confundir a los mismos expertos en este ámbito.
Tal vez, lo más importante de esta experiencia es haber aprendido amar a
Dios, debido a la gran paradoja que conlleva esta palabra, maligno, y cómo él y
la tragedia que él ha traído a nuestras
vidas, nos ha acercado a conocer mucho más a Dios, a la Virgen María madre de
Dios y madre nuestra, a la religión católica, más que cualquier otra
experiencia en nuestras vidas.
Me preguntaba ¿Cómo es que el
maligno pueden hacer tanto daño sin darnos cuenta, cómo cayo mi hijo allí, cómo
no me di cuenta que estaba pasando? ¿Como no sabia antes de que el maligno si
existe, que puede destruir la mente y la vida de un ser humano?
La respuesta sólo la conseguí a través de Dios, a través de Su palabra;
la Biblia, en la vida de los Santos y conocidos exorcistas, como el Padre José
Antonio Fortea y el Padre Gabriele Amorth y otros, así pude conseguir la
respuestas a ese mundo invisible que no podemos ver pero que existe.
Actualmente,
los demonios han llegado a distorsionar la percepción y estado mental de mi
hijo, dominando su razonamiento y cuerpo la mayoría del día.
ACERCA
DE MI HIJO
Mi hijo, al igual que yo, es introvertido, preferimos estar en grupos
pequeños. Podría decir que era un muchacho tranquilo, de su casa. A través de
la Escuela Secundaria, obtuvo buenas calificaciones. Practicaba ciclismo con
otro amigo casi todos los días, e iban a las competencias juntos. Tenía otro
amigo con quien compartía las salidas los fines de semana, y jugaba tenis.
Se graduó de bachillerato a los 17 años. Era amable, generoso, cariñoso,
trabajaba de voluntario sirviendo a los demás. No era perfecto, pero era un
buen muchacho; era mi hijo. Iba a misa
los domingos conmigo y a veces rezaba el rosario conmigo.
Ya casi
cumpliendo los 18 años se mudó a otra ciudad para acudir a una buena
universidad. Dos años pasaron y mi hijo estaba contento y estudiando mucho.
Sin embargo,
los compañeros no eran los amigos adecuados; a finales del año 2007, juega la
Ouija con sus compañeros de cuarto.
Desde es momento, nadie pensó en las consecuencias; empezó la cuenta
hacia atrás, la pesadilla; al maligno se le dio la oportunidad de entrar por la
puerta prohibida; mi hijo comió de la manzana prohibida.
Desde ese
momento el maligno empezó atacar la mente de mi hijo. A raíz de eso, también
comienza a jugar juegos de videos, “El Diablo” en particular, donde se le
venera en el juego. Y luego empieza a dejar de
acudir a clase, comer o dormir. A la final, abandona la universidad y comienza
alejarse de Dios.
Después de
intentar varias veces regresar a la universidad sin lograr mantenerse en los
cursos; decido que debe regresar a casa hasta resolver el problema.
Regresa, deprimido, muy delgado, pues no comía ni dormía, se mantenía
aislado en su cuarto. Yo no sabía cómo ayudar; no sabía que había pasado, no
entendía el porqué de esa actitud.
Se consulta
a un psiquiatra, quien diagnostica; una depresión, ansiedad, y además adicción
a los juegos. Comenzó a tomar medicamentos, los cuales no le ayudaron a pesar
de que se cambiaron varias veces.
Insistí en que debía trabajar en algo, ya que su carrera como ingeniero
parecía haber quedado en el pasado. Consigue trabajar en una compañía de
fletes, pero tiene serios problemas de ansiedad y miedo que no lo dejaban
dormir, vivía con mucho miedo.
Se mantenía muy preocupado y muy agitado todo el tiempo, y deja el trabajo.
A principios
del año 2011, comenzó a
actuar de manera completamente diferente, más aislado, no hablaba, y no tenía ninguna actividad recreacional.
Sin embargo, continuaba yendo a
misa conmigo, pero no comulgaba, a pesar de que se confesaba, pero se mantenía
diciendo que Dios no lo había perdonado. No importa las veces que se
confesara, era una obsesión. Se convirtió en una persona retraída y solitaria.
EL RITUAL SATÁNICO
En junio de ese mismo año, de repente veo a mi hijo bajando corriendo
por las escaleras muy asustado, agitado, perturbado, confundido, mirando de un
lado a otro y decía que escuchaba
voces, no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Salgo corriendo para
la iglesia. No puedo explicar por qué me lo llevé a la iglesia, solo que debía
llevarlo allá.
Una vez que llegamos a la iglesia el sacerdote de la parroquia habla con
él, cuando sale el sacerdote me dice
que tiene que hablar con el obispo y pedir permiso para rezarle. Después
llegó el permiso, él me pidió que viniera dentro de su oficina, donde mi hijo
estaba esperando.
El sacerdote
comenzó a rezar, y mi hijo comenzó a tener convulsiones. El padre, también viene a la
casa varias veces a bendecirlo. Al mismo tiempo, de estos eventos, ya yo había oído muchos ruidos en la casa,
los cuales todavía continúan en ciertas partes de la casa, sin embargo
los ruidos en la cocina y algunos otros ruidos han cesado. Yo veía sombras negras en la casa y sentía la
presencia de algo en la casa. Sin embargo, algunos ruidos continúan,
especialmente cuando mi hijo entra en una de sus crisis.
Después que el sacerdote le reza, las sucesos se calman, y mi hijo
vuelve a la lucidez de nuevo, me explica lo que había pasado; el ángel de la luz se había aparecido, me
habló de los espíritus Íncubos y Súcubos, de cómo lo paralizaban en la noches
sin dejarlo mover, que lo obligaron a casarse con un espíritu, y obedecía
órdenes de los demonios porque lo habían amenazado.
Entró en la Internet buscando lugares que hacían referencia a “ángel del
amor” buscando deshacerse de los espíritus. Pero todo empeoró pues creyendo que
con el ritual iba a eliminar a los espíritus que lo molestaban, estaba abriendo
las puertas a satanás, y seguía las órdenes de los demonios.
De allí se convirtió en un
esclavo de satanás. El maligno le decía que siguiera haciendo los rituales
porque esta era su casa. Lo que mi hijo realizo fue una libación; vertía agua
mezclada con vinagre, sobre él. Se convirtió en la victima de sacrificio
para el maligno.
Su ignorancia lo llevo a entregarse de victima a Satanás. Según el
diccionario de la Real Academia, libación significa: “Ceremonia religiosa de
los antiguos paganos, que consistía en derramar vino u otro licor en honor de
los dioses”; en este caso a Satanás.
Mi hijo se vertía el líquido
todas las noches mientras recitaba un hechizo o brujería que consiguió en el
Internet, durante 4 o 5 días. Se suponía que tenía que hacerlo durante 7
días. Gracias a Dios no completo los siete días. Dios lo salvo de algo peor. El
Ángel de la guarda intervino.
En el libro “Deliverance from Evil Spirits“, de Michael Scanlan,
T.O. R., y Randall J. Cirner, página 34, cita a Justin Mártir diciendo: “Además,
posteriormente se somete al ser humano, por medio de la escritura mágica, en
parte por el temor a que le inculcaron y los castigos que se les inflige, y en
parte instruyéndolos en el uso de los sacrificios, incienso, libaciones, que
ellos realmente necesitan después de convertirse en esclavos de su pasión de
concupiscencia; y entre los hombres que crearon todas las especies de pecado”.
“La Segunda Apología, los Padres de la Iglesia” por Justino
Mártir.
San Patricio señala en su escrito “La Confesión” que una noche
mientras estaba durmiendo satanás lo tentó, que era la tentación más fuerte que
el había sentido en su cuerpo y que siempre la recordaría mientras estuviera en
ese cuerpo.
“Satanás se tumbó en mi como una gran roca y no podía mover ninguna
parte de mi cuerpo.”
LA DIÓCESIS
Después de la primera liberación, el caso fue remitido a las diócesis y
la persona encargada, el diácono le
reza a mi hijo a finales de ese año; seis meses después del primer episodio.
Según la Iglesia Católica la persona a la que se le va hacer un exorcismo
debe ser evaluado por médicos competentes.
Después que el sacerdote realizo el exorcismo, llevé a mi hijo a dos psiquiatras, uno de ellos miembro de
la Asociación Internacional de Exorcistas, quienes confirmaron que mi hijo padecía de influencias diabólicas, y no de una
enfermedad metal. Además, se le hicieron resonancia magnética, GEE y análisis
de sangre. Todo salió normal. Sin embargo, mi hijo continuó con
convulsiones por algún tiempo más, además de seguir escuchando las voces.
Mi hijo comenzó a asistir a misa una vez más, a comulgar, a ir a la
adoración al Santísimo, y reunirse con un grupo de jóvenes católicos durante un
año. Parecía que las cosas iban encaminadas a la normalidad, sin embargo que
equivocada estaba.
Mi hijo sigue con
convulsiones y escuchando voces, pero no tan altas. Mientras tanto, trabajaba y
estudiaba y empezó a realizar trabajo de voluntario de nuevo. Pero cada vez que iba ayudar o realizar
actividades las voces le gritaban con odio, le decían “te odio” y las voces
aumentaban a tal punto que entraba en una confusión que no podía concentrarse.
Pasa otro año más, y a pesar de todo lo que mi hijo hacia para
mantenerse cerca de Dios, las voces continuaban al igual que las convulsiones.
Durante ese año trato de mantenerme en contacto con el diacono pues algo
mas estaba ocurriendo, el maligno seguía en la vida de mi hijo a pesar de todo
su esfuerzo. A pesar de acudir a su
oficina y tratar de comunicarme con el diácono, éste seguía muy ocupado para
atendernos.
Yo sabía que algo no estaba bien, pensaba que a lo mejor mi hijo tenía
algún problema mental, pero algo me decía que no era así, especialmente cuando veía esa mirada de odio, esa indiferencia,
esa dejadez, esa pereza, ese mal humor, esa blasfemia a Dios. Su personalidad
estaba cambiando, tenía rabia todo el tiempo, y veía en él una mirada de
odio; algo para mi imposible.
Finalmente, el diácono nos atendió, después de un año, y nos dice que él tenía el don de ver cosas o el don de
discernimiento y que no veía nada en mi hijo. Que mi hijo no estaba poseído
porque no estaba “levitando”. Mi hijo no estaba levitando pero algo
maligno había en él que estaba cambiando su personalidad y yo sabía que esa
conducta no venía de mi hijo.
Han pasado muchos años desde que todo comenzó; ocho años. Me di cuenta
que sólo las oraciones lo calmaban, e
incluso cuando podía comulgar, a mi parecer ayudaba mas que la confesión
– con la confesión el diablo puede seguir manipulando los pensamientos y seguir
insistiendo que Dios no lo ha perdonado, o seguir indagando en pequeñeces, pero
con la comunión, Dios va sanando poco a poco.
Llegó un momento, a mediados del año 2013, que ya era casi imposible
separar a mi hijo de la personalidad maligna, se había convertido en un extraño
para nosotros y nosotros para él.
Además, se había dado a los demonios una amplia oportunidad para
ocultarse, para arraigarse, lo que lleva a la iglesia y otros observadores
externos a evaluar el estado de mi hijo únicamente en términos mentales.
A mediados
de ese año es internado en el hospital por dos semanas debido a su estado
mental. Llamo a la diócesis para que me ayude pues mi hijo estaba muy mal, pero
ellos indicaron que debíamos “esperar que los medicamentos hicieran efecto.”
La diócesis ya había diagnosticado anteriormente, por defecto, que mi
hijo sufría de “opresión”. Los primeros síntomas aparecieron en consonancia con
tal estado, pero su condición se fue deteriorando en gran medida, y nuestros repetidos esfuerzos, para que la
iglesia católica en Estados Unidos y ésta diócesis en particular, realizara
específicamente una re-evaluación completa e inmediata del caso o un examen mas
profundo fracasaron.
Pensamos que la diócesis descartó el hecho de que mi hijo no estuviera
poseso y solo era una obsesión porque él se quejaba constantemente acerca de
las voces, pero en gran parte aparecía racional, comprometido con Dios y nunca
mostró el comportamiento demoníaco y personalidad que hemos visto cada vez más
pronunciado y que ha ido controlando su personalidad con el paso del tiempo,
sobre todo en el rechazo durante la misa, algo que mi hijo no era ni siquiera
consciente.
Al realizarse el exorcismo al principio de las manifestaciones ayudo a
que mi hijo pudiera regresar poco a poco a una vida normal, pero era necesario continuar con los exorcismos; y
sin querer culpar a las personas involucradas, no supieron que hacer en el
momento indicado, por su inexperiencia.
LA BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN
Buscando comprender la situación de mi hijo, nos llevo a investigar la
literatura actual, en particular, los libros y escritos de exorcistas de
renombre mundial como: el Padre José Antonio Fortea, Padre Gabriele Amorth,
Padre Malachi Martin, Padre John A. Hardon, S.J. Padre Dominic Szymanski,
O.M.C., Padre Chad Ripperger, Francis MacNutt, San Padre Pio, Beato Francisco
Palau, otros Santos y Beatos, y otros más.
Todos son
claros en que se requiere una intervención inmediata en estos caos; el
exorcismo.
En esta búsqueda hemos aprendido que estos demonios son particularmente magistrales en ocultarse y engañar
incluso a aquellos con experiencia en este campo.
Nuestra experiencia personal – de varios años y la experiencia de
compartir el sufrimiento con él – en combinación con los escritos de estas
figuras líderes en el ámbito- nos lleva a la fuerte convicción de que él está severamente demonizada o poseído y
desesperadamente requiere de un exorcismo.
El Padre Fortea hace una descripción de los demonios ocultos “abditi”,
en su libro “Exorcista”, pg. 78, el cual se ajusta a lo que habíamos
observado.
“Se esconden en el interior de la persona poseída sin mostrarse a sí
mismos de ninguna manera… cuando el sacerdote ora, los demonios se resisten y
no dan ninguna señal de estar presentes…. los demonios abditi son capaces de
resistir hasta 2 horas de exorcismo sin dar la menor señal de presencia… una
persona ni siquiera siente ligeramente mal durante el exorcismo”.
Durante un exorcismo a mi hijo en Polonia, – sí, viendo la falta de ayuda en EE.UU. me voy a
Polonia – hubo esa misma reacción, descrita por el Padre Fortea, durante las
oraciones, los espíritus malignos le
decían a mi hijo que no se moviera, que ellos eran sus amigos. Mi hijo
movía los dedos de las manos y las piernas.
Este viaje a Polonia lo realizamos con la ayuda de un amigo sacerdote
polaco que nos puso en contacto con un exorcista en Polonia.
Nos dimos cuenta, que la aparición del personaje satánico y el
comportamiento se manifestaba ampliamente en privado en la casa, en nuestra
presencia. Pero el demonio escondía esos atributos en compañía de otros, y
aparentaba una personalidad más sociable sugiriendo que las cosas estaban bien.
Esta dicotomía alcanzó su extremo justo antes de que nos vimos obligados
a internarlo en el hospital. Tenía
pensamientos delirantes, pensando que yo estaba poseída y quería irse de la
casa a conseguirse con su novia (el no tenia y había tenido una novia en todo
estos años), y su plan era correr a buscar a su “esposa” imaginaria.
Mi hijo quería tener una novia, y el maligno lo sedujo con la idea de
una “novia”, que se convirtió en una obsesión.
Al día siguiente tuvimos que
llamar al 911. Al llegar la policía mi hijo mostró una actitud calmada con la
policía, hablo coherente y amablemente. Pero a lo que la policía salió de la casa de inmediato regresó esa
personalidad con rabia, una personalidad completamente diferente y un
tono de voz que no era el de mi hijo. Quería obtener las llaves del carro para
poderse ir a buscar su “novia”.
A este punto mi hijo pierde el
sentido de la realidad y entra en una oscuridad donde puede ver, pero no
entender lo que está frente a él. El demonio toma completamente control
y sumerge a mi hijo en una oscuridad total, donde la única realidad es la que
el maligno ha distorsionado a tal punto que mi hijo no puede distinguir la verdad de la mentira.
Yo lo comparo con el conocido mito de la caverna, que utiliza Platón
como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre
respecto al conocimiento, según la teoría del conocimiento… “una especie de
cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz,
que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella
desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse
quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden
volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en
plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto…”
La condición mental de mi hijo se fue complicando aún más, lo cual
dificultaba desenredar nuevamente las dimensiones espirituales y mentales. Aún
así, muchos de los síntomas, identificados por el Padre Fortea y los otros
expertos, sugieren fuertemente un proceso
de posesión demoníaca que en última instancia condujo a su condición psicótica.
Los autores dejan claro que la participación en rituales ocultos
inicialmente abrió la puerta, pero la observación de otros comportamientos
emergentes desde ese punto también nos lleva a creer firmemente en una causa
subyacente.
El Padre Fortea dice: “la posesión normalmente se produce después de
la participación en los ritos ocultistas – como en el caso de mi hijo –,
mientras que los resultados de la esquizofrenia son por causas orgánicas”.
Mi hijo se puede identificar claramente en este punto, pues su estado
mental se ha deteriorado y todo comenzó
con las prácticas ocultas – Ouija a partir de 2007, y los rituales en un sitio
de Internet en 2011, que solidificó efectivamente el control maligno.
El Padre Fortea también dice que “cuando un estado de trance está
presente o aparece una personalidad demoníaca, podemos estar seguros de que
estamos tratando con un verdadero caso de posesión demoníaca”.
Él describe casos en los que “no se nota ningún trance, pero su voz
es diabólica… y ordena a los presentes dejar de orar”
Evidentemente esto se mostró en un par de veces cuando estaba orando por
él, donde me pedía que parara de orar
porque él ya estaba bien.
Hemos presenciado el surgimiento
de la personalidad del demonio en varias ocasiones en la iglesia, durante las
oraciones y en el hogar.
El cambio en
la personalidad es sorprendente; de un tipo humano suave a una persona enojada,
agresiva, arrogante, cínica y “carente de todo bien”, no hay la menor empatía por
nadie, ni por su propia madre. También a
menudo vimos la evidente clásica sonrisa demoníaca.
El Padre Fortea describe fenómenos extraordinarios como a menudo se
manifiestan en la posesión. Para nosotros, el ejemplo más notable se produjo
cuando fuimos a Polonia, cuando el
ayudante del exorcista es quien entra en trance poco después que se comenzó el
exorcismo a mi hijo.
El diablo
estaba en plena diatriba “Yo soy Lucifer”, “te mataré, F ## sacerdote”.
Su cuerpo se dobló hacia atrás, brazos y piernas, salían de su boca los sonidos
de un león, y muchos otros comportamientos agonizantes y horribles en lo que
parecía un intento de distraer al exorcista.
El demonio habló
en polaco, inglés y español. El ayudante sabe hablar inglés y polaco pero no
sabe español.
El Padre Fortea señala en su libro “Exorcista” que solo ha visto
tres casos de este tipo pero sin trance. En este caso el ayudante estaba en
trance, Lucifer hablaba y gritaba por
él, por una hora.
El Padre Fortea describe también al demonio “aperti”, lo que coincide
con lo que presenciamos en mi hijo, con sus “ojos bien abiertos, dando
miradas de ira y rabia”.
Desde luego, podemos relacionarnos con otros ejemplos de posesión o
demonización severa: “ataque desde el interior” descrito por Francis
MacNutt en su libro sobre la liberación. Estos incluyen contracciones corporales, cambios en las expresiones faciales de voz y
cambio dramático en el tono y el lenguaje.
Mi hijo
hablaba un lenguaje gánster de la gente de color de los barrios en Estados
Unidos, blasfemaba, era amenazante y confrontaba a los demás.
El Padre
Fortea describe esta segunda personalidad como “un personaje malvado… lleno
de odio y rabia”.
En cuanto a la cara, citando a F. MacNutt, pg. 82 “es como si el
espíritu maligno es el que está mirando”… odio, burla, el orgullo… todas
las características que vimos exhibidas en mi hijo.
MacNutt también capta nuestra situación perfectamente cuando dice: “Ahora
que el espíritu maligno ha salido a la superficie, usted ya no está
directamente en contacto con la persona a la que ha estado orando”.
Según el Padre Fortea la aversión a todas las cosas sagradas – repugnancia a los objetos religiosos, es una
característica esencial de la posesión. Mi hijo ha demostrado este
aspecto muchas veces, pero los demonios
también han construido muros para bloquear ciertas oraciones y no tener ninguna
reacción al colocarle una cruz enfrente.
Cuando mi
hijo entra en trance, todos los objetos religiosos que se encuentran en su
cuarto son tirados debajo de la cama, o a la calle, el Cristo lo colocaba boca
abajo. Podía salir espantado de la iglesia, o a la hora de la consagración no
se arrodillaba, o simplemente se sentaba o salía corriendo de la iglesia
inventando una excusa. Según MacNutt, las
víctimas pueden estar tan atormentadas que se ven obligadas a levantarse y
salir de la misa.
¿SERÁN VARIOS DEMONIOS?
Todas las indicaciones de nuestras
observaciones apuntan a muchos demonios dentro de mi hijo, incluyendo los de
primer orden que son más difíciles de eliminar, como se indica por los
autores.
MacNutt los describe como que aparecen demonios de lo oculto, la lujuria, la falsa religión, legalismo,
e incluso almas que hacen actuar a mi hijo como una persona de color de los
barrios bajos de EE.UU.
Mi hijo habla con los demonios, o los demonios hablan en voz alta -a
veces es muy baja, pero hablan muchas veces. Una vez menciono “seis mil” yo voy entrando al cuarto a lo que
decía eso, y le pregunto si eso es el número de los demonios que están adentro
pero enseguida contesto “no le hablen a ella” y repitió lo mismo,
en ese momento me di cuenta que no debía preguntar más nada.
Según F. MacNutt, “los
espíritus ocultos son los más tenaces y difíciles de expulsar… tratarán de
bloquear cualquier oración de sanación. Los espíritus más poderosos
tienen espíritus menores bajo su control.”
Dice que se pueden encontrar “varios espíritus que actuarán como
bloqueadores. Cuando emergen, la
personalidad humana parece estar sumergida y se sustituye por la personalidad
demoníaca… quien será el que hablara con usted.”
Tales descripciones coinciden estrechamente nuestras experiencias.
SEPARANDO LA PARTE MENTAL DE
LA ESPIRITUAL
Como dicen muchos de los exorcistas; los síntomas de la influencia
demoníaca son a menudo los mismos que los de la enfermedad psicológica. El
Sacerdote John Hardon menciona en su escrito sobre “Demonología” que
mantengamos en mente que la posesión significa que el diablo controla el cuerpo
de la persona (tengo videos donde mi hijo mueve los brazos, cuerpo y piernas
involuntariamente). Además, debemos recordar que el fenómeno externo de la posesión puede asemejarse a los síntomas
de la enfermedad o perturbación psíquica.
El riesgo es
que la persona que muestra perturbaciones psicológicas sea
descartado como un simple sicótico y no se considere que está bajo la influencia diabólica
Desde mediado
del año 2013 hasta mediados del año 2014, mi hijo se mantuvo completamente
psicótico, dominado por la paranoia y en un comportamiento delirante, una vez mas en noviembre de
ese año tuve que internarlo en el hospital por muy poco tiempo. Mi hijo se mantiene
con medicamentos, los cuales, hasta este momento no han sido de ninguna ayuda
(se ha cambiado de droga también).
Cuando entra en trance puede tener hasta 20mg de Haldol y él está despierto día y noche. Pero la diócesis insiste en que lo mantenga en las
drogas. El aumento de la dosis
no suprimió tampoco el comportamiento psicótico, las voces o su
pensamiento distorsionado.
Llegamos al punto donde mi hijo buscó la ayuda de la diócesis antes de
entrar en su discapacitación y se le fue negada varias veces, pues la diócesis insistía que mi hijo era el que
tenia que buscar la ayuda y no yo, a pesar que el la buscó y ya él no estaba en posición de hacerlo sin mi
ayuda. Al punto donde su psicosis no le permitía ver la realidad e
impedía aceptar ninguna ayuda creyendo
que Dios no lo había perdonado y que nadie más que Él podría ayudarle a salir
de esta situación.
Llega el desaliento, la incredibilidad de que Dios lo va ayudar,
infundida y creada por el maligno. La existencia de un Dios lejano que no lo va
ayudar porque el es un pecador y no lo ha perdonado.
Todo
maniobras del maligno para desesperar a la persona y llevarla a que cometa la
locura de quitarse la vida. Si, también, mi hijo pensó en quitarse la vida. Pero gracias a Dios y que
nuestros Ángeles Custodios siempre estaban allí para prevenir cualquier
tragedia.
La aversión
a todo lo sagrado se agudizó al punto que dejo de ir a misa, comulgar y rezar.
Se comunicaba con los espíritus malignos por escrito, todo lo escribía.
La diócesis
no quería comunicarse conmigo a pesar de la situación psicótica de mi hijo.
Mi hijo se
aisló completamente, pasaba días encerrado en su cuarto a oscuras, no comía o bebía nada.
No dejaba que lo tocara, no hablaba y tampoco me dejaba entrar en su cuarto.
Era un ser lleno de rabia, que emitía sonidos o hablaba solo sin yo
poder hacer mas nada sino rezar. Las manifestaciones de su estado mental
incluyendo el aislamiento, los
episodios delirantes, el retiro, la paranoia y la absoluta falta de iniciativa,
claramente son una manifestación diabólica ya que los medicamentos
prescritos no han tenido ningún efecto.
Mientras tanto yo rezaba afuera de su cuarto, todos los días, todo el
día. Me llego a botar a la calle la silla donde me sentaba a rezar todos
los días, así como los CD de música que colocaba.
Pero poco a poco se fueron
viendo algunos avances modestos, comenzando por comer y dejarme rezar el
Rosario en su cuarto.
A mediados del año 2014, el
psiquiatra miembro de la Asociación Internacional de Exorcistas, con quien me
mantuve en contacto, convenció a la diócesis que mi hijo necesitaba ayuda
espiritual.
Viene a la casa la directora del grupo de la diócesis con el exorcista y
el sacerdote rezo unas oraciones a ver si mi hijo tenía alguna manifestación
física, lo cual fue negativo.
No hubo
seguimiento y no pude comunicarme con ellos de nuevo sino después de otros
cinco meses más, en
noviembre de ese mismo año, de nuevo gracias al siquiatra (mi Ángel Custodio y
el de mi hijo).
También, a mediados de ese mismo año, el mismo amigo sacerdote polaco me
contactó con otro exorcista en un estado cercano, quien accedió a rezar por mi hijo, cosa muy rara pues ningún exorcista en
Estados Unidos acepta casos de otra diócesis, pero Dios es muy grande.
Así que le rezó a mi hijo, hubo
una leve mejora, le hizo seguimiento y a la siguiente semana rezó de
nuevo y mi hijo tuvo otro leve mejoramiento. Sin embargo, el exorcista pensó
que no estaba poseso porque no había ninguna manifestación física. A pesar de
todo a los pocos días, su mejoría fue tal que pude sacarlo de la casa y
llevarlo a una misa de sanación con un sacerdote que el exorcista me indicó.
El milagro
ocurrió una vez más y mi hijo salió de los delirios. Su mente estaba tan clara
que me dijo que al día siguiente iría a
confesión. Esto no ocurrió, pues el maligno no se rinde tan fácilmente,
pero gracias a la sanación mi hijo de allí en adelante podría salir más
frecuentemente de los delirios.
Por supuesto, había unos días mejores que otros, pero nunca dejé de
rezar. De allí en adelante mi hijo
puede rezar el rosario conmigo, no sostenía el rosario, pero seguía el
rosario en voz muy baja o al menos estaba presente. Para mi pesar no acudía a
misa. Unos días no podía ni rezar, otros volvía a su encierro, pero yo seguía
rezando todo el día.
Finalmente,
en noviembre del año 2014, el exorcista de la diócesis regresó a rezar a la
casa en busca, de nuevo, de una manifestación física que el maligno no les
quería dar.
Nunca dieron importancia a lo que yo podía decirles, o los videos
que les enseñaba, pues ellos me informaron que “ellos tenían que verlo”.
Esta vez ellos acordaron venir una vez a la semana hasta que vieran una
manifestación.
La manifestación no se dio como ellos querían, porque el maligno ya sabía que día y a qué hora
venia y mi hijo salía de la casa corriendo en pánico. Otro signo,
conocimiento de eventos en el futuro.
El exorcista dijo que no sabía si eran problemas mentales o síntomas
diabólicos porque él piensa que la oración no lleva a una persona a esa
conducta.
El Padre
Amorth es muy claro cuando explica que la persona puede tener una mejoría o
puede empeorar cuando sale a la superficie la personalidad del maligno. Este le ordenaba a mi hijo
salir de la casa.
El maligno
se manifestó o salió a la superficie cuando el exorcista de la diócesis rezó en
junio, al otro día el maligno se agitó tanto que surgió la persona llena de
rabia, esa
persona que no acepta que la toques. Después cuando rezó una vez en noviembre
surgió al otro día, otra vez esa personalidad con rabia, odio, la persona de
color; violenta.
Él no se me acercaba mientras yo rezaba, sino tenía una posición de
enfrentamiento. Ese día salió al frente
de la casa y se puso de rodillas (es como si estuviera rezando pero su
cuerpo se mueve de un lado a otro) en frente de la casa de un vecino, por
supuesto llego la policía y se lo llevo al hospital de nuevo.
Llamé al sacerdote de la parroquia, quien ya sabía del caso de mi hijo,
y le informo sobre mi hijo. En la tarde
el sacerdote acude al hospital y le reza. Cuando llego yo a la hora de la
visita, veo a mi hijo fuera de trance, no lo podía creer, le pregunto cómo
había salido y por supuesto el no sabía. Cuando es el enfermero quien me dice,
su hijo está muy diferente de cuando entró, cuando entró no hablaba con nadie,
ni siquiera habló con el sacerdote.
Cuando mi
hijo entra en trance y le rezan, se queda inmóvil, no responde y no habla. Me di cuenta que había sido
el sacerdote de la parroquia quien lo había sacado del trance.
El exorcista lo fue a visitar al día siguiente, pero no a orar. Me dijo
que se veía muy bien, pero que sería bueno que lo dejara por un tiempo en el
hospital, a lo que no contesté. A mi hijo lo admitieron un miércoles, ya el
viernes le estaban dando de alta. El siquiatra no se entendía por qué mi hijo
estaba allí, pues la descripción del reporte de la policía y cómo mi hijo
respondía coherentemente a el médico, eran dos situaciones completamente
diferentes. Todavía, el trabajador social, dudando, le ofrece a mi hijo
que se quedara unos días más, cinco en total, y mi hijo acepta. Pero ya el
lunes el siquiatra le da de alta.
Mi hijo
describe el trance como una fuerza que lo lleva allí y después el no sabe como
salir de allí. Por
supuesto una vez que entra en el trance el puede recordar pequeñas cosas al
momento de entrar, pero una vez en el trance ya nada de lo que ha dicho o hecho
recuerda.
En noviembre
cuando regresa el exorcista, solo para rezarle a mi hijo, ya el maligno sabía
la hora el día y quienes venían, y mi hijo salía corriendo. La diócesis lo tomó
como falta de voluntad, de cooperación por parte de mi hijo, como si él no
quería cooperar. Para ellos
no es una fuerza demoníaca que lo impulsaba actuar sino la falta de voluntad de
mi hijo.
La Beata
María Bolognesi estuvo
poseída debido a un hechizo, dicen los testigos que cada vez que ella veía a un sacerdote salía corriendo aterrorizada;
una fuerza le prevenía de entrar a la iglesia y los siquiatras estaban convencidos
que blasfemaba porque estaba loca. “Místicos de las Iglesia”.
A pesar de
que el exorcista pudo sólo rezar dos veces. Hubo una leve mejoría; íbamos a pasear en el carro,
mi hijo salió de su cuarto después de tener siete meses encerrado.
En diciembre nos reunimos en casa de mi hija que vive en otra ciudad. Se
sentó en la mesa a comer la cena de Navidad en familia. Poco a poco empezó a
rezar conmigo y salir más del cuarto. Les digo de nuevo; yo no paro de rezar en
el día. El a veces está sentado sin hacer nada o decir nada, pero yo estoy a su
lado rezando, leyendo la Biblia, evangelios, etc.
A finales de
noviembre, el psiquiatra interviene de nuevo a favor de mi hijo y la diócesis
decide al fin hacer un exorcismo, el cual no es un exorcismo completo sino una
combinación con oraciones de liberación.
¿AL FIN UN EXORCISMO?
Pero antes mi hijo debía firmar un consentimiento para realizar el
exorcismo y excluir el derecho de demandar legalmente a la diócesis. La
directora con el psicólogo de la diócesis acuden a la casa con el documento
para que mi hijo firmara.
Por supuesto no le digo a mi
hijo cuando van a venir pues temía que saliera corriendo, pero el maligno sabía
el día y la hora que venían, y cinco minutos antes salió corriendo de la casa.
Me dejaron el documento para que mi hijo firmara y no sabía cómo iba
hacer para que mi hijo firmara, sabía que el maligno iba a prevenir la
aceptación, pero después de rezar una
semana, mi hijo en un momento lucido firma el documento.
Después que mi hijo firma, la diócesis acepta venir hacer el exorcismo,
con la condición de que ellos no iban a sostener físicamente a mi hijo, pues
temían una demanda.
Llega el día, un día de enero de este año 2015. Ya a este punto el
maligno está más débil pues no sabe cuándo vienen pero sabe que vienen. Llegó
el día y a lo que entra el exorcista,
la directora y el psicólogo, mi hijo trata de salir corriendo de la casa, pero
ya estaban dos personas para ayudarme a sostenerlo, entre los tres lo
sostuvimos, me tira al suelo y con su rodilla me aprieta el pecho. Sé que no es
mi hijo en ese momento el que me está haciendo daño. Se soltó y corría de un
lado a otro, el exorcista empieza a rezar, después de 20 minutos, mi hijo se
calma y se sienta.
El exorcista
quiere que mi hijo mire el crucifijo, lo cual le cuesta, y el exorcista empieza
a pedirle a mi hijo que colabore que sin su ayuda no puede hacer nada.
También le pide que renueve su promesa bautismal, la cual le fue muy
difícil hacerlo, en ese momento le digo solo di “si” mi hijo no pronunciaba muy
bien el “si” y el exorcista volvía a decirle que eso no era suficiente que era
necesario un “si” claro.
Después de
terminar el exorcismo, mi hijo puede pensar y hablar con claridad. El grupo le hizo preguntas a
mi hijo que el pudo contestar. Firma
otro documento que debe ir a confesarse para seguir con el exorcismo.
La conclusión de la directora es que “ellos vieron claramente que mi hijo batalló, no colaboró, después estuvo
sumiso, (pero no de verdad, más que todo esperando salir de eso),
después no podía renovar su promesa bautismal y después lo pudo hacer. Le
dejaremos saber si el grupo está de acuerdo en realizar otra sesión”
Le contesté diciéndole que el maligno siempre iba hacer lo posible para
que no ser detectado, o al menos esconder la seriedad de la posesión, y algunas
veces se ve forzado a revelar su presencia con el exorcismo, o a veces es
necesario más sesiones antes de que se descubra. Que el maligno demostró su presencia al hacer constantemente el signo del
cacho del diablo con la mano.
Además, el demonio reacciona de diferentes maneras a los rezos y algunas
personas poseídas se mantienen inmóviles y en silencio. La primera reacción del maligno fue querer salir corriendo de la casa y
después inmóvil durante las oraciones.
De nuevo la
batalla para que la diócesis continúe con el exorcismo / liberación, como lo llaman ellos.
Mi hijo
muestra claramente la influencia demoníaca; aversión a lo sagrado: dejar de ir a misa y recibir
los sacramentos, corre a la presencia de un sacerdote, blasfema, se llena de
odio, un comportamiento asocial, le repugnan los objetos religiosos, y un
comportamiento muy extraño; y tiene conocimiento de eventos en el futuro.
El Padre Chad Ripperger, F.F.S.S.P. PhD. en su libro “Introducción a
la Ciencia de la Enfermedades Mentales” pagina 533, señala que la persona es responsable de su estado, a
menos que esté poseída… El maligno afecta la facultad cognoscitiva, la
imaginación, la memoria y los sentidos.
Gracias a
Dios mi hijo ha mejorado con las oraciones y se pudo confesar. El sacerdote de la
parroquia, tan gentil, vino hasta la casa para confesarlo, pero la primera vez
mi hijo salió corriendo pero la segunda si lo atendió y se confesó. A los días fuimos a misa y comulgó.
Las dos primeras veces le costo entrar a la iglesia y comulgar, pero todavía le
cuesta participar en la misa.
Las
oraciones y la comunión han tenido un efecto calmante, todavía hay signos de
empatía, pero una leve voluntad de luchar.
Ahora
entiende que Dios es la salvación para liberarse del maligno. Su mente está más clara.
Tiene una convicción de que Dios es misericordioso e omnipotente que antes no
podía entenderlo, sino que sentía que había un Dios distante que estaba fuera
de su alcance.
Los signos
físicos, miradas demoníacas se han reducido, a pesar que todavía veo como
su mirada se pierde en un momento y da señales de perturbado o molesto, pero
continua el movimiento de brazos en especial sus manos, que cuando lo abrazo
parecieran que me pegaran, especialmente cuando digo la verdad que Jesús nos
ensena en la Biblia, me da unas fuertes palmadas.
Todavía hay el movimiento involuntario de los labios, articula palabras que no llego a entender y
que al preguntarle el no tiene conocimiento de que ha dicho algo, así
como el involuntario gesto permanente
del signo del cuerno del diablo, más que antes, aunque el estado delirante ha
desaparecido casi completamente y su aislamiento ha mejorado mucho
también.
Salimos a caminar, aunque siempre es difícil, le cuesta, pero ahora
puede razonar más y ver que esas cosas son buenas para él. Que Dios quiere que
viva la vida. Que Dios tiene un propósito para él. Que Dios lo ama, que Dios es
bueno, misericordioso, verdadero y omnipotente. Sigo rezando continuamente para
que Dios envíe la ayuda necesaria a mi hijo.
En mi busca
de la verdad, consigo también hablar con el Padre Fortea, quien amablemente y
pacientemente me escucho toda la historia y me dice que mi hijo sufre de un
caso muy severo. Me dice, “no lo conozco pero es un caso severo y además
puedo discernir un problema psicológico”.
Agrego que ha pasado mucho
tiempo poseído y esto ha afectado su mente. A pesar de esa noticia, creo
en los milagros y se que con la Gracia de Dios mi hijo volverá a ser el de
antes, mejor que antes. Sé que tomará mucho tiempo, pero sé que con el amor de
Dios todo se puede.
También, conseguí comunicarme con el anterior exorcista de la diócesis
quien me dirigió a una psicóloga en el
área, quien tiene experiencia en este tipo de casos mentales.
Ella ha escrito un libro sobre los casos mentales relacionados con la
posesión diabólica. Logre llevar a mi hijo, quien se sintió a gusto con ella,
pues es muy amable, ella le hizo hincapié en que Dios es más poderoso que
el maligno, y que él debe comprender que debe luchar por su vida.
Con este diagnóstico
y el del psiquiatra tendré un caso bastante fuerte para presentarle a la
diócesis para que sigan ayudando a mi hijo. Alabado sea Dios.
LO ÚLTIMO
Pasaron dos
meses más sin oír de la diócesis. Esta vez el Ángel de la Guarda actuó por medio del sacerdote de la
parroquia, a quien le pido que hable con la diócesis y que de testimonio del
caso, ya que él ha sido testigo de los cambios positivos que ha originado en mi
hijo el exorcismo que se efectuó en enero.
¡¡¡Aleluya!!!
Regresaron, en dos semanas han realizado tres exorcismos/liberación. Mi hijo no
esta liberado todavía, pero hay la esperanza, la fe de que va ser libre.
Mi hijo ha mejorado tanto en tan poco tiempo que tenemos un viaje planificado para ir a Medjugorje a
pedirle a la Virgen María por su liberación.
Por favor
recen por nosotros, recen por la liberación de mi hijo pero también para que
haya más conciencia de los nuevos peligros que nuestros hijos enfrentan debido
al maligno.
Recen para
que se pueda ayudar a todas esas personas que han caído en las cadenas del
maligno y no han podido conseguir la ayuda necesaria. No olvidemos que la
Virgen María quiere que recemos siempre. La oración me ha ayudado en cada
momento para seguir luchando. ¿Quién como Dios? ¡¡Nadie como Dios!!
Fuentes consultadas:http://www.webdianoia.com/platon/text
- http://www.therealpresence.org/archives/Demonology/Demonology_005.htm
- http://www.therealpresence.org/archives/Demonology.htm
- http://www.mysticsofthechurch.com/2014/01/blessed-maria-bolognesi-mystic-who.html
- http://www.therealpresence.org/archives/Demonology/Demonology_006.htm
- http://www.therealpresence.org/archives/Demonology/Demonology_011.htm
- http://www.spiritdaily.com/exorcismdeliverance.htm
- http://www.fortea.ws
- https://www.aciprensa.com/fortea/
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