Cuando en
una sociedad se esta diciendo que vale todo, lo que de verdad se dice es que
nada vale.
Nada merece la pena. El todo vale quiere decir que solo vale aquello en lo que yo salga beneficiado, lo demás no me interesa. El todo vale, es una manera de manipular a todos los que no piensen como yo o no se atengan a mis deseos.
Esta actitud esta afectando mucho a las relaciones de pareja.
Se está manipulando la dignidad de las personas.
Esta- la dignidad- empieza por el respeto que uno se tiene a si mismo. Por el valor que cada uno le da a su intimidad.
Si uno no valora su intimidad no puede exigir respeto hacia su persona.
Los demás siempre nos trataran, como nosotros le estamos diciendo que nos traten, 0 quizás, un escalón por debajo.
Esa forma de decir, se expresa con nuestra conducta. Comunicación no verbal.
Desde mi punto de vista, el mayor problema que tenemos en la sociedad actual es la falta de respeto hacia la persona.
Estamos maltratando a las personas hasta límites insospechados, jovenes viejos, adolescentes.
Hasta el punto que muchas personas son maltratadas, de forma habitual, por aquellos que dicen que las quieren. Es muy frecuente esa actitud, más de lo que se piensa.
Una persona, para pedir ser tratada con dignidad, tiene que vivir con decencia. Es decir, tener la delicadeza consigo misma, de no exponer en público aquello que pertenece a su intimidad. Ya sea en el campo espiritual, o bien en el corporal o psicológico. Es decir, tratarse ella a si misma como persona.
El hacer esto forma parte de lo natural en la persona, el no hacerlo- lo cual es muy frecuente- significa violentarnos como persona, y exponernos a que no se nos trate como tal.
Todo lo que sexualmente no sea natural en una relación de pareja es no respetarse entre si y tiene como consecuencias la falta de dignidad mutuas, el maltrato, el chantaje, la falta de cariño. En una palabra, el desamor.
Si las camas hablasen, nos daríamos cuenta de que todo lo que va contra el derecho natural, contra lo que las cosas son, en definitiva, contra la normalidad en las relaciones sexuales, es una falta de cariño hacia el otro. Es una falta de decencia, por tanto, de respeto hacia la dignidad del otro. Desamor.
El manoseo de la sexualidad, que muchos matrimonios viven, y esas “nuevas” relaciones sexuales, propagadas por persona, que en muchos casos las aprende de lo que ven en programas pornográficos y, que posteriormente exigen llevarlas a la practica, está haciendo que muchos matrimonios se rompan.
Muchas veces por el afán de modernidad, con el que esta sociedad está engañada. Otras veces, porque a base de ver pornografía el vicio y la adicción ya se ha instalado.
El respeto a la persona es indispensable para la fidelidad en la pareja. No hay que pedir aquello que el otro se va a sentir incomodo si lo dá. O lo va a dar de mala gana. Eso no es querer. Eso es egoísmo. Pensar en uno mismo.
Por ahí no está el camino de la felicidad.
Nada merece la pena. El todo vale quiere decir que solo vale aquello en lo que yo salga beneficiado, lo demás no me interesa. El todo vale, es una manera de manipular a todos los que no piensen como yo o no se atengan a mis deseos.
Esta actitud esta afectando mucho a las relaciones de pareja.
Se está manipulando la dignidad de las personas.
Esta- la dignidad- empieza por el respeto que uno se tiene a si mismo. Por el valor que cada uno le da a su intimidad.
Si uno no valora su intimidad no puede exigir respeto hacia su persona.
Los demás siempre nos trataran, como nosotros le estamos diciendo que nos traten, 0 quizás, un escalón por debajo.
Esa forma de decir, se expresa con nuestra conducta. Comunicación no verbal.
Desde mi punto de vista, el mayor problema que tenemos en la sociedad actual es la falta de respeto hacia la persona.
Estamos maltratando a las personas hasta límites insospechados, jovenes viejos, adolescentes.
Hasta el punto que muchas personas son maltratadas, de forma habitual, por aquellos que dicen que las quieren. Es muy frecuente esa actitud, más de lo que se piensa.
Una persona, para pedir ser tratada con dignidad, tiene que vivir con decencia. Es decir, tener la delicadeza consigo misma, de no exponer en público aquello que pertenece a su intimidad. Ya sea en el campo espiritual, o bien en el corporal o psicológico. Es decir, tratarse ella a si misma como persona.
El hacer esto forma parte de lo natural en la persona, el no hacerlo- lo cual es muy frecuente- significa violentarnos como persona, y exponernos a que no se nos trate como tal.
Todo lo que sexualmente no sea natural en una relación de pareja es no respetarse entre si y tiene como consecuencias la falta de dignidad mutuas, el maltrato, el chantaje, la falta de cariño. En una palabra, el desamor.
Si las camas hablasen, nos daríamos cuenta de que todo lo que va contra el derecho natural, contra lo que las cosas son, en definitiva, contra la normalidad en las relaciones sexuales, es una falta de cariño hacia el otro. Es una falta de decencia, por tanto, de respeto hacia la dignidad del otro. Desamor.
El manoseo de la sexualidad, que muchos matrimonios viven, y esas “nuevas” relaciones sexuales, propagadas por persona, que en muchos casos las aprende de lo que ven en programas pornográficos y, que posteriormente exigen llevarlas a la practica, está haciendo que muchos matrimonios se rompan.
Muchas veces por el afán de modernidad, con el que esta sociedad está engañada. Otras veces, porque a base de ver pornografía el vicio y la adicción ya se ha instalado.
El respeto a la persona es indispensable para la fidelidad en la pareja. No hay que pedir aquello que el otro se va a sentir incomodo si lo dá. O lo va a dar de mala gana. Eso no es querer. Eso es egoísmo. Pensar en uno mismo.
Por ahí no está el camino de la felicidad.
José
María Contreras
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