Debo el titular de este artículo
a un perspicaz seguidor de Twitter. Me pareció una gran idea y así se lo hice
saber. No cabe duda de que la masonería existe. Y tampoco cabe duda de su
influencia política y social en los últimos dos siglos y medio. También existen
grupos de poder o "lobbys" de enorme calado en casi todas las
instituciones, y sus fines -como los de la masonería- pueden ser más o menos legítimos,
más o menos honestos, más o menos orientados al bien común. O más o menos
orientados al beneficio exclusivo de algunas élites.
El problema es el secretismo.
Pongamos por caso que el presidente francés, el señor Hollande, sea masón. Hace
poco visitó Cuba, esa vieja dictadura comunista. Pongamos que sea cierto, como
sostienen algunos, que el comunismo haya tenido orígenes masónicos. En todo
caso, ahí queda abierto el debate y la polémica. El problema, repito, es el
secretismo. Todo el mundo sabe qué políticos son católicos porque el
catolicismo está en las antípodas de las sociedades secretas. El catolicismo ha
tenido, sin duda, gran influencia política y social. Pero lo ha hecho a cara
descubierta. No se ha escondido en ocultas logias. La modernidad ha ido aparcando
al estado confesional católico. Bien, así son las cosas y así discurre la
historia. Sin embargo, la confesionalidad masónica del estado sigue ahí. Si se
trata de una cuestión de fe -y la masonería, como el comunismo, tiene mucho que
ver con la fe-, miles de millones de personas en el mundo creemos en otras
cosas, en otros dioses o en un solo Dios.
Ruego,
pues, que los masones se identifiquen. Lo hacen los católicos. Lo hacen, sin
duda, los musulmanes. Fíjense: lo hacen también comunistas y socialistas. Para
saber a quién votar debo conocer la cosmovisión y el modelo de hombre que
propone el candidato. El que propone la masonería es uno y muy claro. Que nos
lo digan abiertamente. Es de justicia. Es una exigencia de la libertad.
Mejoraría, como dicen los cursis, "la calidad democrática" de
nuestras instituciones. En mi inmensa ingenuidad, pregunto: ¿tienen algo que
ocultar?
Paco
Segarra
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