La intransigencia de la Iglesia es una demostración de que se está
convencido de poseer la verdad
Por: Revista Cristiandad | Fuente: cristiandad.org
Es verdad que la Iglesia, durante mucho tiempo, ha sido intransigente, muy intransigente con sus dogmas y principios.
Precisamente esa intransigencia de la Iglesia Católica en sus verdades fundamentales, es una de las causas más poderosas de que yo sea católico. ¿Sabe por qué?
Porque la intransigencia es una demostración, un síntoma, de que se está convencido de poseer la verdad. El que tiene la plena convicción de conocer la verdad, no transige; en cambio, la mentira transige.
Me explico: Vaya a donde está un matemático y dígale: Yo creo que dos y dos son cinco.
Verá como él contesta: No señor, usted está equivocado, son cuatro.
Bueno, dígale, vamos a no decir que son cinco, pero acépteme que son cuatro y una milésima.
Le dirá el matemático: No señor, no son cuatro y una milésima, son cuatro exactos.
¡Pero, por Dios! ¡Transija Ud.! ¡Qué más le da transigir por sólo una milésima, que es algo insignificante!
No transijo ni en una milésima, le contestará el matemático; la verdad es sólo una: que suman cuatro, y no puedo transigir porque con sólo alterar la verdad en una milésima, ya no sería la verdad, se convertiría en una mentira. La verdad no se puede alterar en lo más mínimo.
Fíjese: era intransigente, porque estaba convencido de que tenía la verdad; y no podía alterar ésta, porque se hacía mentira.
Todas las ciencias exactas y verídicas son intransigentes: las matemáticas, el álgebra, la física, la química, etc.
Por eso la Iglesia es intransigente en sus Dogmas, porque está convencida de que son los principios verdaderos, los dados por Dios, y no los puede variar ni una milésima porque se harían mentira.
En cambio, fíjese cómo la mentira puede transigir.
Diga que dos y dos son cinco; he ahí una gran mentira.
Diga que son veinte; la mentira sigue tan campante.
Diga que son cincuenta millones; la mentira se echa fresco.
¿Por qué sucede esto? Porque lo único verdadero es que son cuatro y todo lo otro que se diga es mentira, y mientras más te apartes de cuatro, más grande es la mentira; es como un agujero, que mientras más le quitan, más grande se hace. ¿Ve cómo puedes transigir con una mentira y ésta no se altera en lo más mínimo?
Vaya a las Iglesias Protestantes, todas ellas le dirán que son muy intransigentes con sus Dogmas. Conclusión: sáquela Ud. mismo.
Fíjese que le he dicho a través de todo este artículo que la intransigencia de la Iglesia es con sus Dogmas, no con los hombres, la Iglesia no es intransigente con los hombres; Jesucristo combatía intansigentemente el pecado, pero perdonaba a todos los pecadores que se arrepentían.
Por último, quiero que oigas las palabras siguientes de labios del propio Jesús, eterna Verdad: "El que no está conmigo, está contra Mí".
Jesús no admitía posiciones intermedias, pequeñas discrepancias, o todo, o nada, Jesucristo... Jesucristo era intransigente.
Por: Revista Cristiandad | Fuente: cristiandad.org
Es verdad que la Iglesia, durante mucho tiempo, ha sido intransigente, muy intransigente con sus dogmas y principios.
Precisamente esa intransigencia de la Iglesia Católica en sus verdades fundamentales, es una de las causas más poderosas de que yo sea católico. ¿Sabe por qué?
Porque la intransigencia es una demostración, un síntoma, de que se está convencido de poseer la verdad. El que tiene la plena convicción de conocer la verdad, no transige; en cambio, la mentira transige.
Me explico: Vaya a donde está un matemático y dígale: Yo creo que dos y dos son cinco.
Verá como él contesta: No señor, usted está equivocado, son cuatro.
Bueno, dígale, vamos a no decir que son cinco, pero acépteme que son cuatro y una milésima.
Le dirá el matemático: No señor, no son cuatro y una milésima, son cuatro exactos.
¡Pero, por Dios! ¡Transija Ud.! ¡Qué más le da transigir por sólo una milésima, que es algo insignificante!
No transijo ni en una milésima, le contestará el matemático; la verdad es sólo una: que suman cuatro, y no puedo transigir porque con sólo alterar la verdad en una milésima, ya no sería la verdad, se convertiría en una mentira. La verdad no se puede alterar en lo más mínimo.
Fíjese: era intransigente, porque estaba convencido de que tenía la verdad; y no podía alterar ésta, porque se hacía mentira.
Todas las ciencias exactas y verídicas son intransigentes: las matemáticas, el álgebra, la física, la química, etc.
Por eso la Iglesia es intransigente en sus Dogmas, porque está convencida de que son los principios verdaderos, los dados por Dios, y no los puede variar ni una milésima porque se harían mentira.
En cambio, fíjese cómo la mentira puede transigir.
Diga que dos y dos son cinco; he ahí una gran mentira.
Diga que son veinte; la mentira sigue tan campante.
Diga que son cincuenta millones; la mentira se echa fresco.
¿Por qué sucede esto? Porque lo único verdadero es que son cuatro y todo lo otro que se diga es mentira, y mientras más te apartes de cuatro, más grande es la mentira; es como un agujero, que mientras más le quitan, más grande se hace. ¿Ve cómo puedes transigir con una mentira y ésta no se altera en lo más mínimo?
Vaya a las Iglesias Protestantes, todas ellas le dirán que son muy intransigentes con sus Dogmas. Conclusión: sáquela Ud. mismo.
Fíjese que le he dicho a través de todo este artículo que la intransigencia de la Iglesia es con sus Dogmas, no con los hombres, la Iglesia no es intransigente con los hombres; Jesucristo combatía intansigentemente el pecado, pero perdonaba a todos los pecadores que se arrepentían.
Por último, quiero que oigas las palabras siguientes de labios del propio Jesús, eterna Verdad: "El que no está conmigo, está contra Mí".
Jesús no admitía posiciones intermedias, pequeñas discrepancias, o todo, o nada, Jesucristo... Jesucristo era intransigente.
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