Más de la mitad de la batalla se gana con la identificación de que algo
que nos pasa es consecuencia de un ataque del mundo sobrenatural que no vemos,
o sea del maligno.
Es por eso que somos más propensos a sentir los efectos negativos y
destructores de los ataques cuando bajamos la guardia. En cambio logramos
sentir nuestra fortaleza cuando caemos en la cuenta que algo que nos pasa es
fruto de un ataque espiritual.
TODOS ESTAMOS BAJOS ATAQUE
ESPIRITUAL
Todas las personas enfrentan
luchas espirituales en su intento de avanzar en las cosas de Dios. Uno de los
trucos principales del enemigo es conseguir que la persona engañada no se dé
cuenta de la profundidad de lo que está sucediendo en su vida.
A menudo la gente asume que la lucha que se enfrentan es sólo una
batalla física, que hay un problema personal con su vida, pero bajo la
superficie hay algo mucho más complejo que está teniendo lugar. Las personas
están bajo un ataque espiritual.
¿Qué es un ataque espiritual? Un ataque espiritual
es una serie de eventos coordinados por el mundo demoníaco con el fin de hacer
abortar las promesas, de hacer naufragar la fe, de oprimir a un creyente y
sacarle fuera del trayecto y que no llegue a destino.
San Pablo nos recuerda: “que satanás no saque ventaja de nosotros, ya
que conocemos bien sus intenciones” (2 Corintios 2:11).
La Biblia nos dice que el diablo tiene varias estratagemas que utiliza
contra los seres humanos. Muchas personas asumen erróneamente que satanás es
estúpido, pero él ha estado estudiando los pensamientos, las acciones y el
comportamiento de la humanidad desde el principio de los tiempos. Él sabe cómo tentar a la gente.
Sus secuaces son maestros en
apretar los botones adecuados en el momento adecuado. No debemos ignorar las
estrategias del enemigo. No podemos
vivir nuestras vidas con nuestros ojos espirituales cerrados. Debemos
andar en el Espíritu y ser conscientes de lo que está sucediendo a nuestro
alrededor.
10 SÍNTOMAS DE QUE ESTÁS BAJO
ATAQUE ESPIRITUAL
¿Cómo se puede identificar un ataque espiritual? Aquí hay diez síntomas
de un ataque:
1 – Falta de pasión espiritual
El enemigo trata de robar tu
tenacidad para las cosas de Dios. De repente, tu vida de oración
parece estancada. Tu compromiso puesto a prueba y parece que no puedes ir para
delante y ni tan siquiera mantener lo que has conseguido. Te sientes como si
sólo estuvieras haciendo movimientos mecánicos.
2 – Frustración extrema
Durante un ataque espiritual el enemigo usa una variedad de
circunstancias para oprimir a la mente y traer una gran frustración. Una
persona que está en estado de sitio se percibe a sí mismos en el borde del precipicio y ansioso.
Insatisfecho con lo que tiene aunque haya logra las metas que se ha
propuesto, y con el rumbo que está recorriendo. Tiene más que ver con la sensación que con una realidad objetiva
frustrante en tu vida.
3 – La confusión acerca de tu propósito
Durante un ataque espiritual a menudo hay una gran confusión acerca de
la dirección espiritual. Este es uno de los principales objetivos de un ataque,
conseguir que un creyente de se aparte de destino. Las malas mociones comienzan trayendo confusión.
4 – Falta de paz
El enemigo te bombardea la mente
con pensamientos dispersivos y
tentaciones permanentes con el fin de robarte la paz. La mente se irrita y te sientes agotado.
El enemigo hace todo lo que puede para llevarte a la fatiga mental.
5 – Te sientes inusualmente débil y cansado
La falta de energía y vitalidad
son a menudo el resultado de un ataque prolongado. Ciertamente, estos problemas
pueden ocurrir por vivir de otra forma los problemas naturales, falta de sueño,
batallas sobre tu salud. En este caso, sin embargo, la causa raíz es el efecto
de las batallas espirituales prolongadas.
6 – Percibes una falta de ataques
Otra señal de que estás bajo ataque es que se trata de un ataque tan masivo que pareciera que no hay
ningún ataque sino que sencillamente tú has cambiado. Hay momentos en que
parece que todos los recursos se secan
al mismo tiempo. Los ataques del enemigo son para que pongas tus ojos
fuera de Dios y los pongas en el dinero y otros placeres.
Si él puede conseguir que te preocupes en lugar de que le adores,
comenzarás a tomar decisiones basadas en la oportunidad en lugar de la unción. Recuerda siempre que hay dos veces en tu vida
cuando eres especialmente vulnerable a la tentación: cuando no tienes nada, y
cuando tienes todo. Mantente cerca de Dios, tanto en los tiempos buenos
como en los malos momentos.
7 – Fuerte impulso para salir de tu propósito
Cada creyente nace con un propósito único. Y así como Dios creó con un
propósito a cada creyente, Él también le dio regalos y gracias únicos, para
cumplir con ese plan. Cuando una persona está viviendo en forma fuerte el
llamado, va a prosperar en diversas áreas: recibirá la bendición de recursos en
el área en que Dios lo ha llamado. Él se sentirá la mayor cantidad de tiempo
satisfecho y realizado de vivir su destino.
Pero el enemigo también tiene un plan para cada persona y odia cuando un
creyente audazmente saliendo de su propósito y plan. Él hace todo lo que
podamos para que el cristiano se aleje de su destino. Durante un ataque te abrumará con pensamientos y deseos de renunciar y abandonar
su puesto. Esta es uno de los mayores propósitos detrás de los ataques
espirituales.
8 – Te retrotraes a viejas ataduras
En una larga batalla espiritual, como son casi todas, la persona es empujada a menudo hacia ciclos
negativos de los que ya se liberó. El enemigo quiere esclavizarte una
vez más en las mismas ataduras viejas.
Él puede desanimarte en tus esfuerzos convenciéndote que tus pecados no
son suficientemente malos, para liberarte de pensar que cometes pecados, y así puedes perder la noción de lo malo y lo bueno,
lo que agrada a Dios o no, y sobre la condenación, lo que te lleva de nuevo en
un espiral hacia una derrota más profunda.
9 – Te apartas de las relaciones sanas
Cuando las iniquidades antiguas comienzan tentándote, el siguiente signo
del ataque espiritual seguramente será alejarte
de las relaciones santas. Mira a tu alrededor.
¿Has salido de tener relaciones con la gente que te provee de mociones
sanas y santas? ¿Tus amigos de ahora se ocupan más de la carne que del
Espíritu? Si es así, estás tropezando en el campo de batalla y el enemigo te
tiene a merced.
10 – Cuestionaa la dirección y el llamado que has
sentido claramente
A medida que el enemigo ataca la vida de un creyente, comienza a darle razones para renunciar a la
misma cosa que Dios le llama. Esta es una de sus herramientas
principales. Él desata la confusión, la vergüenza, la intimidación y una
variedad de esquemas viles para crear una nube de incertidumbre. Una vez más,
su objetivo final es conseguir que un creyente salga fuera del sendero de su
destino; de modo que una persona que está bajo ataque puede encontrarse
profundamente cuestionando el camino por el que está viajando.
Por lo general, comienza a reexaminar las decisiones que
antes eran muy claras. Muchas veces una persona en medio de un ataque
cuestionará palabras proféticas, avances espirituales y experiencias
significativas que tuvo. Este es un paso que te mueve hacia atrás en el
Espíritu.
4 CLAVES PARA LA LIBERARTE
La primera cosa es tomar conciencia de que estas
bajo ataque.
Una vez que reconoces el ataque comenzarás a
levantarte en la fe y la autoridad que Jesús te ha dado. Reprende
al atacante aunque no lo veas, pero está ahí, y rompe su poder sobre tu vida.
Recuerda que Jesús nos dio poder y autoridad para expulsar a los
demonios y para sanar enfermedades (Lucas 9: 1).
Aquí hay cuatro claves para tu liberación:
A – Rompe este proceso con tu fe
“Sin la fe es imposible agradar a Dios, porque
aquel que se acerca a Dios debe creer que él existe y es el justo remunerador
de los que lo buscan” (Hebreos 11: 6).
B – Rómpelo con la oración
“Eleven constantemente toda clase de oraciones y
súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a
interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre
palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio” (Efesios 6: 18-19.).
C – Rómpelo con tu resistencia
“Sométanse a Dios; resistan al demonio, y él se
alejará de ustedes”(Santiago 4: 7).
D – Rompe el ataque con los 5 “no hagas”
Una vez que hayas tomado una posición contra el ataque del enemigo, aquí
están cinco cosas que NO debes hacer y
que debe recordar.
-No olvides quien lo
hizo. Dios te
creó con tormentas en la mente. Él te
ha equipado y podrás vencer a través de Él.
-No abandones la hora
y el lugar de la oración. Hay dos cosas que son vitales
para una vida de oración exitosa: un tiempo de oración y un lugar de oración.
-No abandones los
lugares de poder. Tu iglesia y tu familia son
lugares de poder.
-No abandones el poder
de la asociación. Es bueno estar cerca de personas
que han vivido más tiempo, que han hecho más y pueden darte un consejo sabio, y
de los amigos fieles y sencillos.
-No te desconectes de
la protección pastoral. Muchas veces hay gente bajo
ataque que se niegan a ser ayudados; la
confesión, la dirección espiritual y el frecuentar amigos de fe son el
antídoto.
SIEMPRE ALERTA
Al
enemigo le gusta permanecer oculto. Él engaña y trata de volar bajo el radar,
pero el Señor está brillando con Su potente luz sobre los ataques.
Sobre
cada cosa que te suceda que cuestione tu camino adquiere al acto de reflejo de
preguntarte si no será una moción del enemigo y un ataque espiritual.
No
esperes hasta que el enemigo te esté rompiendo en pedazos para buscar la ayuda
de aquellos que tienen un papel sano y pastoral en su vida.
Siempre
los ojos espirituales se pueden abrir y la libertad surgir. Ejercita tu
autoridad y quiebra el ataque hoy.
Fuentes:
Publicado por Unción Católica y Profética
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