El control de China sobre
Internet en su territorio está resultando férreo. Y no sólo eso, sino que cada
vez está estrechando más su puño sobre la Red en todo su territorio. De seguir
así, su control será perfecto en muy pocos años más. Ya ahora es impresionante.
Lo preocupante es que China
pronto estará en condiciones de exigir que se cierren páginas incluso en el
extranjero. Esa potencia podrá ir comprando acciones en las más grandes
plataformas y podrá exigir a otras que censuren contenidos, sobre todo
contenidos críticos que considere perjudiciales.
No sé hasta dónde llegará este
preocupante camino que se inició hace unos años. Lo que sí que está claro es
que China puede contaminar la Red con censura y autocensura, con la compra de
acciones o la imposición de sanciones, de un modo mucho mayor de lo que la
gente cree.
Ya ahora los políticos de las
grandes naciones se autocensuran para no ofender al Gigante. Se equivoca si
alguien piensa que Internet podrá seguir campando a sus anchas, indiferente a
un ambiente cada vez más enrarecido. Los políticos, las leyes, los consejos de
dirección caerán de rodillas si se aplica la presión necesaria.
¿Podemos imaginar un mundo en el
que Google esté en manos de un accionariado obediente a Pekín? ¿Podemos
imaginar un mundo en el que los vídeos que vemos, los blogs que leemos, estén
controlados? Basta con controlar un solo motor de búsqueda, uno solo. Y la
gente verá lo que ese motor diga que veamos.
Controlad un motor de búsqueda y controlaréis el mundo. Controlar a
Google es cuestión de dinero, de influencias, de presión. Nadie lo ha logrado
ni siquiera ha sido intentado. Pero sólo es una cuestión de tiempo el que un
Gigante lo intente. Y desde luego que lo intentará.
P. FORTEA
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