"Señor, no tengo a nadie que me introduzca en
el estanque cuando se mueve el agua" (Jn 5, 7)
¿Cuánta gente a nuestro alrededor no tiene a nadie?
Juzgamos su maldad, su incredulidad...y nosotros pasamos a su lado sin reparar
que no tienen a nadie, que están solos. No se trata de catequizarlos, decirles
sermones, darles consejos. Se trata de alguien que actúe, que les ayude a
moverse. Alguien que les demuestre con actos que les ama. Entonces se podrán
levantar y comenzarán a andar. Entonces serán hombres nuevos.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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