A veces hace un alto al celebrar:
«El cura va a hacer pipí»
Rafael Freitas es un niño de 3 años, que lucha contra un agresivo
cáncer y que hizo conocido por un video en el que aparece “celebrando misa” en
Facebook (suma ya más de dos millones de visitas) y por un deseo peculiar:
después de haber visto a Francisco en Brasil, él también quiere ser Papa.
UN AÑO DE QUIMIOTERAPIA
En 2014, los padres de Rafael, Randersson y Patriana Freitas, recibieron la noticia de que el pequeño tenía una enfermedad llamada neuroblastoma, un cáncer infantil que suele afectar los nervios y los huesos, que estaba en el nivel 4, el más grave.
Desde marzo del año pasado, Rafael recibe quimioterapia en el Hospital de Cáncer Infanto Juvenil Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Barretos, estado brasileño de São Paulo, y esta semana es decisiva para su tratamiento.
Los médicos no dieron ninguna esperanza y cuando Rafael ingresó al hospital fue colocado en el área para enfermos terminales. Sin embargo, explican sus padres, el cuadro crítico se ha ido revirtiendo gracias al tratamiento intenso y las oraciones de muchos amigos y parientes. Incluso podría suceder que el pequeño se cure por completo.
“Estamos en una semana crucial, en la que se hará nuevos exámenes para definir lo que todavía necesita hacerse. Quizás él necesite un trasplante de médula. Pedimos las oraciones de los obispos, padres, religiosos, laicos y de las familias. Recen por Rafael. Que podamos formar una gran cadena de oración. Sabemos que la cura de Rafael depende de la mano de Dios y nosotros pedimos que ese milagro suceda”, dijo Randersson a ACI Digital, agencia en portugués del Grupo ACI.
LO QUE HA VISTO EN CASA
El padre de Rafael dijo también sobre su pequeño que “el hijo siempre quiere ser lo que el padre es. Somos ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión y buscamos participar diariamente de la Sagrada Eucaristía”.
“Rafael, con poco más de un año, cuando empezó a dar los primeros pasos y en todas las misas a las que íbamos, hacía lo que el sacerdote hace a la hora de la Consagración. Cuando el cura levantaba el cáliz, en el banco el pequeño también levantaba su vasito de agua y estiraba su toalla de bebé”.
El párroco de Conceiçao das Pedras, el pueblo de dos mil habitantes en Minas Gerais donde nació el pequeño, valora el hogar católico en el que el niño se ha criado: "Esta demostración de fe, dentro de lo que es su edad, es un reflejo de la fe que sus padres viven en casa".
"EL CURA VA A HACER PIPÍ"
En la capilla del hospital, donde participa de la misa con sus padres, Rafael pidió un regalo peculiar al capellán, Sérgio Borges: una patena (un ornamento litúrgico que suele ser dorado en el que se coloca la hostia). El sacerdote se la dio y le obsequió además una pequeña túnica y una estola hechas especialmente para él.
“Al sacerdote le pareció tan bonito el pedido de Rafael que para incentivarlo le dio un conjunto completo de objetos litúrgicos que nunca habían sido utilizados en misa. El día que lo recibió, Rafael celebró unas ‘trescientas misas’. A las 11 de la noche él aún estaba ‘celebrando’”.
Este, cuenta Randersson “ha sido el mejor regalo, al mirarlo nos demostraba qué feliz estaba. En el hospedaje donde viven las personas que están en tratamiento en el hospital, tenemos un espacio común y él llama a todo el mundo para participar de su ‘misa’”.
Rafael, como se ve en el reportaje de la televisión brasileña que reproducimos abajo, no es sin embargo ajeno, cuando celebra, a las exigencias de su edad, y no duda en interrumpirla (minuto 3:40): "El cura va a hacer pipí".
Incentivando la oración por Rafael Freitas en los próximos días ACI Digital lanzó el hashtag #PrayforRafa pidiendo a todos que recen por la salud y recuperación del pequeño.
UN AÑO DE QUIMIOTERAPIA
En 2014, los padres de Rafael, Randersson y Patriana Freitas, recibieron la noticia de que el pequeño tenía una enfermedad llamada neuroblastoma, un cáncer infantil que suele afectar los nervios y los huesos, que estaba en el nivel 4, el más grave.
Desde marzo del año pasado, Rafael recibe quimioterapia en el Hospital de Cáncer Infanto Juvenil Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Barretos, estado brasileño de São Paulo, y esta semana es decisiva para su tratamiento.
Los médicos no dieron ninguna esperanza y cuando Rafael ingresó al hospital fue colocado en el área para enfermos terminales. Sin embargo, explican sus padres, el cuadro crítico se ha ido revirtiendo gracias al tratamiento intenso y las oraciones de muchos amigos y parientes. Incluso podría suceder que el pequeño se cure por completo.
“Estamos en una semana crucial, en la que se hará nuevos exámenes para definir lo que todavía necesita hacerse. Quizás él necesite un trasplante de médula. Pedimos las oraciones de los obispos, padres, religiosos, laicos y de las familias. Recen por Rafael. Que podamos formar una gran cadena de oración. Sabemos que la cura de Rafael depende de la mano de Dios y nosotros pedimos que ese milagro suceda”, dijo Randersson a ACI Digital, agencia en portugués del Grupo ACI.
LO QUE HA VISTO EN CASA
El padre de Rafael dijo también sobre su pequeño que “el hijo siempre quiere ser lo que el padre es. Somos ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión y buscamos participar diariamente de la Sagrada Eucaristía”.
“Rafael, con poco más de un año, cuando empezó a dar los primeros pasos y en todas las misas a las que íbamos, hacía lo que el sacerdote hace a la hora de la Consagración. Cuando el cura levantaba el cáliz, en el banco el pequeño también levantaba su vasito de agua y estiraba su toalla de bebé”.
El párroco de Conceiçao das Pedras, el pueblo de dos mil habitantes en Minas Gerais donde nació el pequeño, valora el hogar católico en el que el niño se ha criado: "Esta demostración de fe, dentro de lo que es su edad, es un reflejo de la fe que sus padres viven en casa".
"EL CURA VA A HACER PIPÍ"
En la capilla del hospital, donde participa de la misa con sus padres, Rafael pidió un regalo peculiar al capellán, Sérgio Borges: una patena (un ornamento litúrgico que suele ser dorado en el que se coloca la hostia). El sacerdote se la dio y le obsequió además una pequeña túnica y una estola hechas especialmente para él.
“Al sacerdote le pareció tan bonito el pedido de Rafael que para incentivarlo le dio un conjunto completo de objetos litúrgicos que nunca habían sido utilizados en misa. El día que lo recibió, Rafael celebró unas ‘trescientas misas’. A las 11 de la noche él aún estaba ‘celebrando’”.
Este, cuenta Randersson “ha sido el mejor regalo, al mirarlo nos demostraba qué feliz estaba. En el hospedaje donde viven las personas que están en tratamiento en el hospital, tenemos un espacio común y él llama a todo el mundo para participar de su ‘misa’”.
Rafael, como se ve en el reportaje de la televisión brasileña que reproducimos abajo, no es sin embargo ajeno, cuando celebra, a las exigencias de su edad, y no duda en interrumpirla (minuto 3:40): "El cura va a hacer pipí".
Incentivando la oración por Rafael Freitas en los próximos días ACI Digital lanzó el hashtag #PrayforRafa pidiendo a todos que recen por la salud y recuperación del pequeño.
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