lunes, 12 de enero de 2015

«UN CRISTO INTELECTUAL NO CONVIERTE A NADIE. EL DEMONIO SABE MÁS TEOLOGÍA QUE TODOS NOSOTROS»


Cardenal Madariaga, en las Jornadas Pastorales de Toledo.

Desde el viernes 9 hasta el domingo 11 de enero, se han realizado en la ciudad de Toledo las III Jornadas de Pastoral por iniciativa del Arzobispo Primado, Braulio Rodríguez Plaza, con el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga como invitado principal.

Sacerdotes, laicos, jóvenes -muy jóvenes-, adultos y personas mayores hablaron de las diversas experiencias que en la Archidiócesis se llevan a cabo en materia de:

-Iniciación Cristiana,
-Ocio, tiempo libre y campamentos,
-Religiosidad Popular,
-Familia y Vida, Juventud,
-Catequesis,
-Caridad,
-Enseñanza
-y Apostolado Seglar.

LA IMPORTANCIA DE LA PARROQUIA
El cardenal Óscar Rodríguez Madariaga señaló en su primera conferencia que “en la Parroquia se juega el futuro de la Iglesia. La parroquia no es una estación de servicios pastorales. Las parroquias deben estar en estado de permanente conversión y de misión. La misioneriedad nos debe llevar dada la conversión de las parroquias. Hay que repensar la parroquia. La llamada de Jesús no es al cementerio, es a la vida. El encuentro con Cristo no es el encuentro con una idea, es el encuentro con una persona. Hay que repensar la parroquia desde ese encuentro. La parroquia debe promover ese encuentro”.

Para el purpurado salesiano “la parroquia es el lugar por excelencia donde se realiza la inculturación. La parroquia es el centro del Documento de Aparecida. Debe ser comunidad viva. Comunidad de comunidades. La parroquia evangelizada tiene que ser evangelizadora. Es la célula viva de la Iglesia. Para hacerse comunidad de comunidades es necesario redescubrir el sentido misionero y el espíritu de comunión. La Fe en Jesucristo nos llega a través de la comunidad eclesial. Hay que reformular la estructura de la parroquia para ser comunidad de comunidades. El Espíritu Santo está activo. Tenemos que estar abiertos a la creatividad”.

A LOS ALEJADOS HAY QUE BUSCARLOS
El cardenal recordó que: “Los alejados no van a venir si no los vamos a buscar. Se necesita una pastoral familiar intensa y activa y vigorosa. Y una atención lúcida e inteligente a los jóvenes. Sin olvidarse de los ancianos. Las mujeres son las que más participan en la vida parroquial. Es necesario que los hombres participen más”.

Y Rodríguez Madariaga lo tiene claro: “Para renovar las parroquias antes de más nada es necesario el encuentro amoroso con Jesucristo. Una espiritualidad discipular, de quien sabe que es necesario aprender más. Hay que mejorar mucho más las Homilías. No son conferencias. Deben ser la actualización de esas lecturas que se proclaman. Si hay un adjetivo que deben tener todas las parroquias es el ser misioneras”.

“El Papa Francisco -recordó el también presidente de Cáritas Internacional- insiste que deben ser comunidades incluyentes y fraternas. Hay que dejar atrás clericalismos y centralismos. Los alejados son un reto permanente: ¿por qué se han ido?”.

UNA CREATIVIDAD CON NUEVAS IDEAS
“En las parroquias debería al menos tenerse una vez a la semana la Lectio Divina. Inteligencia pastoral implica que no todo lo que había antes era lo mejor. Es necesario una creatividad que busque nuevas ideas. Las oficinas parroquiales no deben ser aduanas. La solidaridad debe ser la característica de toda parroquia y de toda comunidad. España es un ejemplo de la solidaridad a través de Cáritas. La parroquia debe tener la prioridad de la Misericordia. La parroquia no puede encerrarse en sĺ misma. Debe también la parroquia evangelizar el mundo de la política y el mundo de la economía”.

Respondiendo algunas preguntas el Cardenal hondureñó afirmó que “los Ejercicios Espirituales son necesarios y debemos facilitar mucho los retiros espirituales. Un Cristo intelectual no convierte a nadie. El demonio sabe más teología que todos nosotros. Es necesario tener el valor de romper un encerramiento. Es necesario compartir nuestra vivencia espiritual”.

Y añadió: “El trabajo del párroco es el de armonizar. Ser director de orquesta. Organizar para vivir en sinfonía y no en cacofonía”.

José Alberto Rugeles Martínez/Zenit

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