domingo, 18 de enero de 2015

SEGUIR Y VER


"Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús dijo:

– ¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!

Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:

– ¿Qué estáis buscando?

Ellos dijeron:

– Maestro, ¿dónde vives?

Jesús les contestó:

– Venid a verlo.

Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.

Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo:

– Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).

Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo:

– Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro)."

 "Venid y veréis". Son las palabras que dirigió Jesús a sus primeros discípulos y también, hoy, a nosotros. El evangelio de hoy nos muestra el camino que debemos seguir para ser discípulos de Jesús:
- alguien que nos lo muestre.
- debemos seguirlo.
- hay que saber ver.
A Jesús nos lo muestran las personas que lo conocen. Fueron los primeros nuestros padres, pero a lo largo de la vida nos lo señalan aquellas personas que dedican su vida a los demás. Nos lo señalan acontecimientos de la vida que nos inducen a buscar. ¿Somos nosotros aquellos que ayudan a los demás a buscar a Jesús o somos de los que los alejamos de Él?
Pero no basta con que nos lo muestren. Debemos seguirlo. Será Él mismo quien nos invitará a seguirle. ¿Sabemos oír esa invitación?¿Nos quedamos ante Él en una simple admiración, pero no damos un paso adelante tras sus huellas? A Juan le quedó tan marcado ese momento, que incluso recordaba la hora.
Debemos seguirlo para ver. Hemos dicho muchas veces que a Jesús lo encontramos en el necesitado, en el enfermo, en el marginado, en el "sin papeles". Si los seguimos, si "vemos" dónde y cómo viven, sabremos lo que debemos hacer para seguirle. Allí se nos acercará Jesús y nos mostrará lo que debemos hacer de nuestras vidas si queremos seguirlo.
Al igual que los discípulos, nacerá en nosotros el impulso de compartir lo que hemos visto y de mostrarlo a los demás. Y, entonces...nos quedaremos con Él.

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