La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa
de sus 92 años de edad, estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en
punto, con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese
a ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos.
El que había sido su marido durante 70 años
había muerto, lo que hacía necesario el traslado.
Después de muchas horas de esperar pacientemente
en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió dulcemente cuando le
comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras ella maniobraba su
andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto,
incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana.
“Me encantan”, dijo ella con el entusiasmo de un
chiquillo de 8 años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.
“¡Sra. Pepita! usted aún no ha visto el cuarto….
espere”.
“Eso no tiene nada que ver”, dijo ella. La
felicidad es algo que uno decide con anticipación.
El hecho de que me guste mi cuarto o no me
guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle
mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría”. “Es una decisión
que tomo cada mañana al levantarme”.
“Estas son mis posibilidades: puedo pasarme el
día en cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo
que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que si
funcionan.
Cada día es un regalo, y por el tiempo que mis
ojos se abran me centraré en el nuevo día y en las memorias felices que he
guardado en mi mente… sólo por este momento en mi vida.
La vejez es como una cuenta bancaria… uno extrae
de lo que había depositado en ella”.
“Entonces, mi consejo para ti sería que
deposites gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos”.
Recuerda estas simples 5 reglas para ser feliz:
(a) Libera tu corazón de odio,
(b) Libera tu mente de preocupaciones,
(c) Vive humildemente,
(d) Da más y
(e) Espera menos.
Enviado por Sara de Montemayor
Muy buen ejemplo para nuestra vida. Necesitamos
entender que nada nos hace felices o alguien nos hace felices. Nosotros
decidimos ser o no felices. Ahora tener al Señor en nuestra vida, es la
principal razón para ser felices.
¿Ya lo eres?
No esperes mucho. Hazlo antes de que termine
este año.
Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones,
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de
una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de vida, a fin de que
yo tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que no habré corrido en
vano ni habré trabajado en vano. Fil 2:14-16
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