jueves, 15 de enero de 2015

HOY… QUIERO SER LIBRE DEL ENOJO


 – Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4:32 NVI

En la vida cotidiana nos encontramos en múltiples situaciones, y algunas son contrarias a nuestros deseos e intereses.

La mayoría de las veces, los desencuentros con las personas más cercanas, son generadas por enojos y establecen distancias lógicas por el estado de ánimo. En muchos casos la errada manera de resolver el conflicto deviene en mayores diferencias y hasta en posiciones irreconciliables. Lo cierto es que esto puede evitarse, si aprendemos a manifestar nuestro desagrado de manera respetuosa y sincera.

Lo más difícil es detener la aceleración de nuestros pensamientos y reflexionar acerca de nuestras actitudes y modos de accionar que favorecen las situaciones traumáticas por las que atravesamos. No nos sorprende que la mayoría de los pensamientos que nos invaden sean muy parecidos a los de los otros, esos a los que acuso y desestimo. Sus miserias se parecen a las nuestras.

Pero en su gran sabiduría Dios nos capacita para perdonar y pedir perdón, palabras claves que rompen las cadenas del corazón, solo cuando entendemos que cada día nosotros necesitamos el perdón de Dios a causa de nuestro pecado, nuestro corazón se compadece como el de Él y otorgamos el perdón a otros. Nuestra dureza nos condena a permanecer encadenados al dolor y al pasado. Dios nos sacó del reino de las tinieblas a su luz admirable, no es necesario que sigamos atados a los recuerdos y dominados por las heridas, porque fuimos llamados a libertad. Este es el día.

Señor sáname y seré sano, rompe mis cadenas. Quiero ser libre del enojo. Pido perdón y perdono, estoy cansado pero renueva mis fuerzas.

Marta Yurquina de Biondi

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