El cardenal Peter Erdö, Relator general del Sínodo, ha presentado este
lunes la Relatio que recoge las reflexiones principales de los Padres
Sinodales durante la primera semana del Sínodo, y sobre las que seguirán
trabajando para elaborar los documentos finales. Recogen tres líneas-guía:
escuchar el contexto socio-cultural; confrontarse sobre las perspectivas
pastorales que hay que emprender y, sobre todo, tener la mirada puesta en
Cristo
Especiales web (13-X-2014)
El cardenal Peter Erdö, Relator general del Sínodo, ha presentado este
lunes la Relatio post disceptationem, es decir la Relación después de
la discusión de esta III Asamblea General Extraordinaria sobre la familia,
que recopila las reflexiones principales que los Padres Sinodales han emitido
durante estos días y que constituye la base para los documentos finales del
Sínodo.
Asimismo se anunció el tema del 14º Sínodo general ordinario, que se
celebrará del 4 al 25 de octubre de 2015, sobre el tema: La vocación y la
misión de la familia de la Iglesia en el mundo contemporáneo.
Esta Relación consta de tres líneas-guía, a saber: escuchar el contexto
socio-cultural en el que viven las familias hoy; confrontarse sobre las
perspectivas pastorales que hay que emprender y, sobre todo, tener la mirada
puesta en Cristo, y en su Evangelio de la familia.
También se afirma que se necesita una «dimensión nueva de la pastoral
familiar», que haga madurar las semillas, como esos matrimonios civiles
caracterizados por la estabilidad, el afecto profundo, la responsabilidad con
respeto a los hijos y que pueden conducir al vínculo sacramental. También
porque con frecuencia las convivencias o las uniones de hecho son dictadas por
exigencias prácticas, como la obtención de un trabajo fijo.
Verdadera «casa paterna», «antorcha en medio de la gente» -dijo el
purpurado-, la Iglesia, entonces, debe acompañar «con paciencia y delicadeza»,
«con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, aquellos marcados por el amor
herido y perdido», dándoles «confianza y esperanza».
En cuanto al acceso al sacramento de la Eucaristía para los divorciados
vueltos a casar, la Relación enumera las principales sugerencias que surgieron
del Sínodo: mantener la disciplina actual; poner en práctica una apertura mayor
para casos particulares, insolubles sin nuevas injusticias y sufrimientos; u
optar por la vía penitencial.
Permanece aún abierta la cuestión de la comunión espiritual, para
la cual se pide mayor profundización teológica, así como también se pide mayor
reflexión sobre los matrimonios mixtos y sobre los «problemas graves» ligados a
la diversa disciplina nupcial de las Iglesias ortodoxas.
En cuanto a las personas homosexuales, se subraya que tienen «dones y
cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana». Por lo tanto, se pide que la
Iglesia sea «casa acogedora», manteniendo el firme No a las uniones
homosexuales y a aquellas presiones de organismos internacionales que ligan las
ayudas financieras a la introducción de normativas inspiradas en la ideología
de género. Sin negar las problemáticas morales relacionadas a las uniones
homosexuales se toma en conocimiento que hay casos en el que el mutuo apoyo
hasta el sacrificio constituye un apoyo precioso para la vida de los miembros
de esas uniones. Además, la Iglesia tiene una atención especial hacia los niños
que viven con parejas del mismo sexo, reafirmando que en primer lugar deben
ponerse siempre las exigencias y los derechos de los pequeños.
En fin, el cardenal Erdö subrayó que el diálogo sinodal se ha
desarrollado «con gran libertad y con un estilo de escucha recíproca». Y
recordó que las reflexiones propuestas hasta ahora no son decisiones ya
tomadas: el camino, en efecto, proseguirá con el Sínodo general ordinario,
también sobre el tema de la familia, programado para octubre del próximo año
2015.
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