Después de la confirmación de la condena de muerte a Asia Bibi, la
Iglesia en Pakistán ha pedido a los cristianos de todo el mundo «que se unan a
nosotros en un día de oración por Asia Bibi y otros acusados de blasfemia», ha
afirmado monseñor Rufin Anthony, obispo de Islamabad y Rawalpindi
Noticia digital (17-X-2014)
La decisión del Tribunal Superior de Lahore de confirmar la condena a
muerte a Asia Bibi «te parte el corazón», ha declarado a AsiaNews
monseñor Rufin Anthony, obispo de Islamabad y Rawalpindi. Por eso, ha pedido a
los cristianos de todo el mundo que «se unan a nosotros en un día de oración
por ella y otros acusados de blasfemia», este domingo. Desde que comenzó el
proceso, Asia Bibi, católica y madre de cinco hijos, se ha convertido en un
símbolo de la lucha contra la ley anti-blasfemia, llamada también la
ley negra.
El Tribunal Superior de Lahore celebró este jueves la audiencia sobre el
recurso de Asia Bibi contra la condena de muerte que fue dictada contra ella en
noviembre de 2010. Su abogado, el cristiano Naeem Shakir, explicó a la agencia Fides
que en la audiencia, presidida por el juez Anwar ul Haq, la defensa presentó
sus alegatos escritos que desmantelaban las acusaciones, desenmascarando a los
testigos poco creíbles y las obvias falsas acusaciones. «El juez ha sostenido
que las acusaciones de las dos mujeres musulmanas (dos hermanas) que fueron
testigos de la supuesta blasfemia cometida por Asia son válidas y creíbles. Se
trata de las mujeres con las que Asia tuvo un altercado y del que surgió el
caso», dijo Shakir, mostrando una gran amargura y decepción. «La justicia está
cada vez más en manos de los extremistas», añadió, antes de anunciar que
recurrirán ante la Corte Suprema, tercer y último grado de juicio en Pakistán.
Mientras tanto, Asia sigue aislada en la cárcel por motivos de
seguridad. De hecho, aunque en Pakistán todavía nadie ha sido ejecutado tras
ser condenado a muerte por blasfemia, son ya varios los casos de acusados que
han sido asesinados por radicales antes, durante o después del juicio, incluso
habiendo sido declarados inocentes.
También corren peligro las personas que intentan ayudarlos. Es el caso
de Salman Taseer, el gobernador de Punjab -musulmán-; y de Shahbaz Bhatti,
católico y Ministro para las Minorías, asesinados en 2011 por su compromiso con
la causa de Bibi.
Por este motivo, es muy difícil encontrar abogados que defiendan a los
acusados, o jueces dispuestos a impartir justicia. De hecho, el entorno de Asia
considera que éste ha sido el principal motivo detrás del hecho de que la
audiencia de ayer haya sido pospuesta cinco veces.
María Martínez López
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