Jesús no es como un profesor que
habla desde la cátedra, por el contrario estará en medio de la gente y se deja
tocar para que la gente se cure. Lo dijo el santo padre Francisco en la homilía
de este martes celebrada Santa Marta.
El papa Francisco profundizó tres
momentos de la vida del Señor. El primero es la oración. Jesús reza toda la
noche a Dios, con frecuencia, porque “es el gran intercesor”. Y esto “desde el
primer momento, Jesús reza: ha rezado cuando estaba en la tierra y sigue
rezando ahora por cada uno de nosotros, por toda la Iglesia”.
Después de la oración, Jesús elige a los doce Apóstoles y dice
claramente: “No han sido ustedes los que me han elegido a mí. ¡Soy yo quien los
ha elegido a ustedes!”.
“¡Yo soy elegido, yo soy una
elección del Señor! En el día del bautismo Él me ha elegido’. Y Pablo, pensando
en esto decía: 'Él me eligió a mí, desde el seno de mi madre'”. Por tanto,
nosotros los cristianos, hemos sido elegidos:
“Él, en la lista --dijo el Papa--
no tiene a nadie importante, entrecomillas, según los criterios del mundo: es
gente común. Hay gente común. Pero que tienen una cosa, sí, y hay que subrayarlo,
que todos son pecadores. Jesús ha elegido a los pecadores. Elige a los
pecadores”.
Y el Santo Padre recordó: “Ésta
es la acusación que le hacen los doctores de la ley, los escribas: ‘Este va a
comer con los pecadores, habla con las prostitutas’. ¡Jesús nos llama a todos!
¿Recordamos la parábola de las bodas del hijo: cuando los invitados no fueron?
¿Qué hizo el dueño de casa? Ha enviado a sus siervos: ‘¡Vayan y traigan a todos
a casa! Buenos y malos’, dice el Evangelio. ¡Jesús ha elegido a todos!”.
También eligió a Judas Iscariote,
precisó el Papa, “que se convirtió en el traidor… El pecador más grande. Pero
fue elegido por Jesús”.
Después está el tercer momento:
“Jesús cerca de la gente”. Muchísimas personas van “a escucharlo y a ser
curados de sus enfermedades. Toda la muchedumbre trataba de tocarlo” porque “de
Él salía una fuerza que curaba a todos”.
Porque “Jesús está en medio de su
pueblo, no es un profesor, un maestro, un místico que se aleja de la gente y
habla desde la cátedra, desde arriba. ¡No! Está en medio de la gente; se deja
tocar; deja que la gente le pida”. Y esta cercanía no es una cosa nueva para
Él: él lo subraya con su modo de actuar, pero es algo que viene de la primera
elección de Dios por su pueblo.
Y el Papa al concluir indicó:
“Así es nuestro Maestro, así es nuestro Señor. Es uno que reza, uno que elige a
la gente y uno que no tiene vergüenza de estar cerca de la gente. Y esto nos da
confianza en Él. Nos encomendamos a Él porque reza, porque nos ha elegido y
porque está cerca de nosotros”.
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