viernes, 26 de septiembre de 2014

MUERE POR EL ÉBOLA EL MISIONERO MANUEL GARCÍA VIEJO: SIRVIÓ 30 AÑOS A LOS ENFERMOS POBRES DE ÁFRICA


El religioso español Manuel García Viejo ha fallecido esta tarde del 25 de septiembre a las 17.55 horas, en el hospital Carlos III de Madrid, donde permanecía ingresado después de ser repatriado desde Sierra Leona en la madrugada del lunes pasado.

El misionero, que se infectó de ébola en la localidad de Lunsar, en cuyo hospital trabajaba como director médico, pertenecía a la Orden de San Juan de Dios.

El estado de salud de Manuel García Viejo, de 69 años, había sufrido "un empeoramiento dentro de la gravedad que ya mantenía", según han informado fuentes de la orden a la que pertenece esta mañana.

[Es el segundo médico y misionero español en África que muere por ébola, contraído en su lucha en primera línea contra la enfermedad. El 12 de agosto falleció el sacerdote y sanitario Miguel Pajares, de 75 años, también de la Orden de San Juan de Dios, contagiado en Monrovia. Nota de ReL]

García Viejo era médico especialista en medicina interna y diplomado en medicina tropical, y pertenecía a esta orden desde hace 52 años.

EN LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS HABÍA TRABAJADO EN ÁFRICA.

Llevaba 12 años como director médico del hospital San Juan de Dios de Lunsar, que había permanecido en cuarentena a causa del ébola pero se había reabierto pocos días antes de que el misionero empezara a notar los síntomas de la enfermedad.

El religioso fue trasladado desde Lunsar hasta la capital de Sierra Leona, Freetown, el pasado jueves por la tarde para ingresar en un hospital especializado en ébola que dirige una ONG italiana.

Le hicieron los análisis el viernes y los resultados llegaron en la madrugada del sábado. El Gobierno anunció el sábado por la tarde su repatriación, que él mismo había pedido horas antes.

Pese a que los médicos que atendían al misionero español evaluaron las posibles terapias extraordinarias que podrían aplicarle, finalmente no se le ha administrado ningún tratamiento específico, más allá del de soporte.

Las existencias del suero experimental ZMapp, el que se suministró a Miguel Pajares, el primer paciente de ébola repatriado a Europa, que falleció cinco días después de volver, están agotadas, por lo que la opción que ganó más peso es la del suero hiperinmune de donante, es decir, usar un componente de la sangre de un superviviente del ébola.

"Hay cosas que no se pueden describir", ha comentado José Luis Garayoa, misionero de los Agustinos Recoletos y amigo de García Viejo, en conversación telefónica desde Sierra Leona. Ha asegurado que esta es la noticia que menos esperaba: "Ayer por la noche se me murió una niña de 11 años, no de ébola, de otra cosa por la que no hubiera muerto en Europa. Por la mañana fui a llevar arroz a una aldea porque murió un muchacho. Y ahora se me muere Manuel".

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