12… LOS TRES PAPAS
“Es el corazón de las profecías modernas”.
Palabras que ayudan a dar la importancia que
considero que tienen los siguientes párrafos pertenecientes al mensaje y, que
hablan a mí entender de los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y el actual papa
Francisco:
“… El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para
recibir su sacrificio.
Los malvados atentarán muchas veces
contra su vida sin poder dañarle; pero ni él ni su sucesor... verán el
triunfo de la Iglesia de Dios.
Los gobiernos civiles tendrán todos un mismo designio, que será abolir y
hacer desaparecer todo principio religioso para hacer lugar al materialismo, al
ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios...”
Analicemos algunos detalles relacionados con los
tres papas citados y los párrafos transcritos del mensaje de La Salette:
Juan Pablo II
Creo que
es justo acabar estos apartados que recorren a través del Corazón Eucarístico
de María, la esclavitud mariana vivida por almas que como primicia nos muestran
lo que le espera a la Iglesia Renovada, recordando al inolvidable Beato Juan
Pablo II. El papa que pronunció sus primeras palabras con el TOTUS TUUS, que
significaban su compromiso con la consagración a la esclavitud mariana
propuesta por San Luis María Grignión de Montfort, siendo una de sus lecturas
de mesilla el “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen”.
Recuerdos de Juan Pablo II, que los voy a hacer, a
través de almas muy especiales y universalmente conocidas:
Con fecha 2 de enero de 1979, y con el título de
“UNA BLANCA FIGURA DE HOMBRE”, un alma a la que él conocía cuando era viadora,
le habla desde el cielo:
…“en el hormigueo de miles de millones de hombres, sufrientes o gozosos,
sanos o enfermos, pero todos únicamente deseosos de felicidad vemos
"estar" una blanca figura de
hombre que resalta por su estatura moral y espiritual como un gigante y
empuña solo y con mano firme un estandarte, es el estandarte de la Iglesia de
Cristo, que muchos y poderosos enemigos quisieran arrancarle, pero que Él
mantiene con mano segura mientras señala a todos el Camino de la salvación.
Muchos fingen fidelidad y obediencia,
pero conjuran contra Él.
Este invicto Capitán que no teme nada, caerá, gloriosísimo Mártir, enrojeciendo con su sangre la inmaculada
vestidura que lleva, irrigando así también él a la Iglesia que salió del
costado de Cristo…
…luego "purificada" por el
fuego, para después ser fecundada después por el honesto trabajo de los justos
que por Bondad Divina se librarán de la hora tremenda de la Ira Divina.
"Luego", hermano don
Octavio, será el Reino de Dios en las almas, ese Reino que desde hace siglos
los justos imploran al Señor invocando "adveniat Regnum tuum."
Pero antes de pasar adelante, quisiera
comentar un detalle que creo de interés. Acabamos de leer, “Este invicto capitán que no teme
nada, caerá, gloriosísimo Mártir, enrojeciendo con su sangre la inmaculada
vestidura que lleva, irrigando él a la Iglesia…”
Y como sabemos, el 13 de mayo de 1982, el papa sufrió
ese martirio anunciado. Sabemos que por intercesión de la Virgen, salvó su
vida. Era una prórroga que se concedía a la Iglesia por los méritos del HOMBRE
VESTIDO DE BLANCO.
Y como todos estos acontecimientos están
condicionados, es cuando podemos comprender que muchos santos que profetizaron
el comienzo del final de los tiempos a finales del siglo XX, han sido
corregidas sus fechas por la intervención de numerosas almas víctimas y
especialmente por la del Santo Padre.
"Antes de venir como Juez, vendré
primero como Rey de Misericordia. Precediendo el día de la justicia, HARÁ UNA
SEÑAL EN EL CIELO dada a los hombres. Toda luz será apagada en el firmamento y
en la Tierra. Entonces aparecerá venida del Cielo la señal de la Cruz, de cada
una de mis llagas de las manos y de los pies saldrán luces que iluminarán la
Tierra por un momento".
"Quiero a Polonia de una manera
especial. Si es fiel y dócil a mi voluntad, la elevaré en poder y santidad, y DE ELLA SALTARÁ LA CHISPA QUE PREPARARÁ AL
MUNDO A MI ÚLTIMA VENIDA".
Y esa chispa polaca y que ya le fue
profetizada por el cardenal primado de Polonia, está claro que se trataba del
Beato Juan Pablo II. Y él fue el que instituyó en la Iglesia la fiesta de la
Divina Misericordia, el domingo siguiente al de la Resurrección del Señor.
Y no podemos dejar pasar desapercibido el signo que nos dejó el día de
su fallecimiento, ya que se fue al cielo un sábado, durante la misa vespertina
que celebraba precisamente la festividad de la Divina Misericordia. El Señor no quiso esperar ni un instante para dar el abrazo eterno a
tan queridísimo hijo.
En uno de los boletines del Movimiento
Sacerdotal Mariano de España, se nos recuerda:
“Después de explicar la misión tan
difícil que el Papa Juan Pablo II ha desarrollado el medio de tanto vacío e
indiferencia, cuando no ataque frontal, la Virgen nos dice:
"Por esto hoy mi iglesia es lacerada por una profunda división, es
amenazada por la pérdida de la verdadera fe, es invadida por una infidelidad
que se hace cada vez mayor.
Cuando este Papa haya cumplido la misión que Jesús le ha encomendado y
yo bajé del cielo para acoger su sacrificio, todos seréis envueltos por una
densa tinieblas de apostasía que entonces llegará a ser general.
Permanecerá fiel solamente aquel pequeño resto que en estos años
acogiendo mi invitación maternal, se ha dejado encerrar en el refugio seguro de
mi Corazón Inmaculado.
Y será este pequeño resto fiel, que Yo he preparado y formado, quien
tendrá la misión de recibir a Cristo que volverá en gloria, iniciando así la
nueva era que os espera (13 mayo 1991).
Para todo aquel que haya abierto su
corazón a las enseñanzas marianas que por todo el mundo se han prodigado a
través de sus auténticas Apariciones, las que dejan, si se escuchan de buena
fe, un deseo inconfundible de amar más a Nuestro Señor y a nuestro prójimo;
entenderán sin rodeos lo dicho en el mensaje anterior del 13 de mayo de 1991.
Y seguidamente deseo hacer una pequeña
reflexión de los misterios añadidos por el Beato Juan Pablo II, a los quince ya
conocidos desde hace siglos. Y es que el motivo de la proclamación de los cinco
nuevos misterios luminosos es muy sencillo: “Había llegado el momento de su
difusión.”
Era el momento destinado por el cielo
para proponer por medio de un alma tan enamorada de cumplir la Voluntad del
Señor, y además con la garantía que le proporcionaba su auténtica vida
consagrada a la Virgen María, tal y como lo hizo nuestro inolvidable Beato Juan
Pablo II “El Grande”, para añadir los cinco misterios luminosos a los quince ya
meditados durante tantos años antes.
Ya hemos visto como a principios del
siglo pasado, por medio de Mª Ángeles Sorazu fue derribado el muro para invitar
a la humanidad a vivir la consagración a Nuestra Madre Universal. Hemos visto
asimismo la excepcional entrega de almas que nos mostraban las primicias de una
forma de vivir a través de María, para llegar a una unión extraordinaria con el
Señor.
Y hemos finalizado el recorrido de
estas almas, poniendo el ejemplo de una blanca figura de hombre, con referencia
al Papa Juan Pablo II.
Y ahora podemos preguntarnos: ¿El
añadir los cinco misterios a los quince tradicionales, es un antojo de Juan Pablo
II?.
Evidentemente, con las cartas
credenciales de la enorme vida espiritual que nos ha dejado Juan Pablo II,
resultaría muy temerario pensar que el proponer un signo litúrgico de tal
envergadura, no fuese algo muy necesario en su contenido y en su tiempo.
No, no nos consideramos capacitados
para creer que nuestra reflexión acerca de los cinco misterios propuestos, sea
la más acertada, pero si podemos expresar lo que nos dice dicha meditación,
teniendo en cuenta las circunstancias señaladas.
El bautismo: Precisamente fue San
Luis Mª Grignión de Monfort, el que cuando inició su impresionante apostolado
por las tierras de su querida Francia, se
dio cuenta de que estaba completamente descuidado el germen encargado de dar la
vida a las almas. El germen que proporcionaba nuestra consagración bautismal,
nuestro bautismo. La falta de fe en él, hacia que quedase obstruida la
gracia que proporcionaba un sacramento tan fundamental.
Las bodas de Caná: «Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Todavía no ha
llegado mi hora». Respondió Jesús a su madre en las bodas de Caná.
“Mujer”, el título impresionante que
recorre la Palabra de Dios desde el Génesis hasta el Apocalipsis, pasando por
el epicentro de la Historia de la humanidad: El de la Cruz, al entregárnosla
como nuestra Madre. “Ésta si es la
hora”, nos lo recordará el Jueves Santo, cuando acababa de comenzar una unión
especialísima del Señor con la humanidad hacía unas horas con el sacramento de
la Eucaristía. Viaje de novios que terminaría en el lecho más apreciado por los
que se unen de verdad a Él: LA CRUZ.
Llamada a la conversión: El Amado proclamaba
a los cuatro vientos el amor por su esposa, proponiéndola, eso sí, el necesario
cambio de corazón para poder celebrar las Bodas. Lo llamaba Conversión.
La Transfiguración: “Mientras Él aún hablaba, una nube de luz los
cubrió; y he aquí una voz desde la nube que decía: Éste es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia, a él oíd.
Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron
gran temor.”
Quiso mostrarles como Él era el Hombre-Dios, para que lo recordaran en
los momentos difíciles de su Pasión.
“Y tuvieron gran temor.” Nos invita a pensar en ese momento anunciado
por doquier, de que el Señor nos mostrará a cada uno en particular quien es Él
y quién soy “yo”, como preparación para la Pasión que la Iglesia tiene que
recorrer.
La Institución de la EUCARÍSTIA: Nos dice San Pablo:
"Porque yo Recibí del SEÑOR la enseñanza que también os he
transmitido: que el SEÑOR JESÚS, la noche en que fue entregado, Tomó pan; Y
habiendo dado gracias, lo Partió y dijo: Tomad, comed. Esto es MÍ Cuerpo que
por vosotros es partido. Haced esto en memoria de MÍ. Asimismo, Tomó también la
copa después de haber cenado, y dijo: Esta copa es el nuevo pacto en Mi Sangre.
Haced esto todas las veces que la Bebáis en memoria de MÍ." (1Cor
11,23-25)
Dios mío, Dios mío, que cuando te
recibimos nos invitas a recibirte Resucitado, pero unido en la Eucaristía que
tú nos dejaste en Jueves Santo, para recorrer al igual que los apóstoles, el
camino de los nuevos novios que tienen que completar lo que falta para el
recorrido de la Cruz. El recorrido de la Pasión de la Iglesia.
Y para estos tiempos, para este recorrido de la Pasión y Resurrección de
la Iglesia, es por lo que nos dejó el Beato Juan Pablo II, la invitación a
meditar los jueves, día de la institución de la Eucaristía, los misterios
luminosos en la Iglesia.
Y es que bien puede ser, que el Beato Juan Pablo II, el primero de los
tres papas que entendemos se anuncian en el mensaje referido de La Salette,
haya acompañado a la Iglesia hasta su Cena Pascual del Jueves Santo.
Benedicto XVI
“Ni él ni su sucesor conocerá el triunfo de la Iglesia”.
Si el Beato Juan Pablo II es el primer
papa de los relacionados, su sucesor evidentemente es Benedicto XVI.
No, no entraba en los planes de esta
modesta carpeta abrir un apartado para el papa Benedicto XVI, pero los
acontecimientos ocurridos desde el día de la festividad de la Virgen de
Lourdes, 11 de febrero, han abierto una página nueva en este recorrido final de
la Historia de la Iglesia.
Desde el primer momento, sentimos la
necesidad de resumir la despedida del Papa, como una llamada del Espíritu Santo
en la persona del Vicario de Cristo en la tierra, para dar a conocer que la
Iglesia había entrado en Getsemaní. De
tal manera que nos parecía muy oportuno recordar un verso rezado los sábados de
cuaresma en las Laudes, cambiando el nombre de su Hijo por el de La Iglesia.
Quedaría así:
Virgen ya de la agonía tu Iglesia es la que cruza ahí, déjanos hacer
junto a ti ese augusto itinerario para ir al monte Calvario, cítanos en
Getsemaní.
Ciertamente, muchos católicos, para mi
ejemplares, no aceptan la utilización de este lenguaje, por considerarlo “apocalíptico”,
como sinónimo de pesimista. Creo que lo mismo les pasaba a los apóstoles cuando
Nuestro Señor les anunciaba su próxima e inmediata Pasión. Pedro tuvo que
recibir una de las respuestas más duras que nos deja Jesús en el Evangelio, por
querer dar soluciones humanas, cuando correspondía darlas a Dios.
Pero no ocurrió así con la Santísima
Virgen, madre y unida en cuerpo y alma en todo momento a su Hijo. Ella sí sabía
lo que le esperaba a su Hijo. Ella sí sabía lo que le estaba ocurriendo en todo
momento a su Hijo en Getsemaní. En alguna parte he leído, y lo creo, que sus lágrimas, al igual que las del Redentor,
fueron de sangre. Lagrimas de Corredentora. Y hoy nos lo recuerda en
múltiples manifestaciones.
Manifestaciones que muchos católicos se cierran a su posible veracidad. Y como las
llaves “oficiales” de dichas puertas las tiene la jerarquía eclesiástica, es
muy grande su responsabilidad ante tales hechos, siendo irreversible el daño
que puede hacerse a las almas, si se cierran sin discernir dichas
puertas, con el fin, creemos, de evitarse complicaciones que inevitablemente
acompañan siempre a las obras de Dios.
¿Por qué no preguntan a tantos
católicos muy comprometidos, si el comienzo de su verdadera conversión tuvo o
no algo que ver con el impacto que les produjo alguna de las manifestaciones
marianas que se han dado o se siguen dando por todo el mundo?
Sería grande la sorpresa cuando comprobasen que muchas de dichas
vocaciones, además de sólidas, se han iniciado en alguno de los mencionados
lugares de apariciones. ¿Y por qué? Desearía
explicarme de mil y una maneras, pero serían desahogos humanos de corto
alcance, y que nada tienen que ver con la catequesis que la Virgen, el párroco
y un niño de Medgujorge, dieron en su día al escaso número de feligreses que
esperaban, como era costumbre, a que diese comienzo el rezo del Santo Rosario.
Era en el comienzo de las Apariciones. El párroco recibió en la
sacristía al menor del grupo de los videntes. El niño llegó sudoroso y con la
respiración entrecortada: “Padre, Padre, la Virgen me ha dado un mensaje muy
importante.”
El sacerdote le escuchó atentamente y cuando llegó la hora de iniciar el
rosario, salió con el niño al presbiterio, y de rodillas junto al altar, el
niño transmitió con infalible seguridad a aquellos pocos fieles, el
importantísimo mensaje: “La Virgen me ha dicho que es urgente que recemos todos
los días el Santo Rosario”. A partir de aquel momento y hasta el día de hoy la
Iglesia se llena de fieles cumpliendo fielmente el encargo.
¿Qué había pasado? Creo que por ser tan
sencilla la respuesta, no será considerada por los que necesitan garantizarlas
con las únicas explicaciones de sus razonamientos. Tan sencilla explicación, como la intervención de una Madre, a la que
creyeron, a las palabras de un niño inocente y a la aprobación por parte de la
“jerarquía”, en aquel momento el párroco, de permitir “el rodaje de una escena”
que era “políticamente incorrecta”, pero que para el sacerdote que creyó que
por allí andaba silbando el Maestro, fuese la FE la que le diera las fuerzas
para soltar el freno del silenciado pero obligado cumplimiento del “humano
protocolo”.
Y hoy como aquel día en Getsemaní, la
Virgen es la compañera inseparable e imprescindible para hacer el durísimo
recorrido, en donde se ha dado cita para acompañar al Santo Padre Benedicto XVI
en su despedida como Vicario de la Iglesia en su actual Pasión.
Madre preparada para acompañarnos hoy
en nuestros corazones, hasta la media noche de nuestro sábado santo en el que
se adornará su Hija, la Iglesia, con el traje tejido con lágrimas y sangre,
durante dos mil años.
Pero antes la Iglesia tiene que llegar
a las tres de la tarde de su Viernes Santo, y el Cielo, una vez más quiere
confortar a los humildes, mostrando unos planes extraordinarios a través de un
nuevo y sorprendente Papa, el Santo Padre Francisco, del que extractaré algunos
interesantísimos párrafos que el Cielo ha querido mostrarnos antes de ser
conocido su nombramiento.
El Papa Francisco
Antes de la renuncia de Benedicto XVI,
se han dado a conocer unos mensajes de un alma escondida y que durante muchos
años ha sido dirigida por un sacerdote a quien dejo que él mismo se presente:
Por muchos años he sido el director de un alma especial. Hace cinco
años, Jesús y María comenzaron a hablarle a esta alma a través del don de
locuciones. A partir del 10 de diciembre de 2010, comenzó una nueva etapa,
concretamente algunas locuciones deben ser dichas al mundo entero. El comienzo
de las locuciones es muy especial; se enfocan en la Visión de Fátima (publicada
por el Vaticano, en Junio de 2000).
Mensajes, que después del nombramiento
del nuevo Papa Francisco, podemos afirmar que son extraordinariamente
alentadores y esclarecedores.
Seguidamente vamos a copiar algunos
párrafos recibidos desde enero del 2013, año en el que se anuncia que no estará
exento de peligros.
María (4 enero): Yo protegeré a
Jerusalén. Cuánto sufrí allí, mirando a Mi Hijo Jesús derramar Su
Sangre. Ambos pagamos el precio más alto para salvar a esta ciudad y redimir al
mundo…
…sólo las aguas vivas de Jerusalén
pueden alcanzar al mundo entero.
María (5 enero): ¡Oh, Israel, la
tierra de Mi Nacimiento, Yo vengo por ti! …
…Yo soy tu Madre y no puedes
renunciar a la Mujer que te dio a luz.
Tú no Me conoces pero un día Yo Me alegraré cuando proclames, ‘María es nuestra Madre’. Ése será tu
día de fiesta.
Jesús (8 enero): ...Sí, dentro de ti, América, surgirá una
nueva América, formada de acuerdo a las creencias religiosas que trajeron
adelante a esta nación. Habrá dos Américas. Una América de oscuridad y
una América de luz, tal como hay dos hijos de Abraham, uno nacido de la mujer
esclava y el otro nacido de la mujer libre. Uno llegó por la naturaleza y otro
por la promesa.
María: Yo hablo acerca de ti, Jerusalén, porque estás en Mi Corazón más que
ninguna otra ciudad.
María (13 enero): El tiempo es muy
corto. La oscuridad vendrá repentinamente... …Yo estoy apareciendo. Le estoy hablando a los videntes de Medjugorje.
¿Han leído Mis Mensajes?...
Jesús (16 enero): …Yo elevaré a
un Papa que Le debe todo a Ella, incluyendo su subida al Papado. …
…Yo salvaré a Mi Papa de formas
asombrosas hasta el mismo fin, cuando él dará su vida por su Reina Celestial.
Jesús (17 enero 2013): …Entonces,
cuando Satanás ya no pueda aceptar más sus derrotas, él cometerá el gran error. Tal como él erró al clavarme en la cruz,
así, él provocará la muerte de este Papa, un verdadero martirio que sacudirá al
Cielo y a la Tierra (como lo fue Mi Muerte). En este instante, el verdadero
Reinado de Mi Madre, como la Mujer Vestida de Sol, comenzará.
Jesús (19 febrero): Solamente el hombre justo sería paciente y
fiel. Tal es el Papa Benedicto… …Ahora él ha completado el curso. Él es el puente entre dos grandes Papas. Él
proporcionó el tiempo necesario de transición del uno al otro.
María: …El Papa a quien Yo sentaré en la Silla de Pedro será Mi señal para el
mundo de que Yo he previsto todos estos acontecimientos y Me he preparado para
ellos...
Jesús (20 febrero): …. Él lleva a Fátima en su corazón. Ése será
su primer regalo. Él también lleva a Jerusalén en su corazón. Ése es su segundo
regalo. Cuando él haya dado esos dos regalos a la Iglesia, su Papado habrá
concluido…
María: …Yo estoy a punto de elevar a la Silla de Pedro al Papa de Fátima, el
Papa que Consagrará a Rusia, pero que hará mucho más. Él impregnará a la
Iglesia con la Devoción a Mí. Mi Nombre siempre estará en sus labios. Yo seré
elevada como nunca antes en la historia de la Iglesia…
Jesús (23 febrero): La más alta Silla
en el mundo pronto estará vacante. …Este alto cargo ha perdurado durante siglos y estará presente incluso cuando Yo regrese
en gloria.
Jesús (24 febrero): Éste es el Cónclave de mayor oscuridad...
…Los disturbios que seguirán serán los más grandes que haya visto el mundo…
Jesús (26 febrero): Porque Yo abro Mi Corazón a todas las
naciones, a todas las culturas y a todos los pueblos, Yo elevaré un Papa para
todas las naciones.
María: … He preparado a este
Papa con la más grande de las Gracias... …. Con él, será la unción de
Jerusalén, porque es ahí donde él irá y
allí va a terminar sus días en el Papado.
…Levantará su voz como ningún otro
Papa, porque el Espíritu del Señor estará sobre él. Cuando los años de su corto
Papado se hayan completado, las semillas de la nueva vida se sembrarán. Su
Papado preparará a la Iglesia para todo los que seguirán en este tercer
milenio.
Jesús (27 febrero): …La necesidad de Mi Palabra profética es
demasiado urgente. Ya no puedo tan sólo enviar mensajeros. Tengo que enviar un Papa que sea él mismo el
mensajero. A él le hablaré directamente, de corazón a corazón, incluso
cara a cara.
María: … Sepan que estoy elevando mucho más que un Papa. Estoy levantando un
profeta para las naciones.
Jesús (2 marzo): …Yo quiero una clase de Papa —un Papa cuyo
corazón arda con el Mío, cuya sabiduría venga del Espíritu Santo, y cuyo Papado
siga Mi dirección.
María: … La Consagración de Rusia debe ser el primer sueño del Papa…
Jesús (4 marzo 2013): …Al futuro
Papa Yo también lo he preparado, sumergiéndolo en muchas clases de experiencias
pastorales y conduciéndolo a buscar en todo la acción de Dios.
… Durante muchos, muchos años Yo he
estado hablando a su corazón. …Habrá nuevos tesoros y nuevas directrices, todas
dadas rápidamente en el corto período de tiempo que marcará este Papado.
María: … Inmediatamente, su Papado será sumergido en la mayor
oscuridad… …este nuevo Papa es como un niño pequeño que sólo conoce la Voz de
su Madre.
Jesús (5 marzo): … Yo daré a la Iglesia más que un nuevo
Papa. Éste es el momento de una acción extraordinaria de Mi Espíritu…
Estos mensajes, como ya indicamos
fueron dados antes de conocer el nombramiento del papa Francisco. Y cada día que pasa nos va dejando la necesidad de
levantar los ojos al cielo y decir: Dios mío, gracias por el pastor que nos has
dado. El pastor que nos acompañará con su cruz, hasta el Calvario, para unir su
sangre con la de Nuestro Señor hace dos mil años y dar comienzo al triunfo del Inmaculado Corazón de María.
Triunfo preparado en el corazón de los apóstoles de los últimos tiempos,
y que no es improbable que para recorrer el camino más doloroso que falta hasta
el Domingo Pascual de la Iglesia, vaya acompañado del favor eucarístico en un
resto que bien pudiera iniciarse con el anunciado milagro a las niñas en
Garabandal y posteriormente en Medjujorge, y en tantos otros sitios de
presuntas apariciones.
Pero antes de llegar a las tres de la
tarde del Viernes Santo de la Iglesia, quiero resaltar el siguiente párrafo,
que corresponde asimismo al conjunto de los aludidos mensajes:
Ahora, Yo debo traer a otro Papa a la Silla de Pedro. Él tendrá una meta
diferente, una que Benedicto realmente comparte y cree profundamente en ella.
Así como Yo coloqué una gran luz de conocimiento en Benedicto, así también Yo he colocado la gran Luz de Mi Madre en el
nuevo Papa. Su corazón está lleno de María. Él vive en Ella y, literalmente,
respira en Ella. Su Nombre siempre está en sus labios. Ella es la única
que lo ha preparado y escogido desde el comienzo. Como Benedicto, él traerá a
la Silla de Pedro exactamente lo que Yo he colocado en su corazón. Él no se
verá a sí mismo trayendo sus propios talentos. Él sabe que son muy pocos. Él lleva a Fátima en su corazón. Ése será su
primer regalo. Él también lleva a Jerusalén en su corazón. Ése es su segundo
regalo. Cuando él haya dado esos dos regalos a la Iglesia, su Papado
habrá concluido, tal como el de Benedicto ahora ha terminado.
No, no me resulta aventurar nada nuevo,
por parecerme tan claro el contenido de los regalos, si digo sencillamente que
se trata de la conversión de islamistas y judíos, reunidos en la familia que
desde un principio formaron con Abrahán como único padre.
Fátima, con resonancias tan claras para el Islam, y Jerusalén, donde se
unirá la sangre derramada en la Pasión de la Cabeza, con la de su Cuerpo
Místico: su Iglesia.
Familia formada ya por la vuelta a casa de todos los hijos de María,
para dar comienzo una gran fiesta: la del Triunfo de su Corazón Inmaculado.
…Y para finalizar quiero recordar las
resurrecciones que a la muerte de Nuestro Redentor, se produjeron en Jerusalén,
llenando de espanto a los que no creían en Él.
…Eran ya las tres de la tarde.
Mayo, 2013
Andrés de María
Publicado por Unción Católica y Profética
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