Testimonio mariano en un país que
restringe la religión.
Siguiendo
una tradición ya consolidada, a mediados de agosto la comunidad católica
vietnamita participó en masa en la peregrinación al santuario de Nuestra Señora
de La Vang, "acontecimiento" y "testimonio" de la vida de
la Iglesia local.
Del 13 al 15 de agosto una multitud de fieles visitó el lugar de culto, que con el tiempo se convirtió en el testimonio más antiguo y emblema de la devoción mariana en todo Vietnam.
Los primeros encuentros de oración alrededor de la Virgen de La Vang, en el homónimo pueblo de la provincia central de Quang Tri, se encuentran en la época de la dinastía Tay Son, a fines del S. XVIII.
Es un culto mariano nacido a menos de 200 años de la llegada al país de los primeros jesuitas (en 1615 a Hoy An) y al menos 70 años antes del inicio del período colonial francés.
Del pequeño grupo de fieles perseguidos que, en los primeros tiempos, iban a visitar a la Virgen para implorar su protección, se substituyeron las grandes multitudes (de católicos y también no católicos) de nuestros días.
Sin embargo, en el reciente pasado, en particular en los años 70 y 80, las restricciones a la libertad religiosa- impuestas por el gobierno comunista después de la unificación del país- han puesto fuertes límites a las peregrinaciones.
El santuario de La Vang volvió con los años a acoger a miles de fieles, gracias al testimonio heroico y lleno de coraje de algunas personalidades de la Iglesia vietnamita, entre ellas el ex arzobispo de Hue, mons. Philippe Nguyen Kim Diem, desaparecido en 1998 mientras estaba en arresto domiciliario por orden del régimen comunista de Hanói.
Como en ocasión de otras peregrinaciones, más de medio millón de personas han visitado el santuario de La Vang en los tres días de fiesta; un testimonio colectivo de fe de la comunidad católica vietnamita, de los representantes de la Conferencia episcopal, del clero y de las parroquias, al más humilde y simple de los devotos del culto mariano.
La peregrinación se convirtió en ocasión para relanzar también el compromiso espiritual y misionero de la Iglesia vietnamita, concentrada este año en el tema de la "Evangelización de la vida familiar".
En la inauguración de los tres días de peregrinación estaban presentes el presidente y el vice-presidente de la Conferencia episcopal, junto a 5 obispos y otros religiosos que han celebrado la misa de apertura.
El día sucesivo, mons. Leopoldo Girelli, representante no permanente de la Santa Sede en Vietnam, celebró la misa de la vigilia junto a la casi totalidad de los obispos. En la solemne concelebración eucarística de la mañana del 15 de agosto había presentes unos 300.000 fieles.
Del 13 al 15 de agosto una multitud de fieles visitó el lugar de culto, que con el tiempo se convirtió en el testimonio más antiguo y emblema de la devoción mariana en todo Vietnam.
Los primeros encuentros de oración alrededor de la Virgen de La Vang, en el homónimo pueblo de la provincia central de Quang Tri, se encuentran en la época de la dinastía Tay Son, a fines del S. XVIII.
Es un culto mariano nacido a menos de 200 años de la llegada al país de los primeros jesuitas (en 1615 a Hoy An) y al menos 70 años antes del inicio del período colonial francés.
Del pequeño grupo de fieles perseguidos que, en los primeros tiempos, iban a visitar a la Virgen para implorar su protección, se substituyeron las grandes multitudes (de católicos y también no católicos) de nuestros días.
Sin embargo, en el reciente pasado, en particular en los años 70 y 80, las restricciones a la libertad religiosa- impuestas por el gobierno comunista después de la unificación del país- han puesto fuertes límites a las peregrinaciones.
El santuario de La Vang volvió con los años a acoger a miles de fieles, gracias al testimonio heroico y lleno de coraje de algunas personalidades de la Iglesia vietnamita, entre ellas el ex arzobispo de Hue, mons. Philippe Nguyen Kim Diem, desaparecido en 1998 mientras estaba en arresto domiciliario por orden del régimen comunista de Hanói.
Como en ocasión de otras peregrinaciones, más de medio millón de personas han visitado el santuario de La Vang en los tres días de fiesta; un testimonio colectivo de fe de la comunidad católica vietnamita, de los representantes de la Conferencia episcopal, del clero y de las parroquias, al más humilde y simple de los devotos del culto mariano.
La peregrinación se convirtió en ocasión para relanzar también el compromiso espiritual y misionero de la Iglesia vietnamita, concentrada este año en el tema de la "Evangelización de la vida familiar".
En la inauguración de los tres días de peregrinación estaban presentes el presidente y el vice-presidente de la Conferencia episcopal, junto a 5 obispos y otros religiosos que han celebrado la misa de apertura.
El día sucesivo, mons. Leopoldo Girelli, representante no permanente de la Santa Sede en Vietnam, celebró la misa de la vigilia junto a la casi totalidad de los obispos. En la solemne concelebración eucarística de la mañana del 15 de agosto había presentes unos 300.000 fieles.
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