El santo padre Francisco ha
afirmado que el 51º Congreso Eucarístico Internacional ofrece la oportunidad de
experimentar y comprender la Eucaristía como un encuentro que transforma con el
Señor, en su palabra y en su sacrificio de amor, para que todos podamos tener
vida, y vida en abundancia. Lo ha indicado esta mañana, en la audiencia a los
participantes de la Asamblea Plenaria del Comité Pontificio para los Congresos
Eucarísticos Internacionales.
El Papa ha recordado en su
discurso que el próximo Congreso Eucarístico Internacional se celebrará en
enero del 2016 en Cebu, Filipinas. A propósito, ha señalado que en esos días
"el mundo católico tendrá fijos los ojos del corazón en el sumo misterio
de la Eucaristía para dibujar renovado y apostólico celo misionero".
La Eucaristía tiene el puesto
central en la Iglesia porque es ésta la que "hace la Iglesia", ha
indicado. Asimismo ha precisado que el tema elegido para el próximo Congreso
Eucarístico Internacional es muy significado "Cristo en vosotros,
esperanza de la alegría". Este lema -ha afirmado el Pontífice- da luz
sobre la unión entre la Eucaristía, la misión y la esperanza cristiana.
El Papa ha subrayado que
"hoy hay una carencia de esperanza en el mundo, por esto, la humanidad
necesita escuchar el mensaje de nuestra esperanza en Jesucristo. La Iglesia
proclama este mensaje con ardor renovado, utilizando nuevos métodos y nuevas
expresiones".
Por otro lado, ha precisado que
"con el espíritu de la nueva evangelización, la Iglesia lleva este mensaje
a todos y, de forma especial, a aquellos que, aún estando bautizados, se han
alejado de la Iglesia y viven sin hacer referencia a la vida cristiana".
Francisco ha recordado en su
discurso que "el encuentro con Jesús en la Eucaristía será fuente de
esperanza para el mundo si, transformados por el poder del Espíritu Santo e
imagen de áquel que encontramos, acogemos la misión de transformar el mundo
donando la plenitud de la vida que nosotros mismos hemos recibido y
experimentado, llevando esperanza, perdón, sanación y amor a quien lo necesita,
en particular a los pobres, desheredados y oprimidos, compartiendo la vida y
las aspiraciones y caminando con ellos en la búsqueda de una auténtica vida
humana en Cristo Jesús".
Para finalizar, el Santo Padre ha
confiado desde ahora el Congreso Eucarístico Internacional a la Virgen María.
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