A medida
que se prolonga el conflicto en Ucrania, el choque entre las respectivas milicias y las iglesias enraizadas en las
comunidades adversarias se ha ido agudizando: los nacionalistas
ucranianos respecto al clero ortodoxo y los pro-rusos (muchos de ellos de
tradición comunista o anticlerical) respecto a los católicos bizantinos.
Es lo que denuncia un obispo de la Iglesia greco-católica ucraniana, Dionisio Lachovicz, visitador apostólico para los fieles ucranianos de rito bizantino residentes en Italia y España, quien habla abiertamente de "guerra contra Ucrania" y, en declaraciones a Catholic News Agency (CNA), considera que "la única esperanza está en el Señor", por lo cual pide que en todo el mundo se rece por la paz.
Utiliza sin ambages la palabra "persecución": "Está en marcha una nueva persecución contra los greco-católicos que viven en los territorios en manos rusas", a saber, "Crimea y los territorios donde los ´separatistas´ pro-rusos intentan imponer su poder", esto es, Donetsk y Lugansk.
En Donetsk "la residencia del obispo ha sido saqueada y clausurada, y la catedral ha sido alcanzada por misiles separatistas. Los obispos y casi todos los sacerdotes greco-católicos han sido forzados a abandonar el área de Donetsk. La Iglesia ha sido profanada por los rebeldes, que chantajean al clero, amenazando con represalias sobre los parroquianos".
El conflicto está afectando gravemente a la relación entre la Iglesia y la comunidad ortodoxa rusa. Monseñor Lachovicz denuncia que en junio, durante el cuarto fórum europeo para el diálogo católico-ortodoxo, el metropolita HIlarion de Volokolamsk, presidente del departamento para las relaciones eclesiásticas externas del Patriarcado de Moscú, "acusó a la Iglesia greco-católica, sin ningún tipo de documentación confirmada, de jugar ´un papel destructivo´ en la crisis ucraniana".
Por su parte, el patriarca Kiril, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, envió una carta "a todos los jefes de las iglesias ortodoxas y a diferentes organismos políticos europeos con acusaciones similares".
Monseñor Lachovicz pide que se siga el llamado del Papa Francisco a la paz y a la oración y confía en que "pronto sea vencido todo el mal que oprime a la tierra ucraniana".
Es lo que denuncia un obispo de la Iglesia greco-católica ucraniana, Dionisio Lachovicz, visitador apostólico para los fieles ucranianos de rito bizantino residentes en Italia y España, quien habla abiertamente de "guerra contra Ucrania" y, en declaraciones a Catholic News Agency (CNA), considera que "la única esperanza está en el Señor", por lo cual pide que en todo el mundo se rece por la paz.
Utiliza sin ambages la palabra "persecución": "Está en marcha una nueva persecución contra los greco-católicos que viven en los territorios en manos rusas", a saber, "Crimea y los territorios donde los ´separatistas´ pro-rusos intentan imponer su poder", esto es, Donetsk y Lugansk.
En Donetsk "la residencia del obispo ha sido saqueada y clausurada, y la catedral ha sido alcanzada por misiles separatistas. Los obispos y casi todos los sacerdotes greco-católicos han sido forzados a abandonar el área de Donetsk. La Iglesia ha sido profanada por los rebeldes, que chantajean al clero, amenazando con represalias sobre los parroquianos".
El conflicto está afectando gravemente a la relación entre la Iglesia y la comunidad ortodoxa rusa. Monseñor Lachovicz denuncia que en junio, durante el cuarto fórum europeo para el diálogo católico-ortodoxo, el metropolita HIlarion de Volokolamsk, presidente del departamento para las relaciones eclesiásticas externas del Patriarcado de Moscú, "acusó a la Iglesia greco-católica, sin ningún tipo de documentación confirmada, de jugar ´un papel destructivo´ en la crisis ucraniana".
Por su parte, el patriarca Kiril, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, envió una carta "a todos los jefes de las iglesias ortodoxas y a diferentes organismos políticos europeos con acusaciones similares".
Monseñor Lachovicz pide que se siga el llamado del Papa Francisco a la paz y a la oración y confía en que "pronto sea vencido todo el mal que oprime a la tierra ucraniana".
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