Siguiendo el post de ayer. En esa
visión del templo, el coro era el corazón y el ábside (con el altar mayor) era
la cabeza. El altar reflejaba la idea de Sancta Sanctorum. Esto provenía de la
idea del templo como progresión, como peregrinación hacia el punto sacro
culminante.
En la imagen de ayer que
representa a Canterbury, se ve cómo el altar del ábside estaba detrás de un
muro. La catedral, cualquier catedral, de esta manera, pasaba a ser un espacio
compartimentado. La idea de lo sagrado se realzaba de modo máximo, sacrificando
el concepto de espacio simple o diáfano. Porque lo sagrado se realza a través
del velo, a través del ocultamiento.
Ay, en qué desierto nos encontramos. Muchos han debido ser nuestros
pecados para haber caído, hoy día, en manos de los arquitectos modernos.
P.
FORTEA
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