viernes, 1 de agosto de 2014

LA SANTA SEDE ANTE LA SITUACIÓN DE VIOLENCIA EN ORIENTE MEDIO


Se necesita más coraje para hacer la paz que para hacer la guerra; además habría que poner en el centro de toda decisión, no los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de toda persona.

La Secretaría de Estado envió a las embajadas acreditadas ante la Santa Sede una "Nota verbal" para recordar los recientes llamamientos sobre Oriente Medio que el Papa Francisco dirigió tras los últimos Ángelus. Radio Vaticano entrevistó al arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados, a quien le hemos preguntado con qué ánimo la Santa Sede ve lo que está sucediendo actualmente a los cristianos en esta zona:

«Obviamente la Secretaría de Estado sigue la situación de las comunidades cristianas en Oriente Medio con grandísima preocupación. Las comunidades cristianas están sufriendo injustamente, tienen miedo, y muchos cristianos se han visto obligados a emigrar. Sólo en Mosul casi treinta iglesias y monasterios fueron ocupados y dañados por los extremistas que han quitado las cruces. Por primera vez en tantos años no se pudo celebrar la Santa Misa el domingo. Es necesario recordar que en Irak, como en los demás países de Oriente Medio, los cristianos están presentes desde el inicio de la historia de la Iglesia y han tenido un papel significativo en el desarrollo de la sociedad y quieren sencillamente seguir estando presentes como artífices de paz y de reconciliación».

Ante la pregunta de qué está haciendo la Santa Sede para tratar de aliviar la situación, Monseñor Mamberti nos respondió:

«La Santa Sede actúa en diversos niveles. Ante todo el mismo Santo Padre ha manifestado en varias ocasiones, y de modo conmovido, la cercanía a las comunidades cristianas, en particular a las familias de Mosul, invitando a todos a rezar por ellos. También ha expresado personalmente su cercanía a través de algunos de los responsables religiosos, entre los cuales el Patriarca caldeo de Babilonia y del Patriarca sirio de Antioquía, animando a los pastores y a los fieles a ser fuertes en la esperanza. Asimismo envió una ayuda económica a las familias, a través del Consejo Pontificio Cor Unum, para salir al encuentro de las necesidades humanitarias.

Por nuestra parte, la Secretaría de Estado, a través de sus propios canales diplomáticos, sigue impulsando la atención de las autoridades internacionales y de los gobiernos ante la suerte de estos hermanos nuestros, y se ha enviado una "Nota verbal" a todas las embajadas acreditadas ante la Santa Sede con el texto de los últimos llamamientos del Santo Padre concernientes también, más en general, a la situación en Oriente Medio, con la petición de hacer presente el mensaje a sus respectivos gobiernos. Nuestro vivo deseo es que la comunidad internacional se interese por esta cuestión, ya que están en juego los principios fundamentales de la dignidad humana, el respeto de los derechos de toda persona, para una convivencia pacífica y armoniosa de las personas y de los pueblos. Irak y los demás países de Oriente Medio están llamados a ser un modelo de convivencia entre comunidades diversas, de lo contrario, sería una gran pérdida y un pésimo presagio para el mundo entero».

Asimismo le hemos preguntado al Secretario para las Relaciones con los Estados qué piensa de los conflictos que padece esa región, y de la intensificación de la violencia en la Franja de Gaza:

«Se trata de una situación trágica y muy triste a la que, lamentablemente, se corre el riesgo de habituarse y de considerarla casi como inevitable, lo que no sería justo. El Santo Padre dirigió numerosos llamamientos para seguir rezando, invocando el don de la paz y acogiendo la llamada que viene de Dios de romper la espiral del odio y de la violencia que aleja de la paz. Aquí quisiera corroborar la invitación del Papa a cuantos tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, a no ahorrar ningún esfuerzo para que cesen todas las hostilidades y se logre la paz deseada para el bien de todos. Como precisamente dice el Papa Francisco, se necesita más coraje para hacer la paz que para hacer la guerra; además habría que poner en el centro de toda decisión, no los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de toda persona».

Autor: María Fernanda Bernasconi

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