martes, 22 de julio de 2014


TESTIMONIO DE CONVERSIÓN A TRAVÉS DEL CARMELO

EN ESA EPOCA NO ERA NI ANTICRISTO NI PRO CRISTO…. ERA SOLAMENTE CRISTIANO. ESTOY HABLANDO DE HACE MAS DE 20 AÑOS ATRAS.


Yo me ganaba la vida, en esa época, haciendo grabaciones y además tenía un servicio técnico de VHS y televisores asociado con un técnico.

Mi esposa pertenecía a un grupo católico llamado “La Comunidad de Jesús”, liderado por el Padre Roberto Padros (un cura para sacarse el sombrero), lo que a mí no me llamaba la atención. Este grupo estaba en sus inicios, aunque sus inicios ya llevaban varios años.

Un buen día mi esposa me dice: “Va a venir una persona de mi grupo a solicitarte una grabación… por favor escúchala y si puedes… le soluciones el problema”

Llegó Lily Ugarte. Ella era la coordinadora entre el padre Roberto y el mundo. Ella fue la que pidió, como madrina, que me aceptaran en la Comunidad. Para mí, uno de los mejores instrumentos que Dios le regalo a la Comunidad de Jesús.

Le dije que no había problema mientras me pagara los gastos de transporte ida y vuelta, y la cinta para grabar. Me dijo que eso no era ningún problema… y partimos a la grabación. Era la primera vez y les gusto mi trabajo. Para mí era un trabajo más, la única diferencia era que no cobré... pasaron así varias pruebas.

Pasó una, dos, tres y llegué al Monasterio del Carmen (de lo Barrios Altos) para grabar los votos de las novicias que se convertían en monjas. Grabé por lo menos a unas diez pre-monjas y cada vez me hacía más querido por las monjas del Monasterio… pero yo no imaginaba cuánto.

A parte de las grabaciones les daba servicio técnico gratis de sus artefactos y acudía a cualquier llamado y a cualquier hora para comprar flores o cualquier otra necesidad que ellas tenían. Sin querer, les malogré el negocio a los que se aprovechaban de ellas… lo que yo les conseguía, costaba la mitad de lo que los otros manifestaban y cobraban.

Recuerdo que un día quedamos en que nos comunicábamos a eso de las 8am y llegué mucho antes; me encontré con la Madre Mariana – priora del Monasterio – que se iba a bañar, ¿cuál fue su actitud? Me ofreció su jabón nuevo Heno de Pravia (no es un comercial) y desde entonces sigo usando esa marca…. no está mal ese jabón…. dura.

Así comenzó mi conversión y vida en el Monasterio del Carmen de los Barrios Altos.

Fui la primera persona que puso en video sus ritos, que siempre sólo se habían comunicado de palabra, como los antiguos apóstoles Todo lo referente antes de la procesión: El vestimento de la Mamacha (la Virgen) antes de salir, la salida y llegada al Monasterio, etc., cosas que así no más nadie tiene la oportunidad de ver… inclusive, tuve la oportunidad de grabar los preparativos que se hicieron a una monja difunta.

También tuve acceso a la cocina, pude ver como se preparan los famosos dulces del Carmelo… esos limones rellenos con manjarblanco o esos chocolates deliciosos, las horas que les toma prepararlos y que a nosotros nos toma segundos en consumirlos.

Pero lo que más recuerdo es cuando la priora, conversando sobre el Descanso Espiritual me pidió que probara con sus hijas y, 22 monjas cayeron en descanso espiritual. Sólo la priora de esa época no cayó… tenía que cuidar a sus hijas. Recuerdo que la Hna. Paula, una de las monjas que cayó en descanso me dijo:
-
Hno. Por favor sáqueme del descanso porque tengo que cocinar y no puedo abrir los ojos”… La saqué al toque.

Le pregunté a la priora sobre el resto de hermanas y me dijo: “Déjalas hasta que ellas mismas salgan”

Eso nunca había pasado en un Monasterio… que yo sepa.

Cuando fui a Moquegua, algo parecido pasó. Fuimos fundadores, yo y mi hijo de seis años del Monasterio de San José de Moquegua… esa noche ambos dormimos en la Catedral de Moquegua… grabé desde el terreno en bruto hasta que fue cultivado y convertido en prosperas viñas… con un producto digno de saborease y grabé su inauguración. Si alguna vez me quieres regalar algo… regálame un vino de las monjas de Moquegua. La Priora, Madre Mariana, me pidió que pidiera por un familiar de una sus novicias… lo hice y la mamá cayó en descanso espiritual… se sanó.

Madre Mariana, de la tengo un grato recuerdo; la que me regaló una imagen de la Virgen, la que me abrió una cuenta gratis en farmacia cuando mi madre estaba agonizando, la que me abrió las puertas del Monasterio, y me abrió las puertas de otros, como el del Monasterio de “Las Trinitarias” y el de las “Nazarenas”. La Virgen a través de ella me encaminó. De ahí a la “Comunidad de Jesús” sólo pasó muy poco. Nunca la voy a olvidar.

No hace mucho, una hermana del grupo “Jessica Yontop” murió de cáncer; le puse mi escapulario, el que me preparó especialmente la Hna. Paula, y la enfermera se lo quedó. Ojala le sirva si se porta bien en esta vida.

Como soy Hermano Honorífico de la Orden Carmelitana, me sentía vacío sin mi escapulario, así que fui al Monasterio. Eran las 2pm y ellas no atienden a partir de las 4pm. Me acerqué a la puerta de la Iglesia y llamé al sacristán, el que no me reconoció… pensó que yo era un sacerdote y me abrió la puerta de la iglesia y, a través de la Iglesia entré al Monasterio.

Vi a Madre Anita – actual priora, mi amiga – y dije: “Ave María purísima”. Ella escuchó mi voz y salió muy alegre a atenderme… me regaló un nuevo escapulario, dulces y folletos con oraciones a la Virgen del Carmen.

Es muy posible que me haya olvidado de muchas más cosas que he recibido a través de sus instrumentos, las monjitas.
Amo al Monasterio del Carmen.

José Miguel Pajares Clausen.

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